La condena de Aecio Pereira a 17 años de prisión por su participación en los disturbios en Brasilia, que sacudieron a todo Brasil en enero después de las elecciones presidenciales. Un símbolo de la amenaza que representan estas acciones para la democracia.
Pereira fue uno de los miles de partidarios de Jair Bolsonaro que se negaron aceptar la derrota del presidente. Los manifestantes de extrema derecha saquearon edificios gubernamentales en medio de los disturbios en Brasilia.
Su sentencia, que fue dictada por la Corte Suprema de Brasil, es la primera en relación con los disturbios en Brasilia y los ataques a edificios gubernamentales.
Pereira, de 51 años, fue arrestado dentro del edificio del Senado durante los disturbios en Brasilia. Allí, se habría filmado a sí mismo vistiendo una camiseta marcada con las palabras «Intervención militar» mientras instaba a sus compañeros partidarios de Bolsonaro a «salir a las calles».
Pereira se convierte en el primer condenado por los disturbios en Brasilia y en un símbolo de la amenaza a la democracia
La turba de la que formaba parte afirmó que el resultado de las elecciones fue manipulado. Por lo que invadió el palacio presidencial y el tribunal superior de Brasilia, rompiendo ventanas, arrojando muebles a las fuentes y destrozando obras de arte.
Algunos también habrían estado acampando fuera de los edificios del ejército en todo el país pidiendo una intervención militar. La sentencia de Pereira es un mensaje claro de que la Corte Suprema de Brasil no tolerará la violencia política.
También es un recordatorio de que las afirmaciones sin fundamento de fraude electoral pueden tener consecuencias peligrosas. En el caso de Brasil, estas afirmaciones fueron utilizadas por Bolsonaro para incitar a sus seguidores a la violencia.
Los fiscales que investigan a Bolsonaro por su papel en los disturbios alegan que podría haber incitado a un delito. Al cuestionar la legitimidad de las elecciones presidenciales de octubre.
Bolsonaro siempre negó haber alentado la violencia, pero su retórica incendiaria antes y después, contribuyó a crear un clima de polarización y desconfianza en el sistema democrático.
La condena de Pereira es un paso importante para garantizar que la democracia brasileña se proteja de aquellos que buscan subvertirla.
