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La paradoja de la unidad del mundo (y II)

Un nuevo poder universal debe alzarse, como administrador y guía de la humanidad

Parte I

Debido a todos los problemas que enfrenta actualmente el mundo: caos financiero, calentamiento global, crisis política, nacionalismos, injerencias, guerras, falta de recursos y sequías, entre otros, igual de urgentes o en algunos casos peores, La humanidad se ha planteado, acabar con el status quo actual y organizar al planeta bajo una sola administración en unidad global. Donde todos decidan sobre todos y todo y, donde las organizaciones internacionales, tengan poder real, a nivel planetario.

Hay señales de que se está alcanzando un punto de inflexión. Hace dos años, en una encuesta realizada a 10 países de todas las regiones del mundo, el 82 por ciento de los encuestados expresó que era necesario reformar la ONU para abordar mejor los desafíos mundiales actuales y futuros. Casi el 70 por ciento estuvo de acuerdo en que una organización de unidad supranacional debería ser capaz de tomar decisiones globales ejecutables para gestionar los riesgos globales.

Un elemento indispensable de una ONU empoderada sería un parlamento global elegido popularmente, basado en una constitución de unidad global, que represente a todos los ciudadanos del planeta.

Los órganos intergubernamentales, en los que la representación de los ciudadanos está mediada por diplomáticos de carrera designados por los gobiernos, no tienen la legitimidad democrática para los poderes de decisión vinculantes, aunque se limiten estrictamente a cuestiones de interés mundial.

El propio jefe de la ONU, Antonio Guterres, señaló hace dos meses que «un nuevo modelo unidad de gobernanza mundial debe basarse en una participación plena, inclusiva e igualitaria en las instituciones mundiales».

Unidad en el Mundo.
La gente del mundo ya está dando los primeros atisbos de una lucha unificada, más allá de las fronteras y los intereses nacionalistas, por su derecho a la libertad global y por un parlamento global de unidad universal.

Para enfrentar retos globales, hay que tener unidad y representación universal

De hecho, a medida que más y más cuestiones trascienden las fronteras nacionales, la gente del mundo debe insistir en su derecho a la democracia a escala mundial. Ellos unidos, son los soberanos del planeta. De acuerdo con la declaración universal de derechos humanos, la autoridad gubernamental debe descansar en la voluntad del pueblo y esto se expresará en elecciones periódicas y libres. No hay ninguna razón por la que esto no deba aplicarse globalmente también.

Algunos países importantes no prevén elecciones libres y justas incluso en el país. Por lo tanto, los esfuerzos por la democracia nacional y la democracia mundial están interrelacionados y dependen unos de otros. Por lo que, la creación de una asamblea parlamentaria como órgano rector de las naciones unidas representa un paso práctico y factible en el camino hacia un parlamento de unidad mundial.

Los miembros no podrían ser elegidos inicialmente por grupos políticos en los parlamentos nacionales, sólo podrían introducirse en elecciones directas. La selección debe reflejar los puntos de vista políticos existentes lo mejor posible y no sólo los de un gobierno. Y estos representantes y sus corregidores, tendrían que velar por los recursos globales.

En contraste con la importancia de los grupos geopolíticos en las naciones unidas, la labor de este órgano parlamentario unido y supra complementario debe basarse en representantes de acuerdo con puntos de vista comunes. Estos grupos tendrían que incluir miembros de un número mínimo de estados de un mínimo de regiones mundiales.

Fuente
ElFinancieroONU24

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