Medio AmbienteSudamérica

El cementerio de la moda está en Chile

El desierto de Atacama se convirtió en el lugar, donde va a morir la moda mundial

En el desierto de Atacama, además de arena y piedras, existen grandes montañas. Pero no se trata de los imponentes Andes. Los alcores no son de origen natural, se trata del cementerio más grande de la moda. Allí va a morir la industria mundial de la alta costura.

Los comerciantes importan prendas no deseadas, despojos de la moda pasada. Principalmente de Europa y los Estados Unidos, para revenderlos localmente y a otras naciones latinoamericanas.

Se trata de decenas de miles de toneladas de ropa usada. Más de la mitad de las 60 mil toneladas cada año de moda en desuso, terminan en vertederos ilegales en medio del desierto.

La moda es efímera en las grandes tiendas a nivel mundial. Y las nuevas tendencias, obligan a los consumidores a deshacerse de las prendas pretéritas. El problema, es que tal acumulación de desechos, genera consecuencias nefastas para el medio ambiente y la comunidad local.

Cementerio de la moda.
La reutilización de la ropa es un gran paso hacia una nueva normalidad en la industria de la moda, aunque aún está por verse si su potencial aplica para el medio ambiente.

El comercio de la moda de segunda mano es un negocio bien establecido en Chile

Alrededor de la mitad de esas 60 mil toneladas de ropa, es reutilizada en mercadillos de segunda mano. Allí se pueden encontrar desde zapatos deportivos, hasta camisas de alta costura, a una fracción de su costo nuevos.

Millones de prendas se acumulan en un vertedero clandestino en el desierto de Atacama, un símbolo de la desigualdad y de cómo el consumo desmedido contamina el planeta.

Reportes sobre la industria textil exponen el alto costo de la moda rápida, con trabajadores infra pagados, denuncias de empleo infantil y condiciones deplorables para producir en serie.

A ello hoy se suman cifras devastadoras sobre su inmenso impacto ambiental, comparable al de la industria petrolera. Según un estudio de la ONU de 2019, la producción de ropa en el mundo se duplicó entre 2000 y 2014.

Esto, dejó en evidencia que se trata de una industria “responsable del 20% del desperdicio total de agua a nivel global”. Además, la fabricación de ropa y calzado genera el 8% de los gases de efecto invernadero.

La tendencia de la ropa de segunda mano también parece estar impulsada por la asequibilidad, especialmente ahora, durante la crisis económica de Covid-19.

Los consumidores no solo redujeron su consumo de artículos no esenciales como la ropa, sino que están comprando más prendas de calidad en lugar de ropa barata y desechable.

Fuente
ElPaisBBCChileDesarrolloSustentable

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba
Translate »
error: