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El fin de los plásticos es orgánico

Los microbios que comen plásticos en una de las regiones más frías de la Tierra son la clave del problema de los desechos del planeta

En la actualidad, se estima que unos 4 millones de toneladas de desechos plásticos, están dispersos en el planeta. Estos no se descomponen con el tiempo, sino que se acumulan increíblemente rápido. Pero esta semana, los científicos indicaron que pueden haber encontrado una manera de ayudar, gracias a pequeños organismos en una de las regiones más frías de la Tierra.

Investigadores del Instituto Federal Suizo de Investigación Forestal, Nieve y Paisaje WSL descubrieron una solución. Se trata de microbios que habitan en el Ártico y los Alpes podrían ser la clave para eliminar algunas formas de desechos plásticos. Los microbios que se encontraron, comen ciertos tipos de plásticos que quedan en su entorno.

El hallazgo podría ayudar a allanar el camino para reducir gran parte de los desechos plásticos que se en este momento se encuentran dispersos en todas partes del planeta. Muchos de los cuales de tamaños microscópicos, ya se encuentran embebidos en la sangre y los tejidos de los humanos.

El uso de microorganismos para comer plásticos no es un concepto nuevo. Pero, las industrias confían en microbios que requieren temperaturas de al menos 30°C para llevar a cabo su banquete. Este requisito hace que el proceso de reciclaje sea más intensivo en energía y rentabilidad.

No más plásticos eternos.
Ideonella sakaiensis, así se llama esta bacteria capaz de alimentarse de PET, otereftalato de polietileno, uno de los plásticos más utilizados en todo el mundo.

En octubre de 2021, investigadores de Japón publicaron hallazgos sobre otra bacteria que puede degradar los plásticos a base de petróleo

Se descubrió que los microbios recién descubiertos descomponen los plásticos a temperaturas tan bajas como 15°C. Lo que, si se expande a la industria. Y en teoría, pudiese hacer que el proceso sea más eficiente.

Este descubrimiento se realizó después de que los investigadores enterraron trozos de plástico en el suelo de Groenlandia y los Alpes. En los meses siguientes, observaron bacterias y hongos creciendo en el plástico. Un año después de plantar las piezas de plástico, tomaron los microbios que se encontraron en él y realizaron más pruebas en entornos controlados en un laboratorio para determinar cuántos tipos de plástico podían consumir.

De los 34 microbios adaptados al frío que estudiaron, encontraron que 19 de las cepas secretaban enzimas que funcionan. Sin embargo, el único plástico que se podía descomponer eran los que eran biodegradables: ninguno de los microbios podía descomponer los plásticos más tradicionales, hechos de polietileno.

Sus hallazgos fueron publicados en Frontiers in Microbiology, solo unos meses después de que el equipo publicara una investigación complementaria. Que encontró que los plásticos de polietileno, a menudo utilizados en bolsas de basura, no se descomponen con el tiempo, y que incluso los plásticos biodegradables utilizados en bolsas de compost tardan un tiempo excepcionalmente largo en descomponerse.

Y aunque el descubrimiento podría ser una clave para allanar el camino para un mejor futuro del reciclaje de plásticos, los científicos explican que todavía hay mucho trabajo por hacer.

«El próximo gran desafío será identificar las enzimas degradadoras de plástico producidas por los microbios y optimizar el proceso para obtener grandes cantidades de enzimas», señaló el coautor del estudio Beat Frey. «Además, podría ser necesaria una mayor modificación de las enzimas para optimizar propiedades como su estabilidad».

Fuente
CBSWSLElMundo

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