Migrantes venezolanos impulsan las economías latinoamericanas
Los migrantes venezolanos benefician las naciones anfitrionas que podrían ser mayores si se incrementan el apoyo

Dos estudios publicados por instituciones financieras internacionales revelan los beneficios económicos que aportan los migrantes venezolanos que han huido de la crisis de su país
La crisis de Venezuela ha provocado una de las mayores migraciones forzadas de la historia. Ya son casi 8 millones de personas que han abandonado su país en busca de mejores condiciones de vida. La mayoría de los migrantes venezolanos se han refugiado en países de América Latina y el Caribe, especialmente en Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú.
A pesar de las dificultades que enfrentan, los migrantes venezolanos han contribuido al crecimiento económico de sus países de acogida. Según dos estudios publicados por el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR). Los estudios concluyen que la fuerza laboral venezolana aumenta el Producto Interno Bruto (PIB) de los países receptores. En un promedio de 0,10-0,25% cada año desde 2017 hasta 2030. Y que esos beneficios podrían ser mayores si se mejorara el acceso al empleo para los migrantes.

Los migrantes venezolanos son un aporte productivo
Los migrantes venezolanos aportan a las economías de los países receptores de varias formas, según los estudios. Por un lado, aumentan la población y la demanda de bienes y servicios, lo que genera más ingresos fiscales y más oportunidades de negocio.
Por otro lado, complementan la oferta de trabajo y llenan los vacíos laborales. Especialmente en los sectores donde hay escasez de mano de obra o donde los locales no quieren trabajar. Los venezolanos también aportan capital humano y diversidad cultural, lo que puede estimular la innovación y la competitividad.
Los estudios estiman que los servicios públicos que se ofrecen a los migrantes, como la salud, la educación y la protección social, aumentan el gasto público en un 0,1-0,5% del PIB. Pero, que esos costos se reducen rápidamente y son superados por el crecimiento económico adicional que generan los migrantes. Los estudios señalan que los beneficios económicos de la migración venezolana podrían ser mayores. Siempre que se facilite la integración laboral de los migrantes, mediante la regularización de su estatus migratorio. Además del reconocimiento de sus títulos y habilidades, y la eliminación de las barreras legales y sociales que limitan su acceso al empleo formal.

Un desafío social y humanitario
La migración venezolana también plantea desafíos sociales y humanitarios. Tanto para los migrantes como para los países receptores, según afirman los estudios. Por ahora enfrentan condiciones de vulnerabilidad y precariedad, como la pobreza, la discriminación, la explotación, la violencia y la xenofobia.
Los países receptores también enfrentan presiones sobre sus sistemas de salud, educación y seguridad social. Lo que pueden generar tensiones con las comunidades locales y afectar la cohesión social. Los países receptores también requieren apoyo financiero y técnico de la comunidad internacional. Para poder responder a las necesidades de los migrantes y de sus propias poblaciones.
Los estudios recomiendan adoptar políticas públicas que promuevan la inclusión y la protección de los venezolanos. Y que reconozcan su aporte al desarrollo de los países receptores. Los estudios también sugieren fortalecer la cooperación regional y multilateral. Con el fin de facilitar la movilidad y la integración de los migrantes, y para movilizar recursos y asistencia humanitaria. Los estudios también destacan la importancia de abordar las causas de la crisis de Venezuela. Y apoyar una solución política y pacífica que permita el retorno voluntario y seguro de los migrantes a su país de origen.