La deforestación amazónica aumenta a su nivel más alto en 15 años
La deforestación en la selva amazónica de Brasil se disparó un 22% en tan sólo un año. El nivel más desde 2006, según el informe anual del gobierno. Lo que socava las garantías del presidente Jair Bolsonaro de que el país está frenando la tala ilegal.
La agencia de investigación espacial de Brasil, INPE, Indicó que el país registró 13 mil 235 kilómetros cuadrados de deforestación en la selva tropical más grande del mundo.
Según los datos satelitales de PRODES, se trata de un área de casi 17 veces el tamaño de la ciudad de Nueva York. Los datos oficiales de deforestación cubren un período comprendido entre agosto de 2020 y julio de 2021.
La creciente deforestación se produce a pesar de los esfuerzos de Bolsonaro, conocido como el Capitán Motosierra. Quien trata de demostrar que su gobierno se toma en serio la protección de la Amazonía. Una postura que parece falsa.
Bolsonaro trata de ocultar con discursos imaginarios la deforestación de la Amazonía
Bolsonaro, el ex capitán del ejército de extrema derecha todavía apunta a desarrollar más la minería y agricultura comercial en partes protegidas de la selva tropical.
En la cumbre climática de las Naciones Unidas en Glasgow este mes, COP26, el gobierno de Brasil presentó una promesa de poner fin a la deforestación ilegal para 2028. Pero este objetivo, requerirá reducciones anuales agresivas en la desforestación.
El informe del INPE, fechado el 27 de octubre, mostró que la deforestación aumentó en cada uno de los últimos cuatro ciclos, una primicia para la serie de datos desde al menos el año 2000.
«Fíjate la fecha en la nota del INPE. El gobierno fue a la COP26 conociendo los datos de deforestación y los ocultó», escribió en Twitter el grupo de defensa brasileño Observatorio del Clima.
En el período previo a la cumbre, el gobierno de Bolsonaro promocionó datos mensuales preliminares. Estos apuntan a una ligera disminución para el período anual, como evidencia de que estaba controlando la deforestación.
Los datos finales y más refinados, en cambio, mostraron una imagen terrible. «Los números siguen siendo un desafío para nosotros. Tenemos que ser más contundentes en relación con estos crímenes», señaló el ministro de medio ambiente, Joaquim Pereira Leite.
Los datos no reflejaban la reciente intensificación de la aplicación de la ley contra la deforestación ilegal. Al tiempo que admitió que el gobierno debe ser más enérgico en la lucha contra la destrucción.
