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Un solo mundo y un solo tiempo universal

El plan radical dejaría a la tierra entera con un solo uso horario de tiempo

La lógica de la propuesta de Steve Hanke y Dick Henry es sorprendentemente simple: donde quiera que esté, el momento es el mismo, toda la idea comenzó en 2015, cuando Corea del Norte hizo algo un poco extraño, en el 70 aniversario de la liberación de Corea de la ocupación japonesa, el estado anunció que retrasaría permanentemente sus relojes media hora, en ese momento, el país estaba creando su propia zona horaria, hora de Pyongyang, esa misma práctica la realizó Venezuela en 2016.

Como plan, no tenía mucho sentido, muchos, comprensiblemente, lo interpretaron como un ejemplo más de la lógica de la política característicamente ilógica de Pyongyang y Caracas, sin embargo, el tiempo también destacó algo más, en todo el mundo, las zonas horarias tienen poco sentido, por ejemplo, Rusia tiene actualmente 11 zonas horarias, mientras que China solo tiene una.

Las zonas horarias empezaron a tener sentido cuando el ferrocarril permitió recorrer grandes distancias en poco tiempo y hasta ese momento, las horas del día se establecían localmente según el tiempo solar aparente, pero la llegada del tren hizo que necesitáramos horarios más precisos y coordinados que evitaran los accidentes, la estrategia que se siguió fue buscar una forma de coordinar todos los tiempos locales y desarrollar una fórmula sencilla que nos permitiera convertir unas horas en otras, para que fuera sencilla, se optó por buscar bloques de una hora que no nos obligasen a tener que estar sumando y restando minutos y segundos.

Esto, que permite la coordinación de muchas personas en poco tiempo también tiene problemas, como el caso de las islas Baleares, que, con los mismos horarios, en Menorca tienen casi una hora menos de luz solar que en Vigo, pero como sostienen dos profesores de la Universidad Johns Hopkins eso es sólo una anécdota.

Se dice que los españoles están constantemente cansados ​​porque están en la zona horaria incorrecta y Nepal es, inevitablemente, el único país del mundo que tiene una zona horaria que se establece en 15 minutos después de la hora, al observar este paisaje caótico, es razonable preguntar: ¿Las zonas horarias tienen fallas inherentes?, pues eso es lo que piensan Steve Hanke y Dick Henry.

Hace unos años, Hanke, un destacado economista de la universidad Johns Hopkins y un miembro del comité de expertos del Instituto CATO, y Henry, profesor de física y astronomía en Johns Hopkins, se unieron para proponer un nuevo calendario diseñado para corregir las ineficiencias del actual, el plan, denominado «Calendario Permanente de Hanke-Henry», con la que se resolvería el caos causado por las zonas horarias.

Un sólo Tiempo para todos.
Por ahora, al menos, estamos confiando que pensaríamos en el primero de enero del 2020, para dejar que las cosas cambien, usamos las redes sociales para comenzar a rodar la pelota ¡El 1 de enero está a solo dos años! ¡Difundir la palabra es importante! ¡Vamos a ser virales!

Un sistema de tiempo para un mundo que ya no existe

El plan era sorprendentemente simple, en lugar de tratar de regular una variedad de zonas horarias en todo el mundo, deberíamos optar por algo mucho más fácil: destruyamos todas estas zonas horarias y en lugar de eso nos quedemos con un gran «Tiempo Universal».

Y aunque suena extremo, tal vez, no lo sea, pues la lógica del Tiempo Universal es sorprendentemente simple: si son las 7 de la mañana en ciudad de México, también son las 7 de todo el mundo, no habría zonas horarias, donde quiera que estés, el tiempo sería el mismo y si bien en última instancia puede simplificar nuestras vidas, el concepto requeriría algunos grandes cambios en la forma en que pensamos sobre el tiempo.

Dado que los relojes aún se basarían en el Tiempo Universal Coordinado, sucesor del Tiempo Medio de Greenwich que corre por el sureste de Londres, la mayoría de las personas en el mundo tendrían que cambiar la forma en que consideran sus horarios, en CDMX, por ejemplo, significa que tendríamos que acostumbrarnos a levantarnos alrededor del mediodía y cenar a la 1 de la mañana, quizás eso no sea un gran cambio para algunas personas, pero el resto de los mortales, estaría afectado.

De muchas otras maneras, sostienen Hanke y Henry, el nuevo sistema haría mucho más fácil la comunicación, los viajes y el comercio a través de las fronteras internacionales, y es que todo lo que se basa en decisiones políticas locales siempre prevalece: ¡Necesitamos que los políticos participen! De hecho, con nuestro esquema, la influencia política local en las horas de trabajo sería local a la ciudad o al estado. ¡Conservas el control local de las horas de trabajo! Dicho esto, las horas de trabajo basadas en los límites de las «zonas horarias» actuales probablemente prevalecerían como zonas de «horas de trabajo».

Conforme se estudia la propuesta, la cuestión de fondo no es la utilidad o no de un horario universal, sino si el impacto de las nuevas tecnologías que requiere que repensemos instituciones tan asentadas como el horario, es decir, cuánto tiempo vamos a tardar en aceptar el mundo que nosotros mismos hemos creado.

Fuente
BBCHanke y Henry

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