La mano que mece la cuna militar de Trump

Con Bolton susurrando a la oreja del presidente, es seguro que pronto iniciará una guerra

Fue un engaño que llevaría una acción militar, que desataría millones de muertes de civiles y la muerte de casi 60 mil soldados estadounidenses, cuando en agosto de 1964 el presidente Lyndon Johnson, solemnemente declaró que, que dos vietnamitas, aparente habrían atacado un destructor de la marina de guerra norteamericana en el golfo de Tonkín, lo mismo ocurrió con las armas de destrucción masiva en Irak y en otras muchas conflagraciones bélicas.

Cuatro años más tarde, el senador Albert Gore, padre del futuro vicepresidente de Clinton, advirtió en una sesión cerrada de la comisión de relaciones exteriores que; «este país ha sido engañado… las consecuencias son muy grandes», y sus sospechas eran correctas.

El segundo ataque en el golfo de Tonkín nunca ocurrió y tal vez tampoco lo hizo el primero, pues las comunicaciones del ataque, habían sido falsificadas, pero la política de Estados Unidos ya había sido fijada en una dramática escalada militar que derivó en la guerra en Vietnam y allí tuvo el pretexto perfecto.

Esta semana se supo que el gobierno de Estados Unidos está discutiendo enviar hasta 120 mil tropas a medio oriente para una posible acción militar contra Irán, «vamos a ver qué pasa con Irán», declaró el presidente Trump, «no hacer nada, será un grave error».

El principal motor militar detrás de esto es el asesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, un hombre que piensa que no hay problema si la respuesta es la guerra: en la era de Bush, su militarismo era demasiado para el comandante en jefe.

Usted puede verlos escarbando ya en busca de excusas: Trump afirma que grupos de poder con respaldo de Irán están preparando ataques a Estados Unidos entre las fuerzas en Irak y Siria, una demanda que con fuerza negó esta semana el general británico Christopher Ghika, el diputado comandante de las operaciones antiterroristas en ambos países.

Estados Unidos ha culpado a Irán, sin evidencia del daño a los petroleros de Arabia saudita en el golfo de Omán. ¿Podría ser inminente un golfo de Tonkín iraní?

Es fácil olvidar estos temores como alarmistas, pero ¿Trump no es el hombre que confundió a sus críticos por buscar la paz en la península coreana?; y los estados del líder supremo, Ayatollah Ali Khamenei de Irán no han afirmado que «no habrá ninguna guerra».

Pero Sanam Vakil, un becario de investigación de la Chatham House, indica que: «ambos lados tienen sus posturas, y envían amenazas hacia adelante y hacia atrás, y creo que esa es la dirección que iniciaría una intervención militar directa».

Bolton, es una de muchas voces en la habitación, y la guerra parece ser lo que el secretario de estado Mike Pompeo de Estados Unidos parece estar buscando, pero, pero, pero, podrá desencadenarse una acción militar.

En la campaña presidencial de Trump se alimentó el mito de que era un candidato «pacifista» en contraste con los «halcones» de Hillary Clinton, y no hay defensa para Clinton, que una vez cantó que Estados Unidos “podrían borrar a Irán totalmente”.

Trump aparenta tener un dramático aumentó en el uso de la guerra de drones y ya lanzó misiles en Siria, retiró el apoyo de Estados Unidos al tratado nuclear con Irán, haciendo caso omiso de su entonces ministro de defensa y secretario de estado y ha tratado a Irán con muchas sanciones.

Los políticos estadounidenses están incrementando tanto la retórica: que un senador republicano se jactaba de que Estados Unidos podrían ganar una guerra con Irán con «dos huelgas: la primera huelga y la última huelga».

Y se ha sabido de un asistente de alto rango del senado, que indica que el triunfo de los planes de Bolton sería demasiado concebible, Bolton podría aprovechar la ignorancia de Trump sobre la política, un área en la que él sobresale.

La acción militar en Irán desencadenaría una guerra de pronóstico devastador

Mientras que cualquier guerra no sería popular a la base política de Trump, podría ser convencido por Bolton que es posible escalar hasta un punto, luego tirar hacia atrás en el borde: pero entonces ya sería imposible hacerlo, allí los organismos de radiodifusión y thinktanks derechistas ya están exagerar hasta vínculos entre Irán o Venezuela y al Qaeda.

Y es que la política tonta de Trump sobre Irán, tan solo hace la acción militar más probable y las consecuencias de una conflagración iraní deben horrorizarnos a todos.

Dan Plesch, un especialista en el centro del Soas University of London para estudios internacionales y diplomacia, cree que los detalles del poderío del aire y el poder naval de los norteamericanos, ya potencialmente se extendieron contra Irán: es lo que uno de sus colegas describe como «un tsunami de metal fundido con guía de precisión».

«La mortalidad de la fuerza de Estados Unidos», explica Plesch, «para la destrucción de la infraestructura militar, civil, política y económica es enormemente subestimada» y es mucho mayor que en 2003, pues los Estados Unidos pretenden imponer un gobierno en exilio ya que no hay raíces en el país.

Podría seguir una balcanización sangrienta e Irán movilizaría su influencia regional, aumentado por la catástrofe de Iraq, para elevar la perspectiva de un conflicto militar regional mucho más amplio, con consecuencias devastadoras.

El riesgo ya es demasiado real para todos que ya no deben esperar y ver, ya hay que actuar, la presión debe ejercerse desde el público a los aliados de Estados Unidos y dentro del país, para declarar su total oposición a cualquier guerra contra Irán, incluyendo el no permitir que las bases militares aliadas puedan ser utilizadas.

Las protestas masivas que le darán la bienvenida a Trump deben incluir demandas de no ofrecer ningún apoyo militar o civil a una aventura tan sangrienta, o no se han hastiado de la sensación del peligro, entonces, considere esto: todo lo que se interpone entre la fantasía violenta de Bolton es que Donald Trump la ejecute.