AméricaCiencia y SaludColombiaCuriosidadesInternacionalesTecnologia

Invidentes detectan mejor el cáncer de mama

Un grupo de mujeres con discapacidad visual encuentran utilidad a sus sentidos aumentados

Las mujeres con discapacidad visual en Colombia utilizan su sentido mejorado de la sensación para mejorar la detección temprana de cáncer de mama, Francia Papamija, invidente, comenzó a perder progresivamente su vista debido a un desprendimiento de retina, para ella hoy en día, todo es oscuridad a sus 36 años de edad, encontró un trabajo en una clínica en Cali, Colombia, donde contribuye a la detección temprana del cáncer de mama.

Papamija es un médico examinador táctil o MTE, un papel creado especialmente para las mujeres invidentes o con discapacidad visual, que tienen mayor sensibilidad en los dedos, gracias a que sus sentidos se han aumentado por el uso exclusivo.

Según el Dr. Frank Hoffmann, un ginecólogo, quien creó “Discovering Hands”, para mejorar la detección temprana, las mujeres con discapacidad visual pueden detectar alrededor del 30% alteraciones de tejido más que los médicos tratantes.

Por otra parte, estos cambios pueden ser 50% más pequeño que los que generalmente han identificado los médicos, Papamija ve cerca de 10 mujeres al día en su consultorio en el centro de salud La Rivera.

Ella cree que es más fácil para ella como una mujer ciega crear una atmósfera más relajada con los pacientes «porque se sienten menos nerviosos a hablar abiertamente sobre temas delicados», usando sus dedos, Papamija explora los senos, axilas y cuello de una mujer durante un examen de 45 minutos.

Ella se guía por cinco tiras adhesivas marcadas en braille, así que dondequiera que ella encuentra un bulto puede informar al médico su ubicación exacta y no omite ningún centímetro, si detecta cualquier terrón, la paciente será concertar con el médico, pues ella no hace un diagnóstico, sólo realizar las pruebas.

Invidentes.
En Colombia más de 8 mil nuevos casos son diagnosticados cada año y las tasas de mortalidad aumentan cada año, ya que muchos casos nuevos se diagnostican demasiado tarde.

Las invidentes han demostrado ser más efectivas que los mismos especialistas tratantes

Papamija, es una de las tres mujeres invidentes que han estado trabajando en varios centros de salud en Cali, en el suroeste de Colombia, durante los últimos dos años, entrenando para convertirse en examinadores profesionales que les tomó nueve meses.

Actualmente Colombia es el único país, donde su trabajo es apoyado por el banco de desarrollo de América Latina y Cali es la única ciudad donde se hacen estos exámenes, aunque México ha lanzado recientemente un esquema similar.

«Ellas tienen este don en sus dedos. Si están entrenados, su discapacidad puede convertirse en un talento, una fuerza y puede ser utilizada para ayudar a otras personas,» indica el Dr. Luis Alberto Olave, cirujano que coordina el proyecto, «los nódulos son el primer síntoma de cáncer. Encontrarlos más pronto, incide en que más rápido tendremos un impacto en la proyección de la enfermedad y que puede significar salvar vidas».

«Nuestros índices de cáncer de mama no son tan altos como en los países desarrollados, pero tenemos una gran desventaja: estamos fallando en la detección temprana,» explica Olave, que quiere el programa MTE se extienda a todo el país.

Las mamografías preventivas, sigue siendo el mejor método de detección, pero es caro y sólo se ofrece a las mujeres mayores de 50 años, aunque crecen los casos de cáncer de mama en mujeres más jóvenes.

«Los análisis exhaustivos realizados por los examinadores invidentes están disponibles para todas las mujeres que acuden para la prueba de Papanicolau, aunque no están reemplazando las mamografías, sólo son complementarios», afirma Paubla Lucumi, enfermera jefa del programa de cáncer de mama en La Rivera.

Lucumi, comenta que, «Aunque muchas mujeres vienen sin ningún síntoma, estas pruebas sirven un propósito educativo útil, aquí las niñas comienzan a aprender sobre autocuidado qué tan importante es en el cáncer de mama».

Cada día la clínica Meléndez en Cali sur está llena de mujeres esperando a ser vistas por Leidy García, de 27, una examinadora con discapacidad visual que ha examinado a más de 2 mil 500 pacientes.

Después de sufrir una trombosis cerebral hace ocho años, ya no puede ver a través de su ojo izquierdo y sólo es capaz de hacer formas borrosas a través del derecho, perder la vista fue traumático, recuerda García, pero como MTE ha podido potenciar su ánimo: «este trabajo me da enorme confianza en mí misma, puedo aportar más y me siento libre, independiente y útil”.

«Para personas invidentes, es tan difícil encontrar un empleo debido a prejuicios y límites dentro de las empresas, así que esto es una gran oportunidad a nuestro talento. También es una buena manera de cambiar la mentalidad de la sociedad, que generalmente descarta a los invidentes, pensando que no son capaces de hacer muchas cosas».

García cree que debido a su trabajo la gente ahora la respeta por lo que hace y no por lo que carece, aprecia cómo esto ha comenzado a cambiar en sus propios pacientes, «su ceguera no es un problema: cada persona tiene habilidades. No importa que discapacidad tiene. Si sabe cómo hacerlo, y lo hace aún mejor, es ideal para todos nosotros» comenta una de sus pacientes.

Fuente
WhoDiscoveringHands

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba
Translate »
error: