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Maduro y Guaidó en los barrios

Muchos sectores marginales apoyan al gobierno, por lo que Guaidó va cuesta arriba

El apoyo de los barrios venezolanos puede ser clave para superar a Maduro, pero no todos los residentes se venden barato a su rival, mientras se ven fuerzas especiales del gobierno custodiando cada uno de los barrios de Caracas, en sus escudos se lee «siempre leales, nunca traidores», y en sus hombros, «Cuando las cosas se ponen difíciles, el duro empieza».

Esta según sus adversarios, «es una manera de intimidar a la población», se quejó José Luis Castañeda, un líder comunitario en este vasto tapiz de casas de ladrillo rojo en la zona este de la capital venezolana, “Pero no disparan a los que aquí viven”.

Diecisiete años antes, Castañeda fue uno de las decenas de miles de personas que corrieron hacia abajo desde sus casas en la colina para defender al precursor de Maduro, Hugo Chávez, cuando él fue brevemente depuesto por un golpe de estado fallido apoyado por EE.UU.

Para millones de ciudadanos privados de sus derechos, la revolución Bolivariana de Chávez representa, por último, la posibilidad de una inclusión social, económica y racial en una sociedad profundamente desigual.

Pero ahora, con sus vidas acabados por el desastre económico y social desatado en el gobierno de Maduro, muchos de esos mismos manifestantes, contravienen en lo que podría resultar un golpe fatal al gobierno de Maduro, «Maduro es un delincuente; Maduro es malvado; Maduro es un monstruo; Él es malo… El pueblo ya no le quiere» comenta Magaly Arismendi, una manicurista de 54 años de El Campito, una de las docenas de comunidades de clase trabajadoras que conforman Petare.

“Petare era Chavista, pero ya no más» afirma Héctor Lunar, un sacerdote católico que vive y trabaja en la comunidad y es parte del movimiento de oposición para derrocar a Maduro, «aquí hay más que están contra el gobierno y están clamando por el cambio», y Lunar es más diplomática que la mayoría.

Joel Rivero, otro líder comunitario, comenta que la rabia fue tal que Maduro sería linchado si muestra su rostro en Petare, «y te contare algo: Yo soy un católico practicante… pero creo que me gustaría tener un pedazo… porque no hay ningún nombre para lo que han hecho a Venezuela».

Franklin Piccone, un maestro local y activista, indica que muchos se sentían tan desesperados que esperaban que un misil destruye el palacio presidencial de Miraflores y sus ocupantes, «la gente no les importa más», expresa Piccone, «Si usted me pregunta, tienen que irse si no quiere terminar como Gadafi… Nosotros realmente estamos ahora frente a una explosión social».

Barrios de Caracas.
Para que suceda un cambio, se necesita «una reconciliación profunda» entre la oposición de Venezuela, que mucho tiempo ha sido considerada como una élite opulenta, distante y abrumadoramente blanca; y los pobres.

Los barrios marginales han sido el factor determinante de la política en Venezuela

Pero como el motín político en Venezuela entra en su tercer mes, ese rechazo a menudo indómito de Maduro aún no se traduce en el soporte universal para su rival, Juan Guaidó.

Alexis Pineda, un estudiante de 18 años de El Campito, dijo que por las dificultades de su comunidad que se sentía ambivalente acerca de ambos hombres, «la manera de ver las cosas, ninguno de los dos ha hecho nada», se quejó el joven, «Guaidó se declaró presidente… pero no hemos oído hablar mucho de él desde entonces».

José Jaramillo, trabajador de la construcción de 32 años de edad, explicaba que la crisis política lo había dejado sintiéndose como un niño huérfano: «ninguno de ellos es bueno. Ni Maduro. Ni Guaidó, ninguno de ellos».

William Pirela, desde una ventana, comentaba que no estaba optimista sobre que Guaidó, pues podría arrastrar a Venezuela en una crisis, por lo que forzó a sus dos hijas a huir a la vecina Colombia en busca de trabajo.

Pero Pirela admitió que estaba demasiado asustado para salir a las calles en nombre del retador de Maduro, después de haber visto a un amigo muerto durante una ronda anterior de las protestas contra el gobierno, «Ellos están seguros en sus hogares… Que están protegidos por guardaespaldas y policías”, afirmó Pirela sobre los líderes de la oposición, «Nosotros no somos una de sus preocupaciones».

Empobrecidos los barrios han estado haciendo que sus voces sean escuchadas en las semanas desde Guaidó lanzó el guante a Maduro el 23 de enero y lo han pagado caro, desde entonces los activistas de derechos humanos, han acusando a las fuerzas de seguridad de una cadena de asesinatos políticos, aunque no se hayan mostrado pruebas de tales hechos.

Pero activistas y dirigentes de la oposición expresan que el respaldo inequívoco de los barrios es esencial para que Guaidó prevalezca sobre Maduro, por lo tanto, el uso de las fuerzas especiales y bandas paramilitares, conocidas como colectivos se muestra frente al menor atisbo de rebelión.

En los últimos días, Venezuela ha lidiado con una sucesión de devastadores apagones que han afectado particularmente a los habitantes de los barrios, y Guaidó no ha dado muestras de comprender la necesidad de estos, ni de hacer más para ganar los corazones y las mentes de los barrios.

Fuente
ElGuardianRTVE

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