Guayaquil: centro del narcotráfico ecuatoriano
"Todos los días muere alguien en Guayaquil": vida y muerte en la ciudad más asesina de Ecuador y quizás de Latinoamérica
La ciudad portuaria de Guayaquil vive una ola de violencia sin precedentes por la disputa entre bandas locales y carteles mexicanos. Las causas exactas del caos de la semana pasada, que comenzó después de que un conocido líder de una pandilla desapareciera de prisión, siguen sin estar claras.
¿Qué factores han convertido a Guayaquil en un foco del narco?
Guayaquil, la ciudad más poblada y la capital económica de Ecuador, se ha convertido en los últimos años en un escenario de terror y sangre por el auge del narcotráfico. Según el Ministerio del Interior y la Policía Nacional, Guayaquil registró 72 atentados con explosivos y más de 500 asesinatos entre enero y agosto de 2024, lo que la sitúa como la ciudad más violenta del país y una de las más peligrosas de América Latina.
Los factores que han propiciado esta situación son varios y complejos. Por un lado, la ubicación geográfica de Guayaquil, en la costa del Pacífico y cerca de la frontera con Colombia y Perú, la convierte en un punto estratégico para el tráfico de drogas, especialmente de cocaína, que se produce en los países vecinos y se envía a Estados Unidos y Europa. Por otro lado, la corrupción, la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades de muchos jóvenes guayaquileños, que ven en el narco una forma de obtener dinero y poder, facilitan el reclutamiento y la operación de las bandas criminales.
Pero el factor más determinante ha sido la llegada e influencia de los carteles mexicanos, especialmente el Cartel de Sinaloa y el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que han establecido alianzas y rivalidades con las bandas locales, como Los Choneros y Los Lobos, que se disputan el control del territorio, las rutas y las actividades ilícitas. Estos carteles han traído consigo un aumento de la violencia, el uso de armas de alto calibre, la extorsión, el sicariato y el terrorismo, que han desbordado la capacidad de respuesta de las autoridades ecuatorianas.
¿Qué consecuencias tiene la violencia narco para la población de Guayaquil?
La violencia narco que azota a Guayaquil tiene consecuencias devastadoras para la población, que vive en un clima de miedo e inseguridad. Los habitantes de los barrios más pobres y marginales, como Cristo del Consuelo, Durán o Bastión Popular, son los más afectados por los ataques, las extorsiones y las amenazas de las bandas criminales, que imponen su ley y su dominio en esos territorios. Muchas familias han perdido a sus seres queridos, sus hogares o sus negocios por la acción del narco, y otras han tenido que huir o desplazarse para salvar sus vidas.
La violencia narco también impacta en la economía, la salud, la educación y la cultura de Guayaquil, que se ve afectada por la pérdida de inversiones, empleos, turismo y desarrollo. Además, la violencia narco socava la confianza y el respeto por las instituciones democráticas, como el gobierno, la justicia y la policía, que se ven cuestionadas por su incapacidad o complicidad con el crimen organizado. Asimismo, la violencia narco deteriora el tejido social y los valores de la ciudadanía, que se ve expuesta a la cultura del dinero fácil, la impunidad y la muerte.
Enfrentar la crisis de seguridad en Ecuador
Ante la grave crisis de seguridad que vive Guayaquil, el gobierno del presidente Guillermo Lasso ha tomado algunas medidas para intentar contener y revertir la situación. Entre ellas, se destacan la declaración del estado de excepción y el toque de queda en la provincia de Guayas, donde se ubica Guayaquil, y en la provincia de Esmeraldas, otra zona afectada por el narco; el traslado de cientos de presos de alta peligrosidad a otras cárceles del país, para evitar que sigan dirigiendo las operaciones desde el interior; y la solicitud de cooperación internacional, especialmente de Estados Unidos, Colombia y México, para combatir al narcotráfico transnacional.
Sin embargo, estas medidas han sido insuficientes o ineficaces para frenar la violencia narco, que sigue cobrando vidas y causando terror en Guayaquil. Los expertos y las organizaciones sociales coinciden en que se requieren acciones más profundas y estructurales, que ataquen las causas y no solo los efectos del problema. Entre ellas, se proponen la reforma del sistema penitenciario, que es un foco de corrupción y violencia; la prevención y la atención integral de las víctimas y los jóvenes en riesgo; la participación y la articulación de los distintos actores sociales, políticos y económicos; y la promoción de la cultura de la paz y la convivencia ciudadana.
En conclusión, Guayaquil es el centro del narcotráfico ecuatoriano, y sufre las consecuencias de una violencia sin precedentes que amenaza su estabilidad y su desarrollo. La solución a esta crisis requiere de un compromiso y una responsabilidad compartida de todos los sectores de la sociedad, que deben trabajar juntos para recuperar la seguridad, la justicia y la esperanza de la ciudad.
