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El fiasco de las presas hidroeléctricas

La energía hidroeléctrica genera más costos que beneficios

Según un nuevo estudio, se afirma que muchos proyectos de presas hidroeléctricas a gran escala en Europa, América, Asia y África han sido desastrosos para el medio ambiente, docenas de estas represas se eliminan cada año, y muchas se consideran peligrosas y poco económicas, pero los autores temen que la naturaleza insostenible de estos proyectos no haya sido reconocida en el mundo y se sigan construyendo a pesar de ser una catástrofe en cierne.

En la actualidad, miles de nuevas represas están siendo planeadas para ríos en África, América y Asia, pues la energía hidroeléctrica es la fuente del 71% de energía renovable en todo el mundo y ha desempeñado un papel importante en el desarrollo de muchos países, pero los investigadores dicen que la construcción de represas alcanzó un pico en la década de 1960 y ha estado en declive desde entonces, con más desmantelamientos que instalaciones.

La energía hidroeléctrica solo suministra aproximadamente el 6% de la electricidad de los Estados Unidos y en gran parte de Europa y las represas ahora se están eliminando a una tasa de más de una por semana en ambos lados del Atlántico, el problema, dicen los autores de este nuevo artículo, es que los gobiernos se vieron sorprendidos ante la perspectiva de la electricidad barata sin tener en cuenta los costos ambientales y sociales de estas instalaciones.

Más del 90% de las represas construidas desde la década de 1930 eran más caras de lo previsto y han dañado la ecología de los ríos, han desplazado a millones de personas y han contribuido al cambio climático al liberar gases de efecto invernadero por la descomposición de las tierras y bosques inundados.

«Hacen una imagen optimista de los beneficios, que no se cumplen y los costos se ignoran y se pasan a la sociedad mucho más tarde», afirmó el autor principal, el profesor Emilio Morán, de la universidad Estatal de Michigan, su informe cita el ejemplo de dos represas en el río Madeira en Brasil, que se terminaron hace solo cinco años, y se prevé que produzcan sólo una fracción de la potencia esperada debido al cambio climático.

En el mundo un estimado de 3 mil 700 represas, grandes y pequeñas, se encuentran en diversas etapas de desarrollo y los autores de informe, explican que su gran preocupación es que muchos de los proyectos más grandes causarán daños irreparables a los ríos principales en los que es probable que se construyan.

Energía Hidroeléctrica.
La presencia de las presas hidroeléctricas cambia sus patrones migratorios y perjudica a las poblaciones de peces. Las centrales hidroeléctricas también pueden provocar la disminución de los niveles de oxígeno disuelto en el agua, lo que resulta dañino para los hábitats fluviales.

La energía hidroeléctrica genera más costos que beneficios

En el río Congo, se espera que el proyecto Grand Inga produzca más de un tercio de la electricidad total que se genera actualmente en África, Ituango en Colombia tiene perspectivas parecidas y sin embargo, se ha señalado que el objetivo principal de las instalación de 80 mil millones de dólares en el Congo, será proporcionar electricidad a la industria, «más del 90% de la energía de este proyecto irá a Sudáfrica para la minería y la gente en el Congo no obtendrá ese poder», asevera el profesor Morán.

«La gente que estudio en Brasil, la línea eléctrica pasa por encima de sus cabezas y se encuentra a 4 mil km del área y ni una parte de la energía producida, se les da a nivel local», «el buen objetivo de la electrificación rural se ha visto completamente subvertido por los intereses a gran escala que están impulsando esta tecnología, y los gobiernos están abiertos a ser convencidos por ellos de que este es el camino a seguir», ilustra el estudio.

El informe señala que las grandes instalaciones en estos grandes ríos destruirán las fuentes de alimentos, ya que 60 millones de personas que viven de las pesquerías a lo largo de los cauces de los ríos y probablemente se verán afectadas con una posible pérdida de medios de subsistencia superior a miles de millones, os investigadores también creen que las represas destruyen y destruirán miles de especies en estos puntos críticos de biodiversidad.

En Brasil, que obtiene el 67% de su electricidad de la energía hidroeléctrica, la respuesta a la reducción de la capacidad de agua debido al cambio climático es construir más represas, con la elección de Jair Bolsonaro en Brasil, es probable que se detenga la suspensión temporal de la construcción de nuevos proyectos hidroeléctricos y los planes para 60 nuevas represas ya están en marcha.

Científicos aseguran que, con una gran presión sobre los países para seguir adelante con el desarrollo de las energías renovables, una combinación de fuentes de energía, incluida la hidroeléctrica, es el enfoque más sostenible, pero «la gran energía hidroeléctrica no tiene futuro, esa es nuestra conclusión contundente», sentencia el profesor Moran, «para mantener la energía hidroeléctrica como parte de la combinación en el siglo XXI, debemos combinar múltiples fuentes de energía renovable».

«Debería haber más inversión en energía solar, eólica, biomasa e hidroeléctrica cuando sea apropiado, siempre que los mantengamos bajo estándares rigurosos donde los costos y beneficios sean verdaderamente transparentes», ya que los gastos en recursos ambientales, de la energía hidroeléctrica no compensan los sacrificios.

Fuente
NatGeoPnas

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