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Crisis haitiana a punto de explotar

La guerra haitiana de pandillas, podría explotar en cualquier momento

Las imágenes de la crisis haitiana, son tan crudas como lo que representan: la causa y el efecto de los crecientes problemas del estado insular. Mientras los pandilleros van tomando el control de Puerto Príncipe, el gobierno queda de manos atadas.

El otro lado de la crisis haitiana, son los recientes desplazamientos causados por la violencia. Miles de familias se refugian hoy en escuelas, que ahora alberga a docenas de ellas lejos de sus hogares.

«Puerto Príncipe está casi totalmente controlado por las pandillas, mientras las personas luchan por negocios para sobrevivir», indica Rodrigo Abd, de 45 años, un fotógrafo argentino.

Mientras tanto, en el vacío político, se estiman hasta 165 pandillas, que continúan aterrorizando a los residentes. Levantando barricadas y secuestrando a ricos y pobres por igual para pedir rescate.

Crisis haitiana.
No es una historia de dos o tres años, sino una que está empeorando, por lo que hay una relación entre las pandillas, la ciudad y la gente que siempre tiene que mudarse de un lugar a otro.

La crisis haitiana se acrecienta y está a punto de estallar

La principal historia, es que la encrucijada haitiana está acosada por varias capas de crisis superpuestas:

Por un lado, el reciente asesinato del presidente Jovenel Moïse, a principios de julio en circunstancias que siguen siendo misteriosas; el terremoto de magnitud 7,2 destruyó el sur rural del país en agosto.

Y los miles de migrantes que vivían repartidos en toda América del Sur fueron deportados de Texas a la capital haitiana, después de años lejos de su tierra natal.

Las entregas de ayuda a menudo son rechazadas por pandilleros, que en octubre secuestraron a un grupo de 17 trabajadores misioneros.

Más de 600 personas fueron secuestradas en Haití este año. Más del triple del total del año anterior. Todo aderezado, por la escasez de combustible, que se sumó a los problemas, especialmente en un país sin una red eléctrica confiable, sin alimentos, ni medicinas.

«Se puede sentir un paisaje agresivo, que es un lugar que podría explotar muy fácilmente y en cualquier momento, porque la situación es muy mala», señala Abd, quien fotografió zonas de guerra en todo el mundo.

Antes del golpe al ex presidente Jean-Bertrand Aristide empoderó a las pandillas para implementar su voluntad en los barrios más pobres. Algunos de los grupos que operan en la capital haitiana, nacieron entonces.

Aquí, ahora estamos de vuelta a aquellos días, donde, ni la policía ni ningún otro tipo de institución de aplicación de la ley puede entrar, y por lo tanto la población se convierte en rehén de las bandas armadas.

Al no tener otro punto de referencia, la gente desarrolla una especie de convivencia con la pandilla haitiana como autoridad que dirige e impone su ley.

Fuente
NYTimesCrisisGroupElUniverso

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