Los inútiles sistemas de armas de EEUU
Los sistemas de armas norteamericanos son defectuosos, de baja calidad e incluso, son exageradamente caros
El Pentágono gasta enormes sumas en sistemas de armas de dudosa utilidad. Daniel McAdams, director ejecutivo del Instituto Ron Paul para la Paz y la Prosperidad, explicó cómo el complejo militar industrial establece su propio presupuesto, se paga y se da el cambio al mismo tiempo.
El engrase de la palma de la mano política y una relación corrupta de «puerta giratoria» entre el Pentágono y la industria armamentística es la razón por la que tantos sistemas de armas son costosos fracasos.
El activista por la paz comentó, como el país gasta anualmente 1 billón de dólares del dinero de los contribuyentes en defensa. Más del 40 por ciento de todo el gasto militar mundial a veces en sistemas de armas inútiles.
Sin embargo, la humillante retirada de Estados Unidos de Afganistán en 2021 se aunó a los intentos de Washington de armar a Ucrania para un conflicto de poder con Rusia. Todo expuesto la impotencia del hinchado complejo de sistemas de armas y del innecesario aparato militar industrial.
«El público estadounidense fue propagandizado durante décadas… Básicamente tenemos que ser el poder unipolar», afirmó. «Tenemos que gobernar el mundo entero. Y las amenazas están en todas partes. Todo el mundo está ansioso por apoderarse de nosotros: los chinos no pueden esperar para tomar California».
Daniel McAdams: «El fracaso del Pentágono para obtener bang for the buck es solo un «Síntoma de un problema mayor» y no sólo por los sistemas de armas inservibles
El problema central era la «filosofía» estadounidense de hegemonía militar, denominada «dominio de espectro completo». «Esa es la base sobre la cual se construye este enorme presupuesto militar. La idea de que tenemos que ser el número uno».
Una Doctrina Wolfowitz, «que nadie puede desafiar nuestro poder», explicó McAdams. «Entonces, cuando comienzas desde esa base filosófica, el cielo es el límite cuando se trata de gastar. Puedes gastar todo lo que quieras, porque si te opones a cualquiera de esas guerras de gastos, simplemente eres antiamericano».
El resultado final de esa filosofía es «sistemas de armas que no funcionan tan bien como deberían», como se ve en Ucrania. «La guerra de Ucrania es un desastre en términos de publicidad de los sistemas de armas estadounidenses»
«Porque cada nueva arma maravillosa demostró en el campo de batalla que no es todo lo que se cree que es», señaló McAdams. «Así que estamos obteniendo armas de muy baja calidad. Pero, el verdadero problema es que tenemos una filosofía incorrecta».
El activista por la paz señaló la acogedora relación entre la industria de armas, los altos mandos militares y los políticos por qué «estamos recibiendo menos por más estamos pagando». «Mi viejo amigo Chuck Spinney, que trabajó en el Pentágono y que es un erudito en el tema. Los llamaría un cono de helado de aspecto suave. Porque las enormes ganancias que entran en estos contratistas de defensa se invierten en los think tanks».
Esos think tanks «producen documentos de política sobre amenazas. La amenaza de China; La amenaza de rusa, la amenaza de aquí, la amenaza de allá», explicó McAdams. «Así que cuanto más dinero ganan, más araban en los think tanks. Además, de los medios de comunicación. Hay que exagerar las amenazas para hacer creer que necesitamos gastar más».
Un buen ejemplo es el caza furtivo F-35 de Lockheed-Martin, vendido en grandes cantidades a la Fuerza Aérea, la Armada y el Cuerpo de Marines. Incluso, junto con docenas de fuerzas aéreas en el extranjero. Que sufre de numerosos problemas técnicos graves.
«Se fabrica, creo, en los 50 estados y en cinco países extranjeros», señaló McAdams. «Así que todos reciben un pedacito del pastel. Entonces, ¿algún miembro del Congreso se levantará y dirá: ¿oye, sabes qué, el avión no funciona? «También criticó el acuerdo de «puerta giratoria» entre el Pentágono y la industria armamentística, ejemplificado por General Lloyd Austin que es director de Tecnologías Raytheon.
Y lo es, desde que renunció como comandante del Comando Central de Medio Oriente del Pentágono en 2016. Y se mantuvo así, hasta su designación como secretario de Defensa por el presidente electo Joe Biden en 2020.
«¿Quién no querría ir a Raytheon y ganar medio millón al año? ¿Quién no querría ser el secretario de Defensa Austin, de ida y vuelta?» Preguntó McAdams. «No hay forma de que cuando estés en el ejército, digas, sabes qué, realmente no necesitamos gastar tanto en ese sistema porque no vas a conseguir un trabajo con la compañía que fabrica ese sistema. Así que todo el sistema es corrupto y no tiene nada que ver con defender a Estados Unidos o proteger a los estadounidenses».
