Manifestantes acusan a las autoridades de haberlos golpeado y disparado
Muchos, como en el caso del manifestante Gabriel del Campo afirmó haber estado protestando pacíficamente en la pequeña plaza de un tranquilo barrio de Santiago la semana pasada cuando las cosas se volvieron rápidamente violentas, «fue muy pacífico, Muchas familias», comentó, agregando que estaban participando en un «cacerolazo», cuando, la policía entró con fuerza en la multitud, arrojando gases lacrimógenos, «había niños, bebés. Estaba al lado de un anciano con un bastón», agregó.
Para proteger a los que lo rodean, Del Campo indicó que pateó una lata de gases lacrimógenos hacia la policía y al parecer, eso provocó a los oficiales, quienes, según, lo apuraron, pateando y golpeando con sus porras, como atestigua un video filmado por un compañero manifestante, donde muestra a los agentes rodear a Del Campo, golpeándolo antes de arrastrarlo por el suelo hasta su camioneta.
Del Campo indicó que una vez que estaba en la camioneta, un oficial lo golpeó en la entrepierna antes de que el conductor de la policía comenzara a abusar verbalmente de él, «me dijeron que tu madre es una prostituta y la violaron todos los días», explicó, «estas son las personas que están a cargo de nuestra seguridad», comentaba días después de su liberación.
Tomás Ugas describió un incidente similar que tuvo lugar en un barrio diferente de Santiago, Ugas refirió que él y unos 30 de sus vecinos, incluidas las familias, participaban pacíficamente en un cacerolazo, poco antes del toque de queda de las 7 p.m. a principios de este mes, cuando, sin previo aviso, la policía cercana comenzó a arrojar botes de gas lacrimógeno y disparar «balines».
«Uno de los disparos me golpeó la frente. Casi me desmayo por el impacto», recordó Ugas, «sentí que era su presa», informó, refiriéndose al oficial que le disparó, una vez en casa, tuvo que exprimir los restos del sedimento de la herida abierta.
Al menos 19 personas murieron durante más de una semana de protestas por la desigualdad en Chile y al menos cinco fueron asesinados por las fuerzas militares o la policía, según lo relata la organización nacional de derechos humanos, INDH, lo que provocó denuncias de abuso y fuerza excesiva.
En medio de la protesta la policía y el ejército se desbordo atacando a la gente
Más de 1 mil 100 personas han resultado heridos, incluidos cientos que sufrieron heridas de perdigones, refirió el INDH y otros miles de otros han sido detenidos, «usan una fuerza excesiva, disparan directamente a la gente. No se trata solo de dispersar multitudes», indicó Matías Madiaga, una enfermera que se ofreció como voluntaria con un grupo que atendía a víctimas civiles en la calle.
Entró en áreas donde los manifestantes se enfrentaron con la policía, guiando a los heridos a un espacio seguro donde los médicos estaban disponibles, la policía y los oficiales militares chilenos no responden a las solicitudes de entrevistas, aunque Mario Rozas, director general de la policía chilena, informó el jueves que «se dará la mayor transparencia» a los casos de derechos humanos y que trabajará para «identificar a todos los involucrados» en el presunto abuso.
El lunes, investigadores de la ONU llegaron al país para investigar las acusaciones de abuso, Michele Bachelet, jefa de derechos humanos de la ONU y ex presidente de Chile, que envió a los investigadores, calificó las acusaciones de «inquietantes», «Las autoridades deben actuar en estricta conformidad con las normas internacionales de derechos humanos, y cualquier aplicación del estado de emergencia debe ser excepcional y estar enraizada en la ley», expuso Bachelet la semana pasada.
Se esperaba que los disturbios se calmaran luego del levantamiento del estado de emergencia del país el domingo por la noche, pero las protestas continuaron el lunes y martes, pero hasta ahora, las concesiones del presidente Sebastián Pinera, incluida una remodelación parcial de su gabinete y reformas sociales, no han logrado satisfacer a los manifestantes que han exigido su renuncia y una nueva constitución.
Este es considerado el peor malestar que ha visto el país desde los 17 años de dictadura militar de Augusto Pinochet, el presidente Sebastián Piñera comentó el lunes que dio la bienvenida a la visita del equipo de la ONU, y agregó que «no tenemos nada que ocultar», pero hasta el momento, el INDH ha presentado 120 acciones judiciales por presuntos abusos contra los derechos humanos.
Ugas actualmente está procesando su caso con el INDH, Del Campo, ansioso por salir de su terrible experiencia, no está seguro de si presentará un caso, «los militares y la policía están locos», expresó Del Campo con amargura, «se están divirtiendo, están armados y están disparando a la gente».
