Pedro Castillo enfrenta grandes desafíos al comenzar como presidente
El primer día para el nuevo presidente del Perú, tan sólo le presenta, una crisis de salud sin precedentes, con el coronavirus. Además, de las profundas divisiones e inestabilidad política que marcan un tortuoso camino para Pedro Castillo.
Durante años, los peruanos anticipan el 200 aniversario de la independencia de la nación andina. Ahora con un nuevo presidente, este 28 de julio de 1821, es una suerte de fecha auspiciosa destinada a dar paso a una nueva sociedad más justa y próspera.
Pero mientras Pedro Castillo jura como presidente, los 32 millones de peruanos, se enfrenta a un país puesto de rodillas por la pandemia de Covid-19.
Y si sólo hubiese un problema, no sería tan complicado para el nuevo presidente. También está la inestabilidad política, la corrupción endémica y una amarga campaña electoral que dejó a los peruanos profundamente divididos.
El primer reto para el novel presidente es acelerar la vacunación
El hasta ahora poco conocido maestro de escuela rural y líder sindical fue un sorpresivo ganador de las elecciones para presidente de principios de este año. Casi uno de cada tres votantes todavía cree en las afirmaciones infundadas de Keiko Fujimori de que Castillo debía su victoria al conteo fraudulento de votos.
Sin embargo, el hombre de 51 años es por definición un presidente verdaderamente histórico. El primero en la historia de Perú en ser un «campesino», un agricultor de subsistencia de las provincias sin conexiones previas con los corredores de poder de Lima.
«Es hora de reconstruir una gran unidad nacional», señaló el presidente Castillo durante su discurso de toma de posesión ante el Congreso. «Lo haremos democráticamente, buscando el consenso nacional, garantizando que el 28 de julio de 2026 volveré a mi trabajo como docente».
Mientras hablaba, la policía mantuvo a un pequeño grupo de sus partidarios bien distanciados del Congreso. La mayor parte de Lima y el resto del país permanecieron en silencio.
Además de su trabajo diario enseñando en una escuela primaria de la aldea, fue agitador y es ideológicamente izquierdista. Un presidente que trabajaba en la pequeña parcela de tierra de su familia, incluso usando un arado tirado por caballos para ayudar a sembrar sus cosechas.
