Se inicia el diálogo sobre el Esequibo entre Guyana y Venezuela

Tras semanas de tensión, los presidentes de Venezuela y Guayna acuerdan reunirse con la mediación de la Celac y la ONU, en el marco de la centenaria disputa territorial sobre el Esequibo.

Un conflicto histórico

El Esequibo es una región de 159.000 km2 que abarca dos tercios del territorio de Guyana y que Venezuela reclama como suya desde que se independizó de España en 1811. Según Venezuela, el Esequibo formaba parte de la Capitanía General de Venezuela y luego de la Gran Colombia, y fue despojado de él por el laudo arbitral de París de 1899, que favoreció a Gran Bretaña, la potencia colonial de Guyana.

Guyana, por su parte, sostiene que el Esequibo es suyo desde su independencia en 1966 y que el laudo arbitral es válido y definitivo. Además, argumenta que tiene el derecho de explotar los recursos naturales de la zona, que incluyen petróleo, oro, diamantes y madera.

La disputa se ha mantenido latente durante décadas, con intentos de mediación de la ONU y otros organismos, pero sin llegar a una solución definitiva. En 2018, Guyana llevó el caso a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, que en diciembre de 2020 se declaró competente para resolverlo. Venezuela rechazó la decisión de la CIJ y anunció que no participaría en el proceso.

Ambos mandatarios aceptaron la propuesta y anunciaron que asistirían al encuentro, que se considera histórico, ya que sería la primera vez que se reúnen desde que asumieron sus cargos. Maduro, que había conversado previamente con el secretario general de la ONU, António Guterres, y con el expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo que asumía la convocatoria “con beneplácito y compromiso”. Ali, por su parte, afirmó que defendería la soberanía de Guyana y que no discutiría el fallo de la CIJ.

¿Qué se espera del diálogo entre Guyana y Venezuela?

El diálogo entre Guyana y Venezuela es una oportunidad para rebajar la tensión y buscar una solución pacífica y negociada a la controversia territorial, que se remonta a 1899, cuando un laudo arbitral de París otorgó el Esequibo a Guyana, que entonces era una colonia británica. Venezuela rechazó ese laudo y reclamó el territorio como parte de su Guayana histórica, pero no logró que el Reino Unido aceptara revisar el caso.

Una escalada de tensiones

La controversia se ha agudizado en los últimos meses, tras una serie de acciones y declaraciones del gobierno de Nicolás Maduro, que ha intensificado su reclamo sobre el Esequibo. El 3 de diciembre, Venezuela realizó un referendo consultivo en el que el 95% de los votantes apoyó la anexión del Esequibo y el desconocimiento de la CIJ. El referendo tuvo una baja participación y fue cuestionado por la oposición venezolana y la comunidad internacional.

Maduro también propuso crear un nuevo estado venezolano en el Esequibo y una zona de defensa integral en la frontera con Guyana. Además, ordenó a las empresas estatales explotar los recursos mineros y energéticos de la zona en disputa. Asimismo, la armada venezolana interceptó y detuvo a dos barcos pesqueros guyaneses que, según Caracas, estaban en aguas venezolanas.

Guyana ha rechazado estas acciones y ha denunciado una violación de su soberanía e integridad territorial. Ha pedido el apoyo de la OEA, la ONU, el Caricom y otros países para defender sus derechos sobre el Esequibo. También ha reiterado su confianza en la CIJ como el órgano competente para resolver el diferendo.

Una oportunidad de diálogo

En medio de este clima de confrontación, se ha abierto una ventana de diálogo entre los dos países, gracias a la gestión de varios actores regionales e internacionales. El 9 de diciembre, Maduro anunció que había aceptado una propuesta de reunirse con el presidente de Guyana, Irfaan Ali, en San Vicente y las Granadinas, con la mediación del primer ministro de ese país, Ralph Gonsalves, y la observación de Brasil, el Caricom y la ONU.

La reunión se celebrará este jueves 14 de diciembre y tendrá como objetivo «reducir la intensidad del conflicto e instituir un diálogo apropiado, cara a cara», según la carta de invitación de Gonsalves. Se espera que los presidentes aborden los asuntos derivados de la controversia fronteriza y busquen fórmulas de entendimiento y cooperación.

La iniciativa ha sido saludada por el secretario general de la ONU, António Guterres. Éste ha expresado su apoyo al diálogo y ha instado a las partes a evitar acciones que puedan escalar la situación. También ha sido respaldada por el expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien ha ofrecido sus buenos oficios para facilitar el acercamiento.

Un desafío para la paz y el desarrollo

El diálogo entre Guyana y Venezuela es una oportunidad para rebajar las tensiones y buscar una solución pacífica y duradera a la controversia del Esequibo. Se trata de un conflicto que no solo afecta a los dos países, sino también a la estabilidad y la integración de la región. Además, implica el riesgo de una escalada militar que podría tener consecuencias graves para la población y el medio ambiente.

El Esequibo es una zona de gran riqueza natural y cultural, que alberga a diversas comunidades indígenas, afrodescendientes y mestizas. Quienes comparten una historia y una identidad propias. Estas comunidades merecen vivir en paz y armonía, sin ser objeto de disputas políticas y económicas. También merecen tener voz y participación en el proceso de solución del conflicto, que afecta directamente sus derechos e intereses.

El diálogo entre Guyana y Venezuela debe estar basado en el respeto mutuo, el derecho internacional y la búsqueda del bien común. Debe tener en cuenta la historia, la geografía y la realidad de la zona en disputa, así como las aspiraciones y necesidades de sus habitantes. Debe promover la cooperación y el desarrollo sostenible, en beneficio de ambos países y de la región. Y debe contribuir a la construcción de una paz duradera y justa, que garantice la convivencia y la integración de los pueblos.