Con escolta aérea y show de medios el gobierno socialista muestra como ha esquivado y mordido una bala
El presidente venezolano Nicolás Maduro acogió con beneplácito la llegada de los dos primeros de los cinco petroleros iraníes que envían combustible a la nación miembro de la OPEP el lunes, marcando el fin del Ramadán y bordando a los petroleros como un desafío para el «imperio supremacista» de Estados Unidos.
«El fin del Ramadán nos trae la llegada del petrolero Fortune, una muestra de solidaridad del pueblo islámico de Irán a Venezuela», expresó Maduro en Twitter el domingo, poco antes de una bienvenida más formal el lunes al petrolero… En tiempos en los que el imperio supremacista busca imponer por la fuerza su dominio, sólo la hermandad de los pueblos libres nos salvará».
La afirmación de Maduro sobre que, Irán y Venezuela son «pueblos libres» omite en gran medida la realidad política de ambos países. El izquierdista sigue aferrándose al poder en la Venezuela socialista, comparándola con la otra dirigida por una teocracia islámica dominada por un líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, en la que los disidentes terminan torturados y desaparecidos en prisiones políticas.
Esta semana el partido oficial dio la bienvenida al petrolero Fortune que, contó con el vicepresidente del ministro de economía y petróleo, Tarek El Aissami, uno de los seguidores más poderosos de Maduro y que se ha señalado de narcotraficante. Durante años, supuestos expertos en narcoterrorismo transnacional han identificado a El Aissami como el enlace entre el régimen de Maduro y la organización terrorista iraní Hezbolá.
«Enviamos, en nombre de nuestro presidente constitucional Nicolás Maduro Moros y del pueblo venezolano, nuestro agradecimiento al pueblo iraní y a todas sus autoridades que han expresado de manera firme y valiente, su deseo de garantizar el avance de los acuerdos de cooperación energética que existen entre Irán y Venezuela», afirmó El Aissami en un evento para dar la bienvenida al Fortune, en el canal oficial.
Maduro le coloca una escolta militar para cada uno de los petroleros que ingresan a la zona económica exclusiva de Venezuela
El Aissami continuó insistiendo en que el régimen de Maduro representa «un pueblo de paz, un pueblo de amor, un pueblo que quiere ser libre y nuestra determinación para ellos es firme e irrevocable. No somos la colonia de nadie.»
El Fortune, y el Forest, son los primeros de los cinco petroleros enviados desde Irán que transportan 1,5 millones de barriles de petróleo. Aunque Irán tiene reservas de petróleo más pequeñas que Venezuela, que posee las mayores reservas conocidas, ha visto mermada su posibilidad de producir combustible bajo las sanciones unilaterales que impuso la Casa Blanca.
En el gobierno del predecesor de Maduro, el difunto Hugo Chávez, la compañía socialista expulsó a los altos ejecutivos e ingenieros de la compañía, reemplazándolos por simpatizantes socialistas, en medio de un paro de producción que, mantuvo al país detenido por más de 100 días, aunque los remplazos sin experiencia significativa en la producción de petróleo, terminaran deteniendo la empresa casi por completo.
La producción de petróleo en el país está en su punto más bajo de toda su historia de más de 110 años. La situación ha empeorado desde entonces, con los bloqueos económicos, obligando a los venezolanos a mantenerse en largas filas cuando llegan pequeñas cantidades de combustible y a menudo violando el protocolo de distanciamiento social para evitar la propagación del coronavirus.
La semana pasada, e medio argentino Infobae informó que los venezolanos están pagando hasta 15.20 dólares el galón por gasolina, en una nación donde el combustible ha estado históricamente cerca de ser libre. El gobierno de Maduro afirma, que las sanciones estadounidenses al régimen son la verdadera razón de la incapacidad para producir y vender petróleo.
Con la llegada de los buques cisterna iraníes, El Aissami afirmó que Irán también había enviado expertos en producción de petróleo para ayudar a reiniciar las refinerías y los sitios de producción cerrados por la falta de repuestos y mala gestión. La cadena estatal de Irán PressTV atribuyó a los expertos de Teherán «permitir que la estratégica instalación de la refinería El Palito, reanudara la producción de gasolina después de que se viera obligada a reducir en gran medida sus actividades bajo la presión de las draconianas sanciones estadounidenses».
