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Los 9 magníficos, Maria do Socorro Silva (VII).

La aguerrida brasilera defenderá su hogar amazónico contra todo y a pesar de todo

Una desgarbada brasileña de nombre Maria do Socorro Silva, es una acérrima activista que lucha contra la mayor refinería de aluminio en la Amazonia, cuyos inversores son mayoritariamente extranjeros y según, por la cual el año pasado, la líder quilombea perdió dos compañeros de activismo asesinados, pero aun nadie fue arrestado y las muertes estar supuestamente vinculadas a poderosos políticos locales, María lleva adelante su lucha contra la destrucción ambiental en un contexto de racismo estructural enfrentado por las comunidades de quilombos afro-brasileños.

No es raro que, en algunos países, los gobiernos y grandes empresas se confabulen para desarrollar proyectos con un alto impacto social o ambiental o lo que es peor, pero sucede con más frecuencia, es que funcionarios gubernamentales reciban grandes sumas de dinero, como sobornos y favores especiales para hacer la vista gorda ante proyectos ilegales y prácticas ilícitas referentes a los tratos con locales, actividades delictivas para conseguir tierras, entre un sinfín de perversidades que son el pan nuestro de cada día.

Brasil, por ejemplo, tiene un historial largo y redondo, en el 2017, el gobierno abrió 860 mil acres del bosque tropical protegido de Amazon a la tala, la minería y las actividades agrícolas en medio de la desesperación de los activistas ambientales, de allí proviene Maria do Sorocco Silva, una defensora ambiental del Amazonas, que ha estado luchando contra la refinería de alúmina más grande del mundo y sus patrocinadores del gobierno local, según el activista, las autoridades locales no están tomando medidas correctivas a pesar de las ilegalidades obvias porque están recibiendo sobornos de la compañía a cambio de protección contra manifestantes, defensores y la prensa.

Por supuesto, su vida está en peligro, ya que recibe amenazas de muerte las 24 horas del día porque no va a cerrar la boca ante esta atrocidad, ya que como líder de los habitantes del bosque, comunidades indígenas, quilombo y ribereñas, Socorro debería estar aterrorizada, porque su hogar está en Pará, el estado más mortífero para los activistas de la tierra en Brasil, el país más peligroso del mundo para los defensores, y porque dos socios y amigos de María, han sido asesinados desde diciembre.

Ella tiene más furia que miedo en sus ojos de la diminuta y poderosa mujer cuando habla de la planta industrial que amenaza a su quilombo, una comunidad establecida en el bosque por esclavos africanos que rompieron sus cadenas, «¿Vamos a luchar contra esto? Sí, ¿Morirán más? ¡Sí!», espeta con sendos puños en sus manos, «matan el agua, el aire y los animales», dice, “Deberían encarcelarlos”, estar en presencia de Socorro es enfrentar una tormenta.

Maria do Socorro Silva
En Brasil, Maria do Socoro Silva lidera a los pueblos de la selva amazónica contra el acaparamiento de tierras, la corrupción y la contaminación

La Ley Áurea del 13 de mayo de 1888 fue la ley por la cual se abolió la esclavitud en Brasil, pero la lucha aún se mantiene

Durante 10 años, ha estado luchando en múltiples frentes: contra la refinería Hydro Alunorte, de propiedad noruega, en Barcarena, contra la mina de bauxita Albras que la suministra, contra poderosos políticos, contra los inversores, contra los consumidores del primer mundo que usan estaño latas, papel de aluminio, sartenes antiadherentes, barriles de cerveza y partes de aviones sin pensar en los costos ambientales y sociales.

Para un extraño, puede parecer difícil de comprender al principio que una descendiente de esclavos rebeldes africanos lidere esta campaña a los bosques amazónicos, pero para Socorro, la lucha es profundamente personal e históricamente simbólica, pues se trata de tierra, raza, desigualdad y justicia, las mismas razones que sus antepasados ​tuvieron, Casi 5 millones de africanos fueron raptados de su continente y brutalmente obligados a trabajar en hogares y plantaciones en Brasil, la nación esclava más grande del mundo y la última en abolir la práctica.

Algunos de ellos se rebelaron, muchos huyeron a regiones remotas como Barcarena para construir sus propios refugios libres, conocidos como quilombos y hoy en día, hay casi 3 mil de estas comunidades que son hogar de aproximadamente de 16 millones de residentes o quilombeas.

Cuando la comunidad de Socorro finalmente fue reconocida por el gobierno en 2014, dijo que se encontraba entre los momentos más importantes de su vida, «este es un reconocimiento de que no soy un invasor, soy un quilombea», afirmó en ese momento, pero obtener la tierra era una cosa, mantenerla otra, en el congreso, la poderosa bancada ruralista o lobby rural, está presionando para revocar los derechos de quilombeas y grupos indígenas para que las empresas mineras y agronegocios puedan tomar más tierras, este es el principal impulsor de la violencia en el territorio del Pará, que tiene más quilombos que cualquier otro estado.

Barcarena ya no está aislada, la población ha crecido con la apertura de enlaces de carreteras y ríos, una mina de bauxita y una zona industrial, solo lleva tres horas conducir los 40km desde Belém, un viaje que alguna vez duró días y entre las palmeras, los parches de quilombo y las aldeas indígenas que ahora tienen que luchar por espacio con fábricas y tiendas por lo que la tensión sobre el espacio está creciendo y la expansión de la refinería de alúmina está en el corazón de los planes de desarrollo económico promovidos por los políticos locales.

Pero en el camino, se encuentra Socorro, su comunidad y sus acusaciones de acaparamiento de tierras, contaminación y corrupción que hace casi una década comenzó a denunciar contra la refinería, entonces propiedad de la empresa minera Vale de Brasil, donde una de las piscinas de relaves, según ella, se construyó sin permiso en un área ambientalmente protegida, «al principio, no nos dimos cuenta de lo que estaba sucediendo porque la fábrica era pequeña. Pero a medida que crecía, comenzamos a darnos cuenta. Primero los pescadores, luego los animales. Nuestras plantas han sido destruidas «, afirma, «me he estado quejando desde 2009, pero nadie hace nada porque el alcalde está involucrado y el gobierno esta lleno de bandidos y asesinos que no nos respetan».

Desde diciembre, dos líderes de Cainquiama han sido asesinados: Fernando Perreira el 22 de diciembre y Paulo Sérgio Almeida Nascimento el 12 de marzo, de los que la policía no tiene pistas sobre sus asesinos y los abogados del grupo creen que están vinculados con políticos locales que quieren silenciar la oposición a la planta industrial, lo mismo que ocurre con Socorro, «Fernando murió, Paulo Sergio murió, pero la verdad es que la planta industrial lentamente nos está matando a todos. Todos los días bebemos agua, todos los días morimos un poco. Esto no es solo ahora, ha estado sucediendo durante años. Nadie más tiene el coraje de denunciarlo», asevera Socorro.

Maria do Socorro Silva
La activista brasileña está luchando contra las fábricas de hidropónicos que presuntamente son responsables de la intoxicación por agua en la ciudad de Barcarena.

Las afirmaciones de Socorro sobre la contaminación se fortalecieron el 17 y el 18 de febrero cuando las fuertes lluvias inundaron el sitio de Hydro Alunorte, lo que generó informes de contaminación de las aguas circundantes, investigadores del instituto Evandro Chagas, que está afiliado al ministerio de salud, descubrieron altos niveles de sulfato, cloruro y plomo en la comunidad cercana de Bom Futuro, los niveles de aluminio eran más de 30 veces el límite legal de Brasil.

Una investigación posterior realizada por las autoridades encontró una tubería de desechos que no se suponía que existiera, pero los tribunales reconocieron que uno de los estanques de desechos se construyó ilegalmente y castigó a la compañía al ordenar un recorte de producción del 50%, el gobernador de Pará exige 250 millones de dólares en daños y perjuicios y Hydro Alunorte ha apelado, pues arguye que otros estudios muestran que no hay contaminación de la planta, aunque también se disculpó y prometió brindar atención médica gratuita y agua embotellada a más de 1 mil personas locales.

Entonces, en caso de que alguien piense que la intimidación podría terminar su campaña, agrega un voto para seguir luchando, «no les gusta lo que hacemos. Es por eso que estamos siendo amenazados», explica «Pero no le temo al alcalde ni a nadie más, soy una quilombola y la lucha de la esclavitud corre en mi sangre».

Fuente
Eju.tv

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