Podrá el campeón del libre mercado mantenerse mientras la izquierda regresa
Bajo el gobierno de la ex presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, abundaron las acusaciones de corrupción y en 2015, cuando Mauricio Macri llegó al poder, prometió luchar contra el flagelo, pero él mismo fue participe del virus de la corrupción cuando investigando su nombre apareció en una investigación de Panamá Papers.
Desde entonces, las autoridades judiciales han lanzado una campaña para detener y confiscar los activos de los involucrados en los escándalos de corrupción, pero durante su gobierno se está demostrando ser más difícil de implementar de lo que se pensaba inicialmente.
No estaba destinado a ser así, la elección de Mauricio Macri a la presidencia argentina en 2015 supuso el fin de la crisis económica y política, los inversionistas internacionales dieron la bienvenida a los movimientos para reflotar el peso y eliminar los controles de capital de exportación.
El año pasado, el fondo monetario internacional, FMI, aumentó el tamaño de su rescate a 56.3 mil millones de dólares, al igual que con todos los préstamos del FMI, Argentina tuvo que acordar recortar los beneficios de pensión y los subsidios a los servicios públicos.
No es sorprendente que la popularidad de Macri haya disminuido, ya que muchas personas dependían de esos programas, lo que había ayudado al país a recuperarse de la crisis económica del 2002.
Macri sigue dando palos de ciego, aunque a veces ha parecido estar en coherencia
Esa austeridad ha paralizado a los más pobres de la sociedad y ha enviado a la economía de nuevo a la recesión, Macri se comprometió a reducir la inflación a un solo dígito, pero la inflación se mantiene en 54.7%.
La moneda ha caído un 18% solo este año, y ahora, se pensaría que una moneda en caída sería útil para los exportadores, pero el costo de los bienes importados ha aumentado, y eso se ha pasado a los consumidores, sorprendentemente, la ex presidenta Cristina Kirchner anunció planes para postularse como vicepresidenta, y uno de sus ex ministros asumió el papel de aspirante a presidente.
Lo que es mucho para el alivio de los inversores extranjeros, «para Macri, es realmente una lucha cuesta arriba», explica Jimena Blanco, jefa de Investigación de América Latina en Verisk Maplecroft, una empresa de análisis y pronóstico de riesgos, hay una falta de confianza estructural en Argentina”.
La desconfianza, “No solo es dentro de Argentina, sino también fuera de ella. Cuando se habla de que Macri está haciendo lo correcto, hay mucho debate sobre si él hizo eso y el ritmo al que lo hizo y también si fue lo suficientemente lejos, lo suficientemente pronto».
Según Blanco, «el área clave de la crítica es a fines de 2017, cuando el gobierno cambió sus objetivos de inflación y no explicó realmente por qué, cuando fue temprano a los mercados para pedir préstamos antes de lo previsto, y por supuesto que vimos en abril por qué cuándo el peso sufrió una rápida depreciación”.
“Luego volvió a suceder más tarde en septiembre. Por lo tanto, es una situación realmente difícil para Macri, especialmente para una elección crucial en octubre, para Argentina, la volatilidad económica y política se alimenta mutuamente», finaliza Blanco.
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