Medio Ambiente

La actividad humana, cómo fuente de desgracias

La actividad humana y la sequía «degradan más de un tercio de la selva amazónica»

La actividad humana y la sequía pueden haber degradado más de un tercio de la selva amazónica. El doble de la estimación anterior, según un estudio que aumenta las preocupaciones de que el ecosistema de importancia mundial se está deslizando hacia un punto de no retorno.

Los incendios, la conversión de tierras, la tala y la escasez de agua producto de la actividad humana debilitan la resistencia de hasta 2,5 millones de kilómetros cuadrados del bosque. Un área 10 veces el tamaño de Ecuador.

Como producto de la actividad humana, esta área ahora es más seca, más inflamable y más vulnerable que antes. Lo que llevó a los autores a advertir sobre «mega incendios» en el futuro.

Entre el 5,5% y el 38% de lo que queda del bosque tropical más grande del mundo también es menos capaz de regular el clima. Tampoco generar lluvias, almacenar carbono, proporcionar un hábitat a otras especies, ofrecer un medio de vida a la población aborigen y sostenerse como un ecosistema viable, observa el documento.

Consecuencias de la actividad humana en la selva.
Los incendios, la conversión de tierras, la tala y la escasez de agua producto de la actividad humana, debilitan la resiliencia de 2,5 millones de kilómetros cuadrados de bosque.

La degradación, es la pérdida parcial de vegetación debido a la actividad humana, a menudo oculto bajo el dosel de árboles más grandes

Esta degradación se suma al 17% del bosque original que ya fue completamente talado durante el último medio siglo. Brasil hiso retroceder sus fronteras agrícolas y mineras para satisfacer las demandas de un mundo cada vez más rico, más poblado y de alto consumo.

El nuevo presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, prometió cambiar de dirección con una política de deforestación cero. Pero los autores indican que también se debe trabajar en la degradación si se quieren evitar mega incendios en el futuro.

«Ahora hay esperanza, pero nuestro documento muestra que no es suficiente para resolver la deforestación. Hay mucho más trabajo por hacer», señaló Jos Barlow, de la Universidad de Lancaster.

Los hallazgos, publicados en Science, se basan en una revisión de estudios existentes, datos satelitales recientes y una nueva evaluación de los impactos de la actividad humana y la sequía.

El estudio, fue realizado por un equipo internacional de 35 científicos e investigadores, de instituciones como la Universidad de Campinas (Unicamp) de Brasil, el Instituto de Investigación Ambiental del Amazonas (IPAM), además del Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE) y la Universidad de Lancaster del Reino Unido.

La privación de agua representa la mayor parte del aumento de la degradación del Amazonas en comparación con la estimación anterior del 17%. La sequía es un área de creciente preocupación porque aumenta la vulnerabilidad del bosque a los incendios y disminuye hasta en un 34% su capacidad de regenerarse a través de la evapotranspiración. Incluso, la generación de nubes de lluvia por billones de plantas.

Esto tiene efectos en cadena en una región más amplia. Incluso en áreas productoras de alimentos que dependen de los «ríos voladores» del Amazonas para regar los cultivos. Lo más preocupante es que plantea el espectro de un ciclo de retroalimentación destructivo en el que la sequía. Ella, hace que el bosque sea menos capaz de bombear agua, lo que conduce a más sequía.

Fuente
ScienceTheGuardianPublico

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