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Ser madre a los 50 años implica muchos retos

Una tendencia que se hace cada vez más visible mientras envejece la población

Laura Wade Gery, directora de multicanal en M&S, y su esposo, Simón Roberts, de 67, dan la noticia de que están a punto de convertirse en padres por primera vez, pero no se discute este hecho tan feliz solo porque se dará de baja por maternidad, sino porque la Sra. Wade Gery tiene 50 años, si un hombre de la misma edad tomara un permiso por paternidad, pocos levantarían una ceja, pero las madres mayores aún son tema de debate, aunque las cifras más recientes de la oficina de estadísticas muestran que uno de cada 25 bebés que nace ahora es de padres mayores de 40 años, una cifra que ha aumentado más de cuatro veces en los últimos 30 años.

El número de nacimientos de mujeres mayores de 50 años es altísimo, pero, ¿cuál es la verdadera historia detrás del aumento?

La situación de Wade es inusual, pero ciertamente no está sola, en junio se supo que, el número de nacimientos de mujeres por encima de los 50, se ha cuadruplicado en las últimas dos décadas, de 55 en 2001 a 238 en 2016, según la oficina nacional de estadística norteamericana y durante ese período, hubo 1 mil 859 nacimientos de mujeres de más de 50, y 153 a mujeres mayores de 55 años, ha enarbolado la bandera de la maternidad más antigua.

Esto, «sigue siendo un tabú» y muchas madres mayores sienten que se enfrentan en malos términos al escarnio público y son blanco de opiniones ajenas, a pesar que los médicos, creen que estos embarazos son de alto riesgo, ya comienzan a hablar sobre la personalidad y comportamiento durante el embarazo, algunos profesionales que trabajan en el campo de la gestación tardía están preocupados por los donantes, más que por los nacimientos, ya que las familias con niños nacidos como resultado de gametos donados, describe como una «niebla» alrededor del tema, porque muy pocas mujeres se sienten abiertas a la donación de óvulos.

Esto, como el embarazo tardío, «sigue siendo un tabú», muchas madres mayores sienten que están en contra de ella lo suficiente en términos de las opiniones de otras personas, y el ser abierto sobre esto sería otra cosa para criticarlos, las celebridades, por su parte, a menudo son tímidas sobre los detalles precisos de cómo concibieron, dando lugar a la idea errónea de que los jóvenes pueden posponer el embarazo hasta su sexta década, pero como sociedad, debemos mantener una conversación adecuada, pues la tecnología hace posible tener bebés hasta que tengamos 75 años, pero ¿es eso lo que queremos?

Madre a los 50.
La donación de óvulos es el último paso en los programas de fertilización artificial, pues amplía los límites de la edad reproductiva en la mujer en más de quince años.

Aunque es posible la maternidad tardía conlleva muchos riesgos

Las técnicas en reproducción asistida han evolucionado de forma notable en la última década y una mujer puede ser madre pasados incluso los 50, pero a decir no es fácil, es muy costoso física, psicológica, económicamente y generalmente se necesita óvulos de mujeres mucho más jóvenes que los han donado o de la donación de embriones, y que desde hace unos años las mujeres pueden recurrir a la vitrificación de sus óvulos cuando tienen 30 años, o inclusive antes, para poder ser madres si lo desean más adelante.

Pese a ello, también habría que informar los riegos de ser madre tardía que siempre son mayores, como los abortos espontáneos y las malformaciones, pero que a pesar de todo ello, y consciente de esta realidad, si se quiere, se puede, Adam Balen, profesor de medicina reproductiva en la universidad de Leeds y portavoz de fertilidad del Royal College de ginecología y obstetricia, comparte las preocupaciones, «No somos muy buenos en medicina preventiva, y en el mundo de la infertilidad estamos tratando muchas cosas que podrían haberse evitado», explica, si la reproducción asistida tiene la reputación de ser una panacea, entonces, insiste, está fuera de lugar, pues «la reproducción asistida no funciona para todos, y no está disponible para todos», además de ser costosa, algunas de las mujeres han gastado miles de dólares en su búsqueda de un bebé, y anecdóticamente no lo han logrado.

El embarazo tardío conlleva riesgos, dice Balen. El aborto espontáneo y la preeclampsia, en particular, son más probables; y el uso de gametos donados aumenta esos riesgos, cuando una mujer acude a una revisión ginecológica, es éste quién debería informarle de todo lo concerniente a su fertilidad, para que fuese libre de decidir si la poster o no.

Deberían ser los centros médicos quiénes solicitasen pruebas tan sencillas como una analítica de sangre a mujeres de más de 30 años para realizarles un estudio sobre su fertilidad y en función de ello, que tomase la decisión que creyese más adecuada, que las revisiones ginecológicas incluyesen este tipo de pruebas y que se dejase de oír tan a menudo eso de “tranquila, que aún tienes tiempo”, solo porque se tiene 32 años, cuando por muchos es sabido que hay mujeres que con 37 años y menos que sufren menopausia.

La educación sobre la fertilidad está en pañales, tanto en casa como en la calle, porque las mujeres, hoy en día, en un porcentaje alto no reciben formación con respecto a su fertilidad y muchas de ellas ni siquiera son conocedoras de la importancia de vacunar a sus hijas contra el virus del papiloma humano, preventivo y de protección contra el cáncer de útero, y hay por otro lado, colegios donde se da educación sexual, pero no se menciona nada acerca de la fertilidad y de los inconvenientes reproductivos más allá de cierta edad, algo que habría que explicar a las jóvenes que cuando se retrasa la maternidad nos podemos encontrar con dificultades para ser madres.

Pues la fertilidad de una mujer a los treinta años no tiene por qué ser la misma de las demás mujeres de la misma edad y que los ginecólogos hablan de que la posibilidad de conseguir una gestación cada mes pasa de un 8% a los 35 años a un 3% a los 38 y a esta edad, el porcentaje de mujeres con problemas para ser madres puede llegar al 50%.

Una cosa en la que todos parecen estar de acuerdo es que sería mejor para los jóvenes en particular, y para toda la población en general, saber más sobre la fertilidad, sin embargo, una de las principales razones por las que las mujeres tienden a dejar el embarazo hasta los 30 años es por razones económicas: la mayoría a los veinte, apenas puede pagar el alquiler, y mucho menos proporcionarle una familia, luego de encuentran con las presiones en el lugar de trabajo en la treintena para ser promovido y subir la escalera de la carrera profesional, este es el factor que pesa en contra de la maternidad más joven y, sin importar cuán informados estén los adolescentes sobre la fertilidad, no hay garantía de que se reúnan con la persona con la que quieren criar a un niño antes de los 35 años.

Sin embargo, lograr un embarazo en una mujer que sobrepasa los cincuenta años no significa que no existan riesgos para llevarlo a término, Zef Rosenwacks, director del programa de fertilización in vitro en la universidad Comell, señala que «uno tiene que pesar los riesgos al mismo tiempo con la capacidad tecnológica. Sólo porque podemos conseguir el embarazo de una mujer en casi cualquier edad, no significa que ella debería asumir el riesgo», pues según el especialista, la edad aumenta las probabilidades de problemas médicos o enfermedades en la mujer, que pueden interferir con un embarazo normal, “por ejemplo, hay más posibilidades de que padezca de diabetes o problemas cardíacos» dice él especialista.

La cuestión final es que es posible embarazarse luego de los 50, pero los riesgos patológicos, clínicos y médicos que están relacionados a un embarazo tardío y los gastos físicos y económicos, por más que la recompensa sea mayor, ponen en duda la viabilidad de el proceso, no sólo porque es sumamente arriesgado para madre e hijo, sino por la carga psicoemocional que significa ser la abuela de tu hijo, en un mundo en que la juventud se está degenerando sólo a la importancia del trabajo y toma el matrimonio o la maternidad, como una consecuencia y no como una meta.

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Semana

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