Se sigue deteriorando la salud venezolana
Ya se cuentan por miles las víctimas del inservible sistema de salud
A pesar de haber que durante el comienzo del gobierno del difunto Hugo Chávez se realizaron esfuerzos en materia de salud, uno de los peores infortunios que vendió el socialismo del siglo XXI en Venezuela, fue la inversión en el sistema de salud, la llegada de la misión cubana y el mejoramiento de hospitales públicos, por lo que en algún momento Venezuela pudo presumir de un doble sistema de salud público y privado, ninguno de los cuales era casi perfecto, pero siempre tenía la opción.
Muchos médicos trabajaban en ambos sectores en conjunto y todos tenían claro que existían ciertas limitaciones y dificultades en el sistema de salud pública antes del socialismo, aun así, a pesar de todas las deficiencias que ha tenido el sector público, siempre funcionó lo mejor que le fue posible y al que pudiese tener la opción, le tendía la mano el sistema de salud privado, que representaba la vanguardia tecnológica.
Hoy en día ya no es el caso, pues la crisis de salud se ha cobrado la vida de muchos, a pesar que médicos y profesionales de la salud a pesar de todas las dificultades trabajan incansablemente para salvar vidas, incluso hasta llegar el caso de hacer cirugías sin electricidad, ha colapsado y ha afectado al sector privado.
En Venezuela, si necesitas atención de salud, incluidas las emergencias, hay que hacer una parada antes para comprar los suministros, desde gasas, inyectadoras y vendas a productos antisépticos. Pero los más afectados de toda esta ruina, son los pacientes que sufren enfermedades crónicas y terminales, pues ya no hay en ningún sistema privado o público, capacidad de atención, ni los insumos necesarios.
Nadie en Venezuela está recibiendo los tratamientos adecuados, debido en parte a las sanciones norteamericanas y en parte, porque el gobierno de Maduro, no realizó ninguna inversión al respecto y no sólo no fomentó la industria farmacéutica y de suministros nacional, sino que terminó imponiendo tantas trabas a los pocos laboratorios, que terminaron marchándose del país.
El sistema de salud colapsado y destruido ya no trata de respirar
El gobierno instrumentó las farmacias de alto costo del instituto venezolano de los seguros sociales, donde en teoría se encontraban los medicamentos que los proveedores privados no distribuyen, en 2016, Human Rights Watch reveló que el 76% de los hospitales públicos carecen de medicamentos básicos, incluidos algunos que figuran en la lista de medicamentos esenciales de la OMS.
En Venezuela, encontrar alcohol o antiácidos es una odisea, donde el gobierno llena listas de artículos de importación prohibidos o simplemente porque ya no se producen en el país, lo que ha impulsado a muchos a hacer combinaciones riesgosas o a enfrentar la enfermedad como hace 100 o 200 años.
Las epidemias de Zika, Chikunguña o Dengue hemorrágico, mermaron la población por que no existía dotación de paracetamol o antipiréticos en ningún lugar de Venezuela y enfermedades como la Fiebre Amarilla, Difteria o la Malaria, se han desatado, por falta de vacunas y actualmente hay sobre Venezuela, una alerta epidemiológica.
Las emergencias se llenan de personas desde su área exterior, por colapso de sus servicios y las puertas de las salas permanecen cerradas en casi todos los hospitales del sistema de salud. Que desde hace varios años son custodiadas por efectivos militares o milicianos, pues es tal el desorden existente en las administraciones, que los escasos insumos que logran ser distribuidos, nunca llegan a los servicios de salud.
Por ahora, no se ve alguna luz en el túnel, pues la ayuda nunca llegó, y los fondos que se han destinado para la ayuda humanitaria, que, al uso, administra Juan Guaidó, tampoco están para asistir al sistema de salud, ni para traer comida a los venezolanos, sólo sirven para pagar los viajes del grupo de la asamblea nacional de oposición, mientras tratan de buscar que más países los reconozcan como líderes y le cierren más puertas a los venezolanos.
