La UNESCO patrimonio, se acerca al medio siglo, preservando el legado cultural
Seguro que suena impresionante ser nombrado “Patrimonio de la Humanidad”. Pero, ¿Qué tienen en común un arrecife de coral en Australia, una danza en Venezuela y toda una ciudad en Perú?
La UNESCO o la organización de las naciones unidas para la educación, la ciencia y la cultura, cumple una labor, más que loable para el planeta. Y no se trata de promover la cultura, la educación y la diversidad.
«La idea de la convención es proteger los lugares más destacados, aquellos que tienen un valor universal excepcional para toda la humanidad, para las generaciones futuras», señala Mechtild Rössler, directora del centro del patrimonio mundial de la UNESCO.
La organización adoptó la Convención del Patrimonio Mundial en 1972. Su primera lista de lugares destacados incluyó 12 lugares. Estos van desde las iglesias talladas en la roca de Etiopía hasta los Diablos de Yare.
Una vez al año, el comité se reúne para revisar docenas de posibles adiciones a la lista. Rössler afirmó: «Recibo muchas cartas todos los días. La gente escribe: ¿Por qué esta iglesia, o esta ciudad, o este parque, no está protegida por la UNESCO?».
Pero lo que la UNESCO da, también puede ser más que un reconocimiento
Para empezar, los Sitios del Patrimonio Mundial deben ser nominados por su país de origen, y cumplir con al menos uno de los diez criterios definidos. Puede ser una obra maestra del «genio creativo humano», o puede ser el hábitat más importante para un animal específico.
Cientos de peticiones, de parte de gobiernos, cultores, arquitectos o gremios completos. Estos pasan años preparando una presentación para obtener la aprobación de la UNESCO.
2020 fue el primer año en que el organismo no nombró nuevos sitios: la pandemia se adelantó a la reunión anual del comité. «Parece que en cierto modo es un nombre de marca. Pero, es más que eso. Es algo más que una marca», señala Rössler.
«Es mucho más que una marca», respondió Rössler. «Una marca es muy importante, pero en realidad es un sistema internacional de protección».
Si bien la UNESCO monitorea los sitios, generalmente no los financia. El poder de la organización está ligado en gran medida a su prestigio.
«Debido a que tiene este reconocimiento, muchos invierten en torno a estos sitios porque, por supuesto, son atracciones clave», señaló Rössler. «Así que, como ven, el estatus de Patrimonio mundial ayuda».
Ser patrimonio de la UNESCO, «te hace sentir muy orgulloso», señala Helga Árnadóttir, custodio de un glaciar en Islandia.
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