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La crisis alimentaria como modo de vida

Mientras que la despensa del planeta se está vaciando, es una crisis alimentaria mundial la nueva normalidad

Ya hay una crisis alimentaria, desde el arroz indio, pasando por el sorgo brasileño o el trigo australiano, son afectados por el cambio climático. La sequía destroza los rendimientos. Lo que se suma a la escasez de alimentos y los picos de precios causados por los conflictos internacionales. Pero hay una manera de evitar la hambruna.

India detuvo en junio la exportación de arroz y se trata del mayor exportador de arroz del mundo. Esto, envió olas de pánico a través de los mercados globales. La crisis alimentaria era visible, dado que docenas de países, especialmente en Asia y África subsahariana, dependen del arroz indio.

Pero India culpó a «los altos precios internacionales debido a escenarios geopolíticos, el fenómeno de El Niño y condiciones climáticas extremas en otros países productores de arroz». Pero, la prohibición de exportación afectó a una cuarta parte de las exportaciones de arroz del país.

Poco después de que Rusia abandonara el acuerdo de granos del Mar Negro en medio de su conflicto. Pero, las restricciones a las exportaciones de la India amenazan con desencadenar una crisis alimentaria más amplia.

Crisis alimentaria y hambruna.
«Ahora estamos viendo un aumento en las cifras de hambre y esto amenaza con afectar el objetivo de desarrollo sostenible de acabar con el hambre y todas las formas de malnutrición para 2030».

¿Es una crisis alimentaria perpetua la nueva normalidad?

Sin embargo, la prohibición plantea preguntas más profundas. Los patrones climáticos inusuales, las tensiones geopolíticas y los bajos rendimientos debido a factores relacionados con el clima están colisionando con mayor frecuencia. Lo que lleva a una espiral de precios y crecientes perspectivas de crisis alimentaria y hasta de hambruna.

Mientras la ola de calor abrasador en 2022 aplastó la producción de trigo de la India. Lo mismo sucedió con el sorgo brasilero, el maíz en México y todo lo cosechable en Centroamérica.

Al ejemplo, Argentina, el mayor exportador de soja del planeta sufre su peor sequía en 60 años. Reduciendo sus rendimientos y profundizando la escasez en toda la región.

Indonesia, el mayor exportador mundial de aceite de palma, prohibió brevemente sus exportaciones el año pasado en medio del aumento de los precios. Esto provocó una lucha mundial, especialmente con los suministros de aceite de girasol de Ucrania también interrumpidos.

¿Y qué puede hacer el mundo al respecto?

La respuesta corta es que una confluencia de condiciones climáticas extremas, restricciones a las exportaciones y fisuras geopolíticas pusieron en riesgo perpetuo la seguridad alimentaria del planeta.

Sin embargo, los expertos indican que hay una solución. Permitir el libre comercio y utilizar mejores variedades de cultivos que puedan resistir mejor el cambio climático puede ayudar a mitigar futuras crisis.

El arroz es el alimento básico de más de la mitad de la población mundial y cada año se consumen más de 500 millones de toneladas métricas. India representa el 40 por ciento de estas exportaciones mundiales y otros actores clave son Tailandia, Vietnam, Pakistán y Estados Unidos.

Este arroz «está destinado a regiones muy específicas, incluyendo Malasia, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Nepal y Bangladesh», Shirley Mustafa, analista del mercado del arroz de la Organización de la FAO. «Recientemente, los compradores africanos lideran la compra del arroz indio, incluidos Camerún, Madagascar y Costa de Marfil».

Las restricciones a la exportación desestabilizan los mercados, señala Mustafa. Conducen a un aumento de los precios a nivel mundial, afectando particularmente a los países pobres que buscan comprar más arroz por temor a una crisis alimentaria.

Según la última actualización de seguridad alimentaria del Banco Mundial, en julio de 2023. Afganistán prohibió la exportación de trigo; Bangladesh de arroz y Camerún de aceite vegetal y cereales.

Mientras Rusia y Uganda colocaron impuestos a la exportación de algunos productos como el aceite de girasol, el trigo, la cebada, el maíz y el arroz.

Pero, los precios de los alimentos básicos como el trigo, el maíz, el arroz y las semillas oleaginosas están aumentando desde la pandemia de Covid-19 en 2020. Mientras que las interrupciones de las cadenas de suministro generaron escasez mundial.

Demasiado calor, demasiado seco, demasiado húmedo

Alrededor del 9,2 por ciento de la población mundial, entre 691 millones y 783 millones de personas, padecían hambre en 2022, significativamente más que el 7,9 % en el año anterior a la pandemia de 2019, según el informe de la FAO Estado de la inseguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2023.

En el extremo de los fenómenos meteorológicos extremos, están Argentina, Brasil y España, que enfrentan sequías sin precedentes. Ahora, Australia se está preparando para una dramática disminución del 34 por ciento en su rendimiento de trigo este año.

El calor también está afectando el rendimiento del maíz de Estados Unidos, así como la producción de trigo en Europa y Canadá. Mientras, que Kenia, Somalia, Uganda, Tanzania, Haití, Chile y Bolivia ya ven menores rendimientos de los cultivos debido a las condiciones climáticas.

Nada puede reemplazar a los granos que se usan ampliamente en todo el mundo en el corto plazo. Más, sin embargo, el maíz, sorgo, soya, trigo y arroz modificado ofrece una solución potencial a largo plazo. Pero, se trata de una carrera contra el tiempo, porque el hambre no espera.

Fuente
PIB.Gov.InAljazeeraFAO

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