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El estilo neo liberal, del presidente zurdo

El presidente electo de Perú parece más un conservador zurdo

Pedro Castillo es un político conservador, con raíces humildes y no descarta nacionalizar la industria minera y la extracción de petróleo y gas. Plantea revisar el sistema de pensiones para favorecer a los trabajadores. Al parecer, por lo tanto, es visto como un «extremo zurdo» por sus oponentes.

Sólo el tiempo dirá si puede implementar efectivamente su programa “zurdo”, siendo conservador. Uno, verdaderamente revolucionario no solo para Perú sino para el actual contexto político latinoamericano.

Castillo ya recibió el apoyo del expresidente de Uruguay José «Pepe» Mujica y del exjefe de Bolivia Evo Morales. Por lo que, el modelo económico peruano demostró ser ineficaz sobre todo para reducir la desigualdad y la pobreza en el país.

 Por ello, un político zurdo, como Castillo, ha tenido un cometido tan grande viniendo prácticamente de la nada. Representa el descontento y la incredulidad de las poblaciones del país en los políticos del establishment.

Un conservador zurdo.
La feroz oposición del congreso de la república del Perú, así como de las fuerzas armadas, podría socavar la agenda reformista del presidente zurdo.

Ni zurdo, ni derecho, Pedro Castillo es una contradicción para todos

Una vez inaugurado el 28 de julio, Castillo tendrá que gobernar un país extremadamente dividido. A pesar que cualquier otro presidente, incluida Keiko Fujimori, habría enfrentado un desafío similar.

El mayor obstáculo del presidente zurdo, será poner fin a un largo período de inestabilidad política e institucional en el país. El año pasado, Perú vio a tres presidentes en solo un mes, mientras que algunos de sus predecesores enfrentaron cargos de corrupción.

Fue un estado permanente de crisis política fundamentalmente asociada a la plaga de la corrupción. Una que, año tras año, desangró al Pueblo y se quedó con el 3% del PIB.

La implementación del modelo neoliberal en las últimas tres décadas demostró ser ineficaz. El mismo, agravó aún más las cosas. Donde Perú se convirtió en un mero proveedor de materias primas.

El modelo zurdo que propone Castillo, desarrollará iniciativas encaminadas a poner en marcha proyectos industriales soberanos que empleen los recursos estratégicos del país como el cobre y el litio, etc.

Pero no habrá soberanía política sin soberanía económica, y esto nunca será posible ni cierto, sin un proyecto industrial claro, que nos saque al país de la periferia del mundo y le permita ser lo que realmente debe ser: un país poderoso.

Sin embargo, es poco probable que Castillo lleve a cabo una transformación económica de esa magnitud. Y será la izquierda dura y los globalistas progresistas en el entorno del presidente zurdo, obstaculizaran tales intentos.

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