Estudio del programa mundial de alimentos de ONU, muestra la crisis
Una de cada tres personas en Venezuela está luchando por poner suficiente comida sobre la mesa para cumplir con los requisitos mínimos de nutrición a medida que persiste la severa contracción económica y la agitación política de la nación, según un nuevo estudio del programa mundial de alimentos de las naciones unidas.
Una encuesta nacional basada en datos de 8 mil 375 cuestionarios revela una imagen sorprendente del gran número de venezolanos que sobreviven de una dieta que consiste en gran parte de tubérculos y frijoles, ya que la hiperinflación hace que muchos salarios no alcancen para alimentos nutritivos.
Un total de 9,3 millones de personas, aproximadamente un tercio de la población, son moderada o gravemente inseguras en los alimentos, afirmó el estudio, que se llevó a cabo por invitación del gobierno venezolano, la inseguridad alimentaria se define como una persona que no puede satisfacer las necesidades dietéticas básicas.
El estudio describe la inseguridad alimentaria como una preocupación a nivel nacional, pero incluso en las regiones más prósperas se estima que una de cada cinco personas no come alimentos nutritivos, «la realidad de esta informe muestra la gravedad de la crisis social, económica y política en nuestro país», afirmó Miguel Pizarro, un líder de la oposición venezolana.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se ha mostrado en gran medida reacio a invitar a organizaciones internacionales a proporcionar evaluaciones de la experiencia humanitaria de la nación, aunque el programa mundial de alimentos indicó que, se le concedió «independencia total» y recopiló datos en todo el país «sin ningún impedimento u obstrucción», no hubo respuesta inmediata a los hallazgos del gobierno de Maduro.
La encuesta encontró que el 74% de las familias han adoptado «estrategias de afrontamiento relacionadas con los alimentos», como reducir la variedad y la calidad de los alimentos que consumen, el 60% de los hogares reportaron reducir el tamaño de las porciones en las comidas, el 33%, señaló que había aceptado los alimentos como pago por trabajo y el 20% reportó la venta de activos familiares para cubrir las necesidades básicas.
Los datos del programa mundial de alimentos revelan que esa realidad convive con la de los millones de venezolanos
El tema parece ser uno que es menos acerca de la disponibilidad de alimentos y más sobre la dificultad para obtenerlo, siete de cada 10 informaron que los alimentos siempre se podían encontrar, pero indicó que, es difícil de comprar debido a los altos precios 37% informaron que, habían perdido su trabajo o negocio como resultado de la severa contracción económica de Venezuela.
Maduro frecuentemente culpa a la administración Trump por los problemas de su nación, y su gobierno ha instado a la corte penal internacional a abrir una investigación, alegando que las sanciones financieras están causando sufrimiento e incluso la muerte, aunque las luchas de la nación para alimentar a los ciudadanos y proporcionar atención médica adecuada son anteriores a las sanciones estadounidenses al gobierno venezolano.
Venezuela ha estado en medio de una crisis política y humanitaria que ha llevado a más de 4,5 millones de personas a huir en los últimos años, además de los alimentos, la encuesta también examinó las interrupciones en el acceso a la electricidad y el agua, y descubrió que cuatro de cada 10 hogares experimentan cortes diarios de energía.
Cuatro de cada 10 también reportaron interrupciones recurrentes en el servicio de agua, lo que complica aún más la vida diaria, al señalar que la encuesta se llevó a cabo entre julio y septiembre, Carolina Fernández, una defensora de los derechos de los venezolanos, explicó que, creía que la situación se había deteriorado aún más, si bien una vez fue posible que muchas familias sobrevivieran de las remesas enviadas por familiares en el extranjero, afirmó que, eso se ha vuelto más difícil a medida que gran parte de la economía está dolarizada y los precios suben.
Fernández señaló que, es probable que la inseguridad alimentaria tenga un impacto duradero en una generación de jóvenes venezolanos hambrientos durante los años de formación, «Estamos hablando de niños que van a tener problemas a largo plazo porque no están comiendo adecuadamente».
