Connotaciones políticas hacen que los fanáticos del fútbol brasileño abandonen la famosa camiseta amarilla de la selección
Mientras la famosa camiseta amarilla de la selección brasileña sigue colgada en un armario desde junio de 2018. Un ferviente fanático del fútbol planea reanudar las visitas a los estadios de fútbol en la medida que disminuyan las preocupaciones sobre el coronavirus y se levanten las restricciones. Muchos, no sabe cuándo, y si, alguna vez la volverán a usar con el espíritu de la Copa del Mundo.
«Usar la camiseta amarilla fue un momento de orgullo para mí», afirma un hombre de 33 años. «Fue un símbolo de victoria. Solía usarse no solo mientras se veían los partidos, sino también en días normales”.
“Ahora, dejaron de usarla por razones políticas”. El actual presidente, junto a sus simpatizantes, convirtieron la camiseta amarilla en una campaña política. Además, de un símbolo de su partido político. «Y como no apoyo sus ideas políticas, me niego a ser confundido como uno de ellos».
La camiseta amarilla, conocido como el «maillot canarinho», no siempre fue la camiseta de la selección brasileña. La actual, fue diseñado en 1953, tres años después de la final de la Copa del Mundo a manos de Uruguay en el Maracaná. En ese momento, el equipo nacional vestía de blanco.
La camiseta amarilla o canarinha que hizo famosa a la selección nacional, se encuentra en medio de la diatriba política.
El organismo rector del fútbol nacional, junto con un periódico, lanzó un concurso para diseñar un nuevo uniforme para el equipo nacional. Con los colores de la bandera nacional, como condición del nuevo uniforme. Ya que el actual no llevaba «la idea de la nacionalidad brasileña».
Se presentaron más de 300 inscripciones. La presentación ganadora fue de Aldyr García Schlee. Un brasileño que se sintió desgarrado por el resultado de 1950, dado que nació en la frontera con Uruguay.
Avanzando rápidamente muchos años, incluyendo un récord de cinco victorias en la Copa Mundial de Fútbol. Incluidos dos triunfos en la Copa América. La camiseta amarilla se había convertido en un símbolo de optimismo, suerte y unidad entre los fanáticos del fútbol.
El número 10 usado por Pelé durante sus fascinantes años en el campo; El número 9 de Ronaldo cuando se convirtió en ganador de la Copa del Mundo; o el número 11 de Romario durante su deslumbrante carrera en la Copa Mundial de 1994, son parte de la rica y exitosa historia de Brasil en el campo.
Pero la adopción de la camiseta en las campañas políticas, más recientemente por el presidente Jair Bolsonaro, obligó a una gran cantidad de fanáticos a renunciar a ella.
Son esos mismos momentos icónicos del fútbol brasileño, los que están siendo utilizados fuera del campo para promover ideas antitéticas a la unidad. «El fútbol es algo icónico para Brasil, es lo que une a todos la mayor parte del tiempo”, no es político.
