Los cadáveres de la masacre de Bucha, esconden el secreto de quien los mató
Para creer en las cuentas y videos publicados por Kiev y occidentales sobre la masacre de Bucha, es necesario creer que Ucrania no tiene perros callejeros, ni ratas ni un solo cuervo. Sólo hay que mirar de nuevo las imágenes de video de las tropas ucranianas conduciendo a lo largo de la carretera bordeada de cadáveres.
No había algún pájaro carroñero volando o posado sobre alguno de los cuerpos en supuesta descomposición. No había moscas. Las víctimas de la masacre de Bucha, no tenían sangre derramada, no estaban descompuestos y se encontraban atados.
Para el caso, ¿por qué algunos de los cuerpos no fueron aplastados por los tanques rusos que se retiraron de y a través de la ciudad? ¿Los soldados, suficientemente brutales como para hacer una masacre en Bucha, fueron lo suficientemente considerados como para esquivar cada cadáver?
Y por supuesto que hubo lluvia durante las tres semanas que se supone que los cuerpos permanecieron pudriéndose en el camino. A pesar, que las cajas de cartón verdes de la ayuda humanitaria cerca de los cadáveres, estaban abiertos, con sus contenidos frescos. Por lo que, no estaban allí cuando llovió, durante 3 semanas.
Así se suman las discrepancias de la masacre de Bucha, que señala a los ucranianos
La presencia de esos paquetes, es también, por supuesto, otro indicador importante de incompatibilidad entorno a las acusaciones. Dado que, los paquetes de ayuda que aparecen en las imágenes, son rusos.
Para creer en la narrativa de la propaganda occidental, hay que tragar grueso y entero este cuento ridículo. Los medios, pasaron el último mes, afirmando repetidamente que el ejército ruso, ni siquiera puede suministrar combustible o alimentos a sus propias tropas.
Pero, ahora se debe aceptar ciegamente, que los rusos se tomaron la molestia de llevar grandes cantidades de paquetes de alimentos de emergencia a un suburbio de Kiev, los entregaron a los civiles y luego hicieron la masacre de Bucha.
Además de todo esto, hay cuatro hechos clave, que ya recibieron una atención considerable. Aunque que previsiblemente fueron ignorados rutinariamente por los medios de comunicación occidentales y ucranianos:
Primero: el video del alcalde de Bucha afirmando, cómo las tropas rusas habrían salido y que una «limpieza» estaba ahora en marcha. Nunca señaló, cuerpos de civiles o algo parecido.
Y hay chicos sin brazaletes azules, ¿puedo dispararles?
¡ciertamente!
Segundo: el video que muestra a un destacamento de la Paramilitar Policía Nacional ucraniana despejando las carreteras de vehículos quemados y abandonados. Una vez más, no hay señales de los cuerpos que aparecieron en las calles al día siguiente.
Tercero: los brazaletes blancos casi todos los cuerpos. Estos se muestran claramente en el video principal de las tropas ucranianas conduciendo a lo largo de la carretera llena de cadáveres. También son visibles en varios de los cuerpos de las víctimas de tortura y asesinato en los sótanos de Bucha.
Cuarto: el video de las calles de Bucha, que fue publicado y luego eliminado de la cuenta de redes sociales del conocido ucraniano Botman (el neonazi), donde grita: «Hay hombres sin brazaletes azules. ¿Podemos dispararles?», «¡Claro que, sí!».
Pero, hay más hechos, para ser juzgados
El hecho de que las fuerzas ucranianas usen brazaletes azules, mientras que las tropas rusas los usen blancos, es universalmente aceptado. Y ya, en varios videos de varias partes de la zona de conflicto, muestran a civiles portando los blancos, en señal de simpatía con los rusos o al menos de neutralidad.
Por lo tanto, la aparición de brazaletes blancos en las víctimas de «la masacre de Bucha» es una evidencia abrumadora de que las víctimas eran de etnia rusa. De que no los asesinaron las las tropas rusas. Y que, por supuesto, el objetivo clave de detener la persecución de los rusos por parte de los neonazis ucranianos.
Esto no debería sorprender, dado que, toda la historia del nacionalismo ucraniano se basa en el asesinato sistemático de civiles «impuros» y «subhumanos» de otros grupos étnicos. Lo que ya ocurrió, con los polacos en Volinia y Galicia Oriental, además de los judíos, húngaros, rumanos y por supuesto, rusos dentro de Ucrania.
Hay que preguntar, sobre la escala de los sobornos que estos verdaderos criminales de guerra están recibiendo de sus compinches del complejo militar industrial a costa de víctimas inocentes, como en la masacre de Bucha.
