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La sequía del 2023 en el Amazonas fue catastrófica

La seva del Amazonas sufrió una sequía catastrófica en 2023, y el fenómeno podría repetirse e incluso agravarse en 2024

El mayor bosque tropical del mundo sufrió su peor sequía en 2023, con graves consecuencias para la biodiversidad, el clima y las comunidades. Los científicos advierten que el fenómeno podría repetirse e incluso agravarse en 2024, debido al cambio climático y a El Niño.

El Amazonas, al borde del colapso catastrófico

El Amazonas, el bosque tropical más grande y diverso del planeta, vivió en 2023 una situación crítica por la falta de lluvias, que redujo el caudal de sus ríos, provocó la muerte de miles de animales, facilitó la propagación de incendios y afectó la vida de millones de personas.

Según los datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE), la deforestación también alcanzó un récord histórico, con más de 13.000 km2 de bosque perdidos entre agosto de 2022 y julio de 2023.

Los expertos atribuyen la sequía a la combinación del cambio climático, que eleva la temperatura del aire y del océano, y del fenómeno de El Niño, que altera el patrón de precipitaciones en la región. El Niño se caracteriza por un calentamiento anormal del Pacífico ecuatorial, que afecta al clima global. En 2023, El Niño fue especialmente intenso y se prolongó hasta finales de noviembre, cuando normalmente termina en octubre.

La sequía tuvo efectos devastadores para el ecosistema amazónico, que alberga el 10% de las especies conocidas del mundo y que cumple una función vital para el equilibrio climático, al absorber grandes cantidades de dióxido de carbono y liberar oxígeno.

La sequía catastrófica del Amazonas.
La temporada de lluvias en el Amazonas debería haber comenzado en octubre, pero todavía fue seca y calurosa hasta finales de noviembre.

Impacto visible de la sequía de 2023

El riesgo de una nueva sequía en 2024

Los científicos alertan de que la sequía de 2023 podría no ser un hecho aislado, sino el preludio de una nueva sequía en 2024, que podría ser aún más severa y prolongada. Según las proyecciones, El Niño podría alcanzar su máxima intensidad entre diciembre de 2023 y febrero de 2024, lo que retrasaría el inicio de la temporada de lluvias en el Amazonas y reduciría el tiempo de recuperación de los ríos.

Además, el cambio climático podría agravar la situación, al aumentar la frecuencia y la intensidad de los eventos climáticos extremos, como las sequías, las inundaciones y las olas de calor. Según un estudio publicado en la revista Nature, el Amazonas podría perder hasta el 40% de su superficie boscosa para 2050, si no se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero y la deforestación.

La posible repetición de la sequía en 2024 tendría consecuencias catastróficas para el Amazonas y para el mundo, que se pueden resumir en:

  • Una pérdida de biodiversidad, que implicaría la extinción de especies únicas y el desequilibrio de las cadenas tróficas, con efectos negativos para la salud, la alimentación y la economía de las poblaciones locales y globales.
  • Una alteración del ciclo hidrológico, que supondría una disminución de la disponibilidad y la calidad del agua, un aumento de la erosión y la desertificación, y una mayor vulnerabilidad a las inundaciones y las sequías en otras regiones del planeta.
  • Una aceleración del cambio climático, que conllevaría una mayor emisión de gases de efecto invernadero, una menor captación de carbono, una mayor variabilidad climática y una mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos.

La sequía es una urgencia ambiental y social

La sequía del Amazonas en 2023 fue un desastre ambiental y social, que evidenció la fragilidad del mayor bosque tropical del mundo y la necesidad de protegerlo y conservarlo.

La amenaza de una nueva sequía catastrófica para 2024 es una urgencia que requiere la acción conjunta y coordinada. De los gobiernos, las organizaciones, las empresas y la sociedad civil. Reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero, frenar la deforestación, promover el desarrollo sostenible y adaptarse al cambio climático. El Amazonas es un patrimonio de la humanidad, y su destino depende de todos nosotros.

Fuente
ElPaisBBC

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