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El sistemático desamparo de PDVSA

La industria más importante de Venezuela ha terminado en una situación deprimente

PDVSA, la principal industria de un país que tiene las mayores reservas de petróleo del planeta, ha sucumbido ante la corrupción y el despilfarro, convirtiéndose en un fantasma que no recuerda sus días de gloria y que, tras su deterioro y desamparo sistemático, ha llevado al país a la crisis más profunda de su historia.

La investigación del mayor caso de lavado de dinero jamás presentado contra funcionarios venezolanos y sus asociados, ha sido parte de un vasto esfuerzo de varios años de los Estados Unidos para cerrar la red a Maduro, que ha esquivado las acusaciones de corrupción que han resultado en cargos contra varios altos funcionarios.

Pero la realidad es mucho más terrorífica que la ficción y en los últimos años, el desamparo y la corrupción en PDVSA y el deterioro de la justicia en ese sentido, ha visto muchas vidas destruidas y en muchos casos ha ocasionado acusaciones infundadas y calumnias contra cualquier venezolano que de alguna manera haya interferido en la estatal petrolera.

El hecho de que el gobierno venezolano, aún bajo las sanciones estadounidenses, anteriores y actuales, ha tratado de hacer una redistribución de los ingresos hacía intereses particulares, lo que sólo logró que las compañías estadounidenses ya no pudiesen pagar por el petróleo venezolano.

Y el efecto colateral de esta medida es que CITGO, la subsidiaria estadounidense de PDVSA, quedó en desamparo económico de Venezuela, razón por la cual Rosneft podría apoderarse de las tres refinerías que CITGO opera en los Estados Unidos, así como sus oleoductos en ese país.

Más allá de las implicaciones políticas del caso, desde que PDVSA se estableció en 1976, el personal de esta compañía ha vivido separado del resto del pueblo venezolano, y con los ojos fijos en otras latitudes o al menos así lo ven muchos venezolanos de pocos recursos.

Por lo que, durante la presidencia de Hugo Chávez, aunque PDVSA desaceleró su producción y no sus ganancias, al igual que bajo la presidencia de Nicolás Maduro, en la estatal se produjeron una serie de escándalos que paralizaron la industria.

El más destacable, fue que varios miembros del equipo directivo, desvió millones de dólares y los transfirió a paraísos fiscales, mucho antes de que el estado descubriera la manipulación financiera y procesara a los criminales o al menos que hiciera público el caso.

La mayoría de los directivos de PDVSA entró en la lupa del gobierno de Maduro y a cada uno de ellos se les ha tratado infructuosamente de culpar de los hechos ocurridos, implicándolos sin prueba, ni juicio en asuntos de lavado de dinero, enriquecimiento ilícito, fraude y hasta han llegado a implicarlos en otros escándalos como el de los Panamá Papers.

Desamparo en PDVSA.
Muchos de los inculpados en los casos de los escándalos de PDVSA, han sido simplemente chivos expiatorios, que no sólo, no han tenido que ver con los casos de corrupción, sino que han sido implicados para tapar la operación de muchos otros, dejándolos al desamparo de la justicia.

El desamparo en el que se encuentra PDVSA, ha acabado con muchas vidas

Algunos de estos han sido encontrados culpables de conspirar con otros «para lavar y participar en transacciones monetarias con los ingresos de esquemas corruptos de cambio de divisas que involucran a PDVSA», como es el caso de Abraham Edgardo Ortega.

Ortega fue encontrado culpable por un tribunal norteamericano de haber lavado a través de un esquema de inversión falsa al menos 12 millones de dólares en efectivo, así como cuentas en Nueva Jersey, Suiza y las Bahamas.

Estados Unidos ha sancionado al menos a 48 ciudadanos venezolanos asociados con la corrupción, y catorce personas también se declararon culpables como parte de una investigación estadounidense separada, con sede en Houston, sobre el soborno en PDVSA y otras compañías petroleras.

En Miami, los fiscales arrestaron a Raúl Gorrín, propietario de la red de televisión Globovisión en Venezuela, quien habría desfalcado a través de esquemas parecidos y del soborno, dos mil millones de dólares de la estatal petrolera.

Pero en este esquema de acusaciones y persecución, otras personas se han visto envueltas e comprometidas en falsos positivos, como el caso de Eudomario Carruyo, al que repetidamente se le ha implicado en cualquier forma de desfalco y a quien a pesar de estar al desamparo de la justicia venezolana, no se le ha podido envolver en los hechos.

Carruyo fue presidente de finanzas de PDVSA, durante el gobierno del fallecido ex presidente Hugo Chávez y aunque no hay prueba alguna de que fuese parte de algún esquema de lavado, de sobornos o de lavado de dinero, cada vez que aparece un nuevo hallazgo en las muchas investigaciones, inmediatamente se le hace parte de esta, solamente por la cercanía que el tenía con algunos de los acusados, pues trabajaban en la misma compañía.

Fiscales norteamericanos afirman que los lavadores profesionales trabajaron durante años para ocultar los movimientos de dinero robado por soborno y fraude de PDVSA, la principal fuente de ingresos y divisas de Venezuela, una vez una nación próspera de la OPEP, que, tras el desamparo del gobierno, está por una debacle inexorable.

Fuente
APBloomberg

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