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Persiste descontento de EE.UU. por los supuestos ataques a diplomáticos en Cuba

El gobierno de Estados Unidos ha pidió al gobierno de Cuba investigar el origen de las agresiones a diplomáticos norteamericanos.

En un comunicado del departamento de estado de los Estados Unidos, se ha instado al gobierno de Cuba, el ente “reiteró la necesidad urgente de identificar la fuente de los ataques contra los diplomáticos estadounidenses en La Habana, Cuba y pidió que se garantice que cesen”, emanado este jueves por el órgano diplomático, donde renovó sus exhortos para que la administración de Miguel Díaz-Canel, establezca el origen de los «ataques» contra los representantes estadunidenses en Cuba y que han aquejado la salud de más de veinte funcionarios consulares.

La información fue originaria en una reunión que funcionarios cubanos desarrollaron en Washington, donde el departamento de estado explicó su interés por esclarecer el asunto, solicitando se retomen las investigaciones, el suceso ha suscitado una importante reducción del personal de la embajada en La Habana.

Voceros del órgano ministerial reiteraron la «urgente necesidad de identificar la fuente de los ataques contra diplomáticos estadounidenses y garantizar que cesen», los funcionarios informaron que “mientras no tengamos seguridad para proveer de personal suficiente a nuestra embajada, no podremos brindar los servicios regulares de visado en La Habana», expresó el comunicado.

Embajada de EE.UU. en Cuba.
La Casa Blanca manifestó en 2017 que 24 miembros del cuerpo diplomático que desempeña funciones en la capital cubana y varios de sus familiares presentaban problemas de índole cognitivos, pérdida de audición, mareos y fatiga extrema.

Una serie de ataques injustificados

Por su parte Cuba, reiteradamente ha referido desconocer el origen o la causa de los incidentes que han provocado perjuicios a unos 24 diplomáticos desde finales de 2016, las afecciones a los agentes han provocado daños cerebrales en algunos.

El comunicado se expide a tan sólo una semana de que el gobierno estadounidense informara que se encontraba evaluando el estado de salud de dos de sus funcionarios que aún se encontraban en la sede de la embajada norteamericana en La Habana, y que ha menoscabado las relaciones entre las dos naciones vecinas.

La Casa Blanca manifestó en 2017 que 24 miembros del cuerpo diplomático que desempeña funciones en la capital cubana y varios de sus familiares presentaban problemas de índole cognitivos, pérdida de audición, mareos y fatiga extrema y en el momento se presumió que esos síntomas eran el efecto directo de ataques acústicos, este año se informó que otros dos diplomáticos, estarían presentando, las mismas alteraciones en la Habana, por lo que fueron evaluados por equipos médicos.

El gobierno de Donald Trump ha publicado alertas de salud a norteamericanos que se encuentran en la República Democrática de China, luego que unos de los funcionarios del consulado de Guangzhou, notificara que presentaba síntomas y galimatías en sus oídos, por lo que fue trasladado a suelo estadounidense.

Tras la realización de pruebas y exámenes médicos, se pudo confirmar que el administrativo «sufrió un incidente médico congruente con lo que otros funcionarios de gobierno estadounidenses experimentaron en La Habana, Cuba», por lo que se redoblaron los dispositivos de seguridad.

Los afectados que ya han sido diagnosticados en la Habana presentan una serie de síntomas y diagnósticos en los que se comprende la conmoción cerebral. Los zumbidos, ruidos y vibraciones misteriosos que acompañaron a los síntomas originaron en los investigadores el supuesto inicial de tratarse de un ataque sónico.

A pesar de que, en el informe preliminar del buró federal de investigación, FBI que fue expuesto en enero de este año, se explicó que no se habrían aclarado pruebas de que las supuestas ondas sonoras, hubiesen podido dañar la salud de los estadounidenses y que no se tenía certeza de que tales ataques se hubiesen realizado.

Este jueves el departamento también expresó su preocupación por la «detención arbitraria de periodistas independientes y defensores de los derechos humanos en Cuba», la resolución fue expresada poco después de que se celebrara en Washington, la VII comisión bilateral, «Insistimos que hasta que no sea lo suficientemente seguro como para integrar por completo el personal de nuestra Embajada, no podremos proporcionar servicios regulares en La Habana», añadió la diplomacia estadounidense.

La reunión fue encabezada del lado norteamericano por John Creamer, subsecretario de estado adjunto para asuntos del hemisferio occidental, y por el lado cubano por Carlos Fernández de Cossío, director general de la cancillería para asuntos estadounidenses.

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