La ciudad de Medellín se esfuerza por convertirse en la primera eco-ciudad de Colombia
Hace unos 30 años, Medellín era considerada una de las ciudades más peligrosas del mundo. Los cárteles de la droga reinaban, los homicidios y las explosiones eran comunes, y solo los tontos paseaban por las calles por la noche.
A través de una serie de inversiones inteligentes en comunidades pobres, infraestructura de transporte, escuelas, tecnología y parques públicos, la ciudad de Medellín se transformó. Ahora es un modelo de planificación urbana e innovación, obteniendo reconocimiento internacional por su espíritu empresarial y modernidad.
Hoy en día, Medellín quiere reinventarse nuevamente, esta vez como la primera «eco-ciudad» de América Latina. Presenta iniciativas de amplio alcance en energía renovable, transporte, vivienda, gestión del agua y residuos.
Los gobiernos y los inversores de todo el mundo hoy, dirigen los fondos hacia los esfuerzos de recuperación de la pandemia. Ciudades como Medellín están aprovechando la oportunidad para establecer simultáneamente una agenda amigable con el clima en los años venideros.
El eco turismo tiene un papel que desempeñar en el logro de los objetivos verdes de Medellín
Colombia comenzó recientemente a reabrir la mayoría de los grandes eventos. Incluso cuando los casos de Covid-19 continúan aumentando, para impulsar la devastada economía del país.
El alcalde de Medellín, Daniel Quintero, afirmó que su reactivación post-Covid irá de la mano con sus objetivos climáticos. «Lo que ha estado sucediendo está desencadenando enormes transformaciones dentro de las personas y las instituciones en general», comentó.
Los ambiciosos planes del gobierno de Medellín son: Reducir las emisiones de carbono en un 20 por ciento, electrificar todo el transporte público para 2030, expandir los carriles para bicicletas en un 50 por ciento y duplicar el número de líneas de transporte público.
Medellín ya tiene una ventaja con el único sistema de metro de Colombia, junto con carriles para bicicletas. Una flota de autobuses eléctricos y su red de «corredores verdes» de vegetación urbana que bordean calles congestionadas.
La ciudad abrió en enero una nueva estación de carga eléctrica para su flota de 69 autobuses eléctricos. Y hay planes para casi duplicar eso en los próximos tres años, y para construir un tren ligero eléctrico. Algunos políticos y activistas señalan que, en su mayor parte, la administración es grande en promesas elevadas y corta en la voluntad política para promulgarlas.
Un comentario