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Con el Popocatépetl en la mirada

Siempre en el horizonte, el volcán Popocatépetl, es el más volátil y peligroso guardián del centro de México

Los residentes de la Ciudad de México a menudo olvidan que viven casi a las puertas de uno de los volcanes más peligrosos del mundo. El infame smog de la ciudad rara vez permite siquiera vislumbrarlo. Pero el Popocatépetl domina la geografía, la historia y la cultura de la región.

El volcán, sigue siendo icónico para México, y su actividad reciente pone nerviosos a los expertos y al gobierno. El Popocatépetl es extremadamente majestuoso y peligroso. Lo que influye en cómo los humanos se relacionan con él. Su nombre proviene del náhuatl y significa «montaña humeante».

Para los mesoamericanos, era la fuente de fuego y agua, ya que las nubes de lluvia se acumulan allí. El Códice Florentino señala que los pueblos nativos de la zona, continuaron las peregrinaciones para pedir y apaciguar al volcán.

Hoy en día, el volcán a menudo se llama simplemente «Popo» y «Don Goyo». El primero es un acortamiento del náhuatl difícil, pero el segundo tiene una historia. Este es un apodo para Gregorio, que según la leyenda, proviene de la aparición de un anciano cerca del pueblo de Santiago Xalitzintla. Que se presentó como Gregorio Chino Popocatépetl y se cree que es el espíritu de la montaña.

Con el Popocatépetl en el horizonte.
La urbanización en Puebla y el área metropolitana de la Ciudad de México se ha acercado cada vez más a las laderas del volcán.

De cualquier manera, el volcán Popocatépetl, continúa recibiendo ofrendas y peregrinaciones bajo la apariencia del día de la fiesta de San Gregorio

El Popocatépetl aparece en numerosas obras de arte de la región, y aparece en la novela en inglés «Under the Volcano» (1947) de Malcolm Lawry. Si miras la imagen de un guerrero azteca llevando a una doncella coja, es una referencia a una historia similar a «Romeo y Julieta». Que explica por qué Popo está activo y su volcán «compañero», Iztaccíhuatl, no lo está.

La mayoría de los humanos modernos generalmente descartan lo sobrenatural, pero mencionaré aquí que el cráter del Popocatépetl es el foco de historias de ovnis que pueden tener una base dentro, a pesar del calor.

Puede que Don Goyo ya no ordene adoración, pero aún así debe ser respetada. Con más de 46 activos, México no es ajeno a los volcanes, pero ninguno tiene tal densidad de población viviendo tan cerca.

El Popocatépetl es un estratovolcán activo, como Mauna Loa de Hawaii y Krakatoa de Indonesia. Y es el segundo volcán activo más alto de América del Norte con 5 mil 425 metros. Este e Iztaccíhuatl separan los Valles de México y Puebla.

El Popocatépetl surgió hace más de 730 mil años, según los científicos. Los humanos llegaron hace solo 10 mil años, y desde entonces, los hallazgos arqueológicos y los registros escritos evidencian el impacto del volcán en ellos.

Se cree que una erupción estimuló migraciones que resultaron en Teotihuacán

Las erupciones se registran ya en la década de 1300. Hernán Cortés quedó impresionado por los dos volcanes, describiéndolos como «… Dos montañas maravillosamente altas cuyas cumbres a finales de agosto todavía están cubiertas de nieve para que nada más se pueda ver de ellas. Desde el más alto de los dos, tanto de día como de noche, a menudo sale un gran volumen de humo…»

Desde la caída de Tenochtitlán, el Popocatépetl tuvo 15 erupciones significativas, pero ninguna tuvo consecuencias destructivas importantes. Una razón es que su última erupción pliniana, ocurrió en el año 800 d.C., cuando los valles no tenían la densidad de población que tienen ahora.

El área alrededor de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl es el Parque Nacional Izta-Popo, pero a diferencia de los parques en los Estados Unidos y Canadá, las visitas son extremadamente limitadas. Después de 70 años de inactividad, Popocatépetl volvió a la vida. Primero, sus glaciares comenzaron a derretirse, pero fue la erupción del 21 de diciembre de 1994 la que llamó la atención de todos.

Desde entonces, una columna de humo de El Popo ha sido visible la mayoría de los días, junto con eyecciones de vapor, ceniza y roca.

Fuente
CiencioramaHorizonteDigitalArqueologíaMexicana

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