Crisis alimentaria aumenta la hambruna
La FAO afirma, que se trata de una combinación mortal de factores los que se esconden detrás de la crisis alimentaria mundial.
Los precios mundiales de los alimentos están bajando, por lo que muchos países aún enfrentan una inseguridad alimentaria aguda. Y ahora se encuentran particularmente frágiles y afectados por conflictos. Esta semana el conflicto en Sudán provocó una crisis humanitaria con miles de personas que huyen a Chad. Mientras, otros países se suman a una ya alarmante crisis alimentaria allí en África.
Sin nada para comer, la crisis alimentaria está empeorando en más continentes que sólo en África. Aunada a la sequía casi crónica y la pérdida de cosechas, millones de personas están siendo afectadas por la inseguridad alimentaria. Y ahora resulta, que sencillamente, la transformación de la agricultura podría ser la respuesta a los alimentos que todos necesitan.
No se puede vivir sin alimentos y cuando escasean todo está amenazado por crisis económicas, epidemias, conflictos y fenómenos meteorológicos extremos. Esto, pueden causar estragos en los sistemas alimentarios mundiales y en particular cuando muchos de esos shocks se producen al mismo tiempo.
2022 fue un año de desafíos sin precedentes para el sistema alimentario mundial, por lo que este año no va a ser mejor. Los precios mundiales de los alimentos cayeron en marzo de este año por 12vo mes consecutivo hasta un 20,5 % desde su punto más bajo del pico en 2022. Luego de la invasión de Rusia a Ucrania, la organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación, FAO, afirmó que la disminución se debió principalmente a un acuerdo para desbloquear las exportaciones de granos de Ucrania.
La crisis alimentaria tienes pies y también tiene muchas cabezas
Pero la FAO, advirtió que la preocupación sigue siendo alta para los países en desarrollo que aún enfrentan inflación de alimentos de dos dígitos. Lo que se agravó por la depreciación de sus monedas locales frente al dólar estadounidense y su creciente carga de deuda. Y está conduciendo a una creciente inseguridad alimentaria, crisis alimentaria y a la desnutrición endémica.
Más del 30 por ciento de los alimentos se pierden o desperdician cada año a nivel mundial. Mientras, el número de personas que pasan hambre en todo el mundo, más de un tercio de todos los alimentos producidos, estimados en dos mil quinientos millones de toneladas a nivel mundial, se pierden o desperdician cada año.
Un tercio de esto ocurre en la etapa de producción de alimentos, se estima que este desperdicio de alimentos vale a penas 230 mil millones de dólares este año. Este es otro peligro extremo para aquellos que luchan por alimentar a sus familias con más de 900 mil personas en todo el mundo que luchan por sobrevivir en condiciones similares a la hambruna.
Se trata de diez veces más que hace cinco años y es un alarmante y rápido aumento en la escala de la actual crisis mundial del hambre y la desnutrición. Esta es cada vez más grande y ya contabiliza a 345 millones de personas proyectadas con inseguridad alimentaria solo en 2023. Pero, eso es más del doble que en 2020, con un aumento asombroso de 200 millones de personas en comparación con los niveles de pandemia y antes del Covis-19.
El conflicto sigue siendo el principal impulsor del hambre, con 70 de las personas hambrientas del mundo que viven en áreas afectadas por la guerra y la violencia.
Más conflictos, pero muchas menos soluciones
Los conflictos en Ucrania y Sudán son una prueba más de cómo los conflictos alimentan el hambre. La crisis climática es otra de las principales causas del fuerte aumento del hambre en el mundo. Las crisis climáticas destruyen vidas, cultivos y medios de subsistencia y socavan la capacidad de las personas para alimentarse.
Lo que empeora, cuando los precios de los alimentos, amenazan con convertir la asequibilidad de los alimentos en una crisis de disponibilidad de alimentos con la producción de maíz, arroz, soja y trigo cayendo en 2022. Y con los costos operativos de las agencias de ayuda internacional también están en su punto más alto.
Tan sólo, los costos operativos del programa mundial de alimentos son de 73 millones dólares mensuales por encima de su promedio de 2019. Este aumento asombroso de 44% del gasto adicional, ahora en costos operativos que habría alimentado previamente a 4 millones de personas durante un mes. La FAO, remarco que en algunos lugares los precios de los alimentos siguen siendo obstinadamente altos, Y es que, es una asimetría. Hay distorsión de políticas de los precios internos y por normas de restricción de exportaciones para apoyar a los agricultores o consumidores dependiendo de quién está sufriendo más.
Otro aspecto es que muchos países en desarrollo están experimentando una apreciación del tipo de cambio. Mientras, las monedas se deprecian, generan un gran impacto en la factura de importación. Por lo que, los alimentos cuestan mucho más para algunos países que están experimentando esa tasa de apreciación. La demanda de alimentos no frena, por lo que el consumidor está viendo algún tipo de recuperación en los bolsillos. Que lo lleva a exigir más, lo que aumenta los precios.
La cuestión sería ¿la gente puede permitirse comer y está satisfecha con la respuesta de las comunidades internacionales? Y la respuesta es no. Luego de la crisis del 0, 21 y 22, apenas se evitó lo que está sucediendo con el impacto tendrá el cambio climático en la inseguridad alimentaria de las personas. Esa es la gran pregunta en este momento. En 2020, alrededor de 3 mil 100 millones de personas en el mundo no se estaban dando el lujo de comer ganancias. Ya que las soluciones y estrategias de desarrollo para enfrentar la crisis interseccional crearon un problema en la vulnerabilidad.
