Colombia

La paz es posible en Colombia

Tras la tregua entre pandillas y el narcotráfico, una ciudad colombiana se convierte en experimento de paz

En el mes siguiente a la toma de posesión del presidente colombiano Gustavo Petro en agosto, los líderes de dos pandillas rivales en la ciudad portuaria de Buenaventura se reunieron para discutir la perspectiva de paz. En las calles, se estaba librando una guerra.

Los enfrentamientos entre las dos pandillas, los Shottas y los Espartanos, a menudo dejaban docenas de muertos cada mes. Civiles desventurados quedaron atrapados en el fuego cruzado. Las familias añoraban la paz, mientras se escondían en sus hogares.

«Es injusto que Buenaventura, siendo un pueblo de paz, tenga tanta violencia. Y que seamos nosotros los que nos matemos unos a otros», explicó Gerónimo, de 37 años, un delegado de los Shottas. «Así que nuestro líder decidió que esto tenía que terminar».

En ese momento, los rivales de la pandilla, los Espartanos, estuvieron de acuerdo. Lo que resultó de las reuniones secretas de paz, fue una tregua que redujo el número de homicidios a cero en los últimos 100 días.

Paz Total.
Si bien Colombia ha negociado previamente con grupos rebeldes y paramilitares con motivaciones políticas, esta es la primera vez que el gobierno busca diálogos con pandillas dedicadas exclusivamente al crimen organizado.

Incluso si los Shottas y los Espartanos mantienen la paz entre sus dos pandillas, otros grupos amenazan con llevar la violencia a la ciudad

Ahora, se proporcionó alivio a miles de personas que vivían bajo el miedo constante. Cuando la tregua de paz se hizo pública en un programa de radio transmitido en vivo a fines de septiembre, el apoyo fue profuso.

«Lo veo, lo escucho, y todavía no lo creo», escribió un comentarista en Facebook. «Estoy llorando ante la posibilidad de un Buenaventura mejor. Gloria a Dios».

Los Shottas y los Espartanos fueron una vez una pandilla, llamada los Local, que dominaron la ciudad de Buenaventura. En 2020, su fractura por diferencias internas dio paso a la lucha.

Dos años después del inicio del conflicto los Shottas y los Espartanos, las pandillas están en la primera línea de un esfuerzo para llevar la «paz total». Una medida, que instauró el presidente Gustavo Petro, en un país sumido en la violencia.

La estrategia de «paz total» es la respuesta de Petro a la rápida proliferación de grupos armados. Según el plan, todas las llamadas organizaciones criminales de «alto impacto» están invitadas a sentarse con el gobierno y desarmarse.

Unas dos docenas de grupos ya expresaron interés. Las negociaciones se reanudaron en noviembre con el Ejército de Liberación Nacional o ELN, la mayor fuerza de combate rebelde del país.

Ahora, los Shottas y los Espartanos están en la fase exploratoria de conversaciones con el gobierno. Si tienen éxito, las negociaciones podrían desmovilizar hasta 2 mil pandilleros, principalmente jóvenes de entornos difíciles, y barrer cientos de armas de grado militar de las calles.

Fuente
AljazeeraDWCNN

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