PolíticaSudamérica

Miles marchan a la toma de Lima

Manifestantes peruanos libran batallas con la policía después de que marcharan para tomar Lima

Una marcha anunciada como la «toma de Lima» se convirtió en batallas entre manifestantes y policías antidisturbios. Todo entre detonaciones, lanzamientos de piedras y remolinos de gases lacrimógenos el jueves por la noche en la capital de Perú.

Miles de peruanos de todo el país llegaron a Lima a principios de semana para participar en una marcha masiva. Con la finalidad de exigir la renuncia de la presidenta Dina Boluarte. El conflicto de casi seis semanas de agitación se tomó la vida de más de 50 personas como resultado de huelgas y bloqueos.

En un discurso televisivo nocturno, Boluarte indicó que la policía tenía las protestas bajo control. Además, que los responsables de la violencia y el vandalismo no quedarían «impunes». Agregó que «esta no fue una marcha pacífica». Y que el «gobierno de Lima es firme y su gabinete está más unido que nunca».

Boluarte afirmó que las protestas en Lima no tenían «agenda social», sino que buscaban «romper el estado de derecho, generar caos y desorden y tomar el poder«. Agregó que los ataques a tres aeropuertos regionales habían sido planeados de antemano y serían castigados con «todo el rigor de la ley».

Comenzó la Toma de Lima.
Los embajadores de Estados Unidos como el Reino Unido en Lima dieron la bienvenida a la reunión y emitieron declaraciones, pidiendo calma y exhortando al gobierno a buscar el diálogo.

Boluarte perdió la perspectiva al ocupar la presidencia de Lima y tomó sólo decisiones equivocadas

«Al pueblo peruano, a los que quieren trabajar en paz y a los que generan actos de protesta les digo: no me canso de llamarlos a un buen diálogo, a decirles que trabajamos por el país», comentó.

Una persona murió y unas 10 resultaron heridas en enfrentamientos con la policía en la ciudad sureña de Arequipa el jueves. Según la oficina del defensor del pueblo: Los manifestantes intentaron invadir el aeropuerto. Varios aeropuertos fueron cerrados y grandes franjas del país, paralizadas por más de 120 bloqueos de carreteras.

La indignación por el creciente número de muertos impulsó las crecientes protestas, que comenzaron a principios de diciembre en apoyo del derrocado ex presidente Pedro Castillo.

Pero cambiaron abrumadoramente para exigir la renuncia de Boluarte, el cierre del Congreso y nuevas elecciones. Boluarte fue vicepresidente de Castillo y lo reemplazó después de que intentó cerrar el Congreso y gobernar por decreto el 7 de diciembre.

El jueves, miles marcharon alrededor de la plaza San Martín de Lima, muchos con pancartas de su lugar de origen. Las organizaciones de seguridad campesinas conocidas como ronderos llevaban látigos tradicionales.

Al principio, hubo cánticos de «Dina, asesina, el pueblo te repudia». Todo en medio de pancartas que mostraban a la primera presidenta de Perú bañada en sangre.

Boluarte, indicó la semana pasada que no renunciaría, cuando se reunió con un representante de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ayer. La semana pasada, la agencia de la ONU indicó que estaba «muy preocupada por el aumento de la violencia» en Perú.

Fuente
OHCHRTheGuardianBBC

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