Un enigma arqueológico que empieza a esclarecerse

En el valle del Pisco, al sur de Perú, se extiende una franja de más de 5.200 agujeros alineados a lo largo de 1,5 kilómetros. Conocido como Monte Sierpe, este sitio ha desconcertado a investigadores desde que National Geographic difundió sus primeras imágenes aéreas en 1933. Durante décadas se barajaron hipótesis que iban desde usos defensivos hasta teorías de origen extraterrestre.
Hoy, gracias a nuevas tecnologías y análisis microbotánicos, los arqueólogos creen haber encontrado una explicación más sólida. Un estudio publicado en la revista Antiquity sugiere que el lugar funcionó primero como mercado de trueque para la civilización preincaica Chincha y, más tarde, como sistema de contabilidad para el Imperio Inca.
Evidencias que apuntan al comercio y la contabilidad.
El equipo liderado por Jacob Bongers, de la Universidad de Sídney, utilizó drones para mapear la zona y encontró patrones en la disposición de los agujeros, lo que descarta que fueran excavados al azar. Además, el análisis de polen hallado en su interior reveló restos de maíz, algodón y plantas usadas para fabricar cestas, lo que refuerza la idea de que allí se intercambiaban productos.
Los investigadores plantean que cada grupo de agujeros pudo representar cantidades específicas de bienes, funcionando como una especie de “hoja de cálculo” prehispánica. Esta hipótesis se conecta con los quipus, cuerdas anudadas que los incas usaban para registrar datos numéricos y tributos.
Un sitio en uso durante siglos.
Las dataciones preliminares sitúan la construcción de Monte Sierpe entre los años 1000 y 1400 d.C., en pleno Período Intermedio Tardío. El hallazgo de polen de cítricos, introducidos en la región durante la colonia, indica que el lugar siguió activo incluso después de la caída del Imperio Inca en 1532. Con el tiempo, fue abandonado porque los españoles no lograron integrarlo en su sistema económico.
Un patrimonio que aún guarda secretos.
Aunque las nuevas evidencias descartan varias teorías anteriores, los especialistas insisten en que se necesita más investigación para confirmar la relación entre los agujeros y los sistemas contables incas. Para los arqueólogos, Monte Sierpe es una pieza clave para entender cómo funcionaban las economías indígenas antes de la llegada de los europeos.
“Este sitio nos recuerda que aún queda mucho por descubrir sobre los mecanismos económicos de las sociedades andinas”, señala el investigador Christian Mader, de la Universidad de Bonn.




