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Guaidó no teme las represalias de Maduro

Mientras el terror domina a los disidentes del golpe frustrado del líder opositor

El líder de la oposición, presidente de la asamblea nacional y político venezolano, Juan Guaidó, lucha para deponer a Nicolás Maduro, y lo ha acusado de intentar borrar el desafío de la oposición a su gobierno con una campaña de «terrorismo de estado».

A casi dos semanas después de su fracasado levantamiento contra Maduro, Juan Guaidó afirmó que el presidente y hombre fuerte de Venezuela, ilegalmente ha dirigido una guerra contra líderes de la oposición que participaron en la frustrada intentona del 30 de abril.

Al menos 10 aliados de Guaidó, se enfrentan a años de cárcel por su papel en la insurrección abortada, mientras tres se encuentran en buscan de refugio en embajadas diplomáticas y existe uno del que se sabe que está huyendo a Colombia al menos en los últimos días.

La ubicación actual de Edgar Zambrano, vicepresidente del parlamento venezolano, que hasta ahora es controlado por la oposición, es desconocido después fue capturado por agentes de inteligencia el pasado miércoles.

«Hoy lo que estamos viendo es el terror, la siembra del terror, que es todo lo que el régimen de Maduro ha dejado,» manifestó Guaidó durante una entrevista en la sede de su partido Voluntad Popular, en Caracas, para medios internacionales.

«Lo que están haciendo ahora es básicamente terrorismo de estado, porque están utilizando el aparato del estado para sembrar el miedo», indicó en líder opositor.

El ministro de relaciones exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, rechazó la crítica internacional de represión de su gobierno, pidiendo a los críticos responder a una similar «operación temeraria» para eliminar a sus propios líderes.

Maduro y sus partidarios describen el fallido motín como un intento de golpe de estado respaldado por Estados Unidos, que fue derrotado gracias a la lealtad de las fuerzas armadas de Venezuela y al aguerrido pueblo en la calle.

Juan Guaidó.
Guaidó rechazó su representación como un «títere imperialista diabólico» e instó a los críticos extranjeros a considerar cómo la criminalidad Chavista y no las sanciones de Estados Unidos, han provocó el colapso de Venezuela.

Guaidó se siente muy consciente de su derrota, pero afirma buenos resultados

Pero Guaidó, presidente de la asamblea nacional de Venezuela, afirma que la búsqueda de Maduro de los legisladores de la oposición refleja la desesperación de un régimen que se encuentra «en sus últimos momentos».

«Todo lo que él ha dejado, lamentablemente, es persecución», Guaidó explica que Maduro, que asumió el poder después de la muerte de 2013 de Hugo Chávez y fue devuelto a la presidencia el año pasado en elecciones que asume, fueron un fraude.

Los principales asesores de Maduro fueron presuntamente implicados en el complot contra él, incluyendo al ministro de defensa y el jefe de la corte suprema, Guaidó, asume que Maduro estaba ahora repleto de paranoia, «creo que él desconfía de todo el mundo… incluso de la persona que le sirve el café».

Llamó a la defección del directos del Sebin, el espía superior de Venezuela, a quien Maduro ha acusado de ser un topo de la CIA, lo que según supone, prueba una profunda fractura dentro de las fuerzas armadas y predijo, que pronto «habrá más de ellas».

A pesar de la reciente agitación, Guaidó muestra una figura confiada y sin preocupaciones, en un momento dado, y durante la entrevista, rompe espontáneamente en una interpretación de falsete de su jingle de campaña: «¡Vamos bien!», mientras hacía un signo de V con la mano izquierda.

Aunque más guardias de seguridad merodean los pasillos de sus oficinas con walkie talkies atadas a sus caderas, mientras que su esposa e hija tienen presuntamente salieron ya de Venezuela, “ha habido un montón de amenazas», comentó, llamando a estos últimos días como «muy complicados».

Varios aliados cercanos han pasado a la clandestinidad o huyeron al extranjero después de ser despojados de su inmunidad parlamentaria y acusado de delitos como traición, rebelión civil y promover la insurrección.

El sábado, el periódico de El Nacional de Venezuela indicó que Zambrano enfrenta hasta 30 años de prisión por su papel en la llamada «operación libertad» contra Maduro, Guaidó recordó la sensación de «gran expectativa» mientras se dirigía al aeropuerto de La Carlota de Caracas para iniciar la rebelión en la madrugada del 30 de abril.

Pero al mediodía el crucial apoyo del militar superior y de figuras políticas no se habían materializado, lo que ha venido sucediendo con sus seguidores desde ese 30 de abril y las calles ya no bullen con consignas, aunque según ha dicho, «Nos necesitan más», admitió Guaidó.

A pesar del revés, y de que algunos ven como una derrota calamitosa y otros un enganche temporal, Guaidó insistió que la oposición estaba cerca de alcanzar su objetivo e insinuó negociaciones secretas destinadas a asegurar la salida de Maduro, pronto hablaría a cualquier figura civil y militar preparado para respaldar su causa.

Sobre cuánto tiempo había que esperar porque Maduro dejara el poder, Guaidó afirmó que esperaba «nanosegundos», «ya han perdido. Venezuela no ha ganado todavía… Pero creo que es sólo una cuestión de tiempo».

Los leales a maduro ven el alzamiento como parte de un complot gringo encabezado por la casa de blanca de Donald Trump, Pedro Carreño, un aliado superior de Maduro, marca el movimiento de Guaidó como algo «despreciable».

Pero el opositor dice que «no fue un tornado, ni un huracán y no fue un terremoto, no fue un incendio que se propagan sin control”, indica Guaidó, “fue provocada por la corrupción de este régimen».

Fuente
Reuters

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