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Los ticos odian a los nicaragüenses

Los Nicos refugiados en Costa Rica, comentan su calvario

Las protestas contra el gobierno que iniciaron hace un año en Nicaragua, no solo han dejado mortales enfrentamientos, sino que han generado desabastecimiento, problemas en el sector de la salud y una migración exacerbada por la inflación, un poco como Venezuela hace tres años, pero a las maneras de los nicaragüenses.  

Hace un año, el 18 de abril de 2018, los nicaragüenses salieron a las calles para protestar contra algunos cambios propuestos al sistema de seguridad social del país, las protestas, desmedidas desde el inicio, pronto se ampliaron y se salieron de control en una llamada insistente para solicitar la dimisión del presidente Daniel Ortega, cuyo gobierno respondió con una ofensiva extrema e igualmente desmedida.

Durante los sucesos y en los meses que siguieron más de 300 personas murieron y miles resultaron heridas, ahora decenas de miles de nicaragüenses han huido a la vecina Costa Rica, pero en la capital, San José, no recibieron una dulce acogida que ellos esperaban.

Un estudiante de ingeniería eléctrica de nombre Henry Obregón, se unió a las manifestaciones contra el gobierno en su nativa Nicaragua cuando empezaron, “Estábamos pidiendo más justicia social», recuerda los primeros días de protesta, «pero la respuesta del gobierno fue el arresto de muchos de nosotros».

Después de dos meses de protestas, durante la cual el estudiante de 21 años de Managua vio compañeros manifestantes desaparecer y muertos, Obregón decidió huir a Costa Rica, ahora está compartiendo una casa en San José con otros diez nicaragüenses, parte de la creciente espiral de migrantes que han buscado refugio en el país vecino.

Nicaragüences.
La mayoría de los nicaragüenses, aunque no todos, buscan una salida a la crisis generada por la violencia y las protestas y tan sólo buscan mejoras de vida, un futuro con más opciones y un lugar de paz para sus hijos.

Cronología: de la crisis de violencia espiral que afrontan los nicaragüenses

  • 16 de abril de 2018: El gobierno del presidente Ortega anuncia planes para reformar el sistema de seguridad social del país, las propuestas habrían reducido las pensiones en un 5%.
  • 18 de abril: Protestas contra el gobierno entran en erupción en todo el país en respuesta a los cambios previstos, las manifestaciones se intensifican cuando las pandillas violentaron las pequeñas demostraciones.
  • 22 de abril: Ortega derogó las reformas propuestas después de que se realizaran enfrentamientos entre manifestantes y la seguridad de las fuerzas resultado en varias muertes.
  • 8 de julio: Se reportaron trancas, quema de viviendas y medios de comunicación, saqueos en todas las ciudades, en el día más mortal de los enfrentamientos en Nicaragua, con 38 personas muertos.
  • 24 de julio: El presidente Ortega se niega a ceder a las demandas de los manifestantes, diciendo que los cientos de muertes durante los tres meses de protestas fueron causados por grupos paramilitares y la colectividad.
  • 29 de agosto: El veedor de derechos humanos de las Naciones Unidas publica un informe mordaz sobre supuestas violaciones de derechos humanos que se cometieron contra los nicaragüenses.
  • 21 de marzo de 2019: El gobierno nicaragüense de Ortega, se compromete a liberar todos los prisioneros de la oposición dentro de 90 días siguientes en un intento por reiniciar las conversaciones de paz estancadas.

El enorme incremento de solicitantes de asilo no ha pasado desapercibido entre los costarricenses y algunos han tomado las calles en protesta, en agosto pasado, cerca de 500 marcharon en el parque de la Merced, en San José, frecuentado por los nicaragüenses.

Agitando banderas de Costa Rica, que gritaban fuera a los «nicaragüenses» y amenazaron físicamente algunos refugiados, este fue el primer encontronazo contra los extranjeros en Costa Rica en tiempos modernos, destrozando la reputación que tenía la nación de 5 millones de Ticos de ser abiertos y acogedores para aquellos que buscan refugio.

Angela Chamorro, quien llegó a Costa Rica desde Nicaragua en junio, estaba en shock, “No entiendo por qué nos odian», afirmó desde la casa pequeña que es su nuevo hogar, Chamorro se trasladó a La Carpio, un barrio pobre junto a un enorme vertedero fuera de San José, con sus tres hijos, la familia comparte dos habitaciones pequeñas de la casa de un amigo.

Angela Chamorro dejó Nicaragua después de ver personas disparando a otras dentro de un mercado, pero a pesar de sus deficiencias, La Carpio parecía un refugio después de que ella fue testigo de los tiroteos en Granada, «Desconocidos armados comenzaron a disparar a los vendedores», recordó.

«Uno fue golpeado en el talón, otro en la cabeza y sangraba profusamente. Estaba tan asustada de que algo les pasara a mis hijos”, hechos que se habían repetidos, lo cual generó su deseo de salir de Nicaragua.

«Algunos de los nicaragüenses aquí pueden ser violentos», comentó refiriéndose a una serie de recientes asesinatos presuntamente cometidos por nicaragüenses, «pero la gran mayoría de nosotros sólo buscan un refugio seguro».

Uno de los costarricenses encolerizados por la afluencia de nicaragüenses es Miria Gómez, envuelta en la bandera de Costa Rica, y con 60 años de edad están gritando por un micrófono a una marcha anti extranjeros en el parque de la Merced, «Estamos defendiendo nuestra patria», gratando por los aplausos de dos docenas de espectadores.

Gómez argumenta que vienen sólo nicaragüenses «para cometer delitos» y lamenta lo que ella dice que es un tratamiento preferencial que reciben en Costa Rica.

«Los refugiados nicaragüenses reciben electricidad y agua gratis, pero los costarricenses también están sufriendo y no reciben el mismo apoyo», refiriéndose a la reciente caída económica de Costa Rica, que ha visto las cifras de desempleo subir a su nivel más alto en una década.

El gobierno mientras, niega que los refugiados reciben subsidios estatales además se ofrece refugio cuando ellos no tienen dónde vivir.

Carlos Sandoval, un investigador de inmigración de la universidad de Costa Rica, no tiene dudas que el ambiente en Costa Rica ha cambiado de forma, con el fin de contrarrestar la retórica contra la inmigración, Sandoval ayudó a organizar un mitin de solidaridad, «La marcha xenófoba fue un punto de inflexión… La imagen entera como nación liberal cambió”, indica sobre la primera manifestación contra la inmigración en agosto.

Sandoval quiere mantener el sentido de solidaridad y hospitalidad que era prevaleciente en Costa Rica, por lo que ha ayudado a organizar contramanifestaciones de bienvenida a los nicaragüenses, el gobierno de Costa Rica, mientras tanto, está trabajando en nuevas leyes para combatir el odio y la protección de los refugiados.

A pesar de la reacción violenta contra nicaragüenses, ella, como estudiante de Henry Obregón, permanecerá en Costa Rica por ahora. Finalmente, ambos quieren regresar a su país de origen pero dicen que primero tendría que ser seguro para que regresen.

Fuente
DiarioDeLasAmericas

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