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Migrantes venezolanos abarrotan la frontera

Miles de venezolanos tratan de entrar en Ecuador mientras de imponen nuevas restricciones

Ecuador siguiendo el ejemplo de Chile y Perú impone nuevas restricciones de visa a los migrantes venezolanos que huyen de la crisis política, económica y humanitarias, luego de haber estado en la carretera durante 10 días, caminando y haciendo autostop desde Venezuela, miles abarrotan la frontera entre el país y Colombia.

Forman parte de una ola de migrantes que se apresuran a llegar a la frontera de Ecuador antes de la implementación de estrictos requisitos para nuevas visas, ahora, como cientos de otros aquí, se encuentran varados y planeando cruzar entre los puertos de entrada oficiales y continuar hacia Perú, Bolivia, Paraguay o Chile.

Ecuador se unió el lunes a Perú y Chile para restringir a los migrantes venezolanos, para ingresar al país, que ahora deben proporcionar antecedentes penales, solicitar una visa antes de la llegada y presentar un pasaporte válido.

A medida que se acercaba la fecha límite, muchos venezolanos en Ecuador se apresuraron para recuperar a los familiares que aún están en Venezuela, miles más corrieron hacia el este desde sus hogares en Venezuela, ansiosos por comenzar una vida en Ecuador que pronto sería mucho más difícil de lograr.

La ola de última hora sembró el caos para los funcionarios de inmigración en ambos lados de la frontera entre Ecuador y Colombia, los migrantes venezolanos esperan horas en temperaturas extremadamente frías mientras navegaban por los procesos de inmigración.

Migrantes Venezolanos.
La oficina del alto comisionado de las naciones unidas para los refugiados, ACNUR, indicó que había visto una inundación de venezolanos llegando a Ecuador este mes «con picos de 3 mil personas que ingresan por día durante la semana pasada».

Para los migrantes venezolanos los requisitos que impone Ecuador están fuera del alcance

Las temperaturas cayeron a seis grados centígrados y muchos dormían acurrucados en mantas mientras hacían cola, en algunos casos durante la noche, funcionarios de migración colombianos no sabían el número exacto de venezolanos que cruzaron antes de que la frontera cerrara el domingo, pero un director de la oficina de Rumichaca afirmó que más de 11 mil venezolanos habían cruzado a partir de las 6 p.m., mucho antes de la fecha límite de medianoche.

Según los funcionarios de inmigración colombianos en la frontera con Cúcuta, todavía hay más migrantes venezolanos en camino, por carrera, que desean llegar a Ecuador antes de que la fecha límite sea visible en la frontera.

La cantidad de migrantes venezolanos aumentó considerablemente el sábado por la noche, ya que muchos llegaron en autobús y a pie, y para el domingo, la cola para cruzar a Ecuador se extendía a los carriles para autos, bloqueando el tráfico a ambos lados de la carretera.

La Cruz Roja y los funcionarios de salud colombianos distribuyeron agua, comida, chocolate caliente y mantas de aluminio a los que esperaban en el lado colombiano, pero el caos no se limitó solo a Colombia, ya que las masas de migrantes también se acurrucaron en Ecuador, esperando ser procesados.

Muchos de ellos solo llevaban cedulas, tarjetas de identificación nacionales venezolanas, ya que los pasaportes pueden costar varios meses de salario para la mayoría de los venezolanos, aunque muchos migrantes afirmaron que el precio real es mucho más alto cuando se consideran los sobornos necesarios de entre 100 y 300 dólares.

En un país donde el salario mínimo mensual ha caído a menos de 5 dólares mensuales, eso está fuera del alcance de la mayoría de los migrantes venezolanos, para aquellos que no cumplieron con la fecha límite, el siguiente paso parece incierto.

Familias jóvenes llegan a la frontera justo después de la medianoche, pues la construcción en la carretera al norte de Rumichaca ha retrasado la llegada y miran con tristeza la vacía oficina de inmigración colombiana y los pocos vendedores que quedan en la frontera cerrada y se quedarán allí, en busca de refugio para las noches que les quedan y para adentrarse en un mañana incierto.

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