¿Quién podrá romper el ciclo de corrupción en la región y el control de China?
Transparencia internacional publica su índice de percepción de la corrupción anual esta semana. Y 2021 fue un año excelente para la corrupción. Sobre todo, en los territorios en los que China está colocando su grano de arena.
China y su programa de la Franja y la Ruta, está tomando el control, de lo que en Europa suelen llamar de las Indias Occidentales, y este no es un momento de palomitas de maíz para el viejo continente.
En las islas del Caribe o en Centroamérica, hay muy pocos políticos que juegan recto e incluso cuando son atrapados, el árbitro es aparentemente ciego y la llegada de China no está poniendo las cosas sencillas.
Mientras, los espectadores se están yendo en masa: una fuga masiva de cerebros debilitando significativamente las economías en las últimas cinco décadas.
Los políticos que quedan en la región para dirigir sus países, son los más descalificados. Incluso, son los más señalados por no tener escrúpulos.
¿China plantea un mejor panorama, o no?
Mientras, los recursos continúan siendo drenados por proyectos de infraestructura, que se miran como corruptos. Los gastos en salud y educación, crítico para la construcción de la nación, sigue siendo insuficiente.
Pero a medida que estos sectores se quedan atrás del resto del mundo, surge un nuevo jugador en la región. En 2018, Trinidad y Tobago se convirtió en el primer país del Caribe en suscribirse oficialmente a la iniciativa global de desarrollo de la Franja y la Ruta de China de 4 mil millones de dólares.
A las anteriores, se le unieron Surinam, Guyana, Antigua y Barbuda, Granada e incluso Barbados y Jamaica, que fue el último en agregarse y no opuso mucha resistencia.
Entonces, ¿qué está tratando de lograr China? ¿Neocolonialismo? Los cínicos dirían que no existe tal cosa como un almuerzo gratis.
Una vieja cita atribuida a John Adams afirma que la forma de subyugar a un país es a través de la espada o la deuda. China ha elegido esta última
Los acuerdos de deuda provocaron críticas contra la iniciativa de la Franja y la Ruta de Xi Jinping. Con las insinuaciones de que su programa global de inversión y préstamos no es más que una trampa.
En Centroamérica y las Antillas, la iniciativa, se está alimentando de la corrupción y el comportamiento autocrático. Lo que no ayuda a las ya, democracias vulnerables y en dificultades.
Algunos creen que la intención es doble: ganar puntos de apoyo comerciales estratégicos en el Caribe y América Latina a través de la deuda. Además de la coacción y atrapar a los aliados en su creciente disputa con Taiwán.
Los amigos restantes de Taiwán incluyen Belice, Guatemala, Honduras, Paraguay, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas. Estas, también se verán tentadas del niño rico, que está comprando apoyos.
Se puede argumentar que las islas del Caribe y Centroamérica, no tienen muchas opciones. Y la pandemia es despiadada con sus economías. Pero, ¿deberían acercarse al FMI, gorra en mano, y estar sujetos a las medidas coercitivas y asfixiantes?, o ¿será qué China ofrece una mejor opción?, ya se verá.
