Luego de 12 días de disturbios Lenín Moreno parece ceder ante los indígenas
La ONU indicó que representantes del gobierno de Ecuador y los grupos indígenas del país sostuvieron sus primeras conversaciones directas la tarde del domingo en un intento por poner fin a los 12 días de protestas violentas, los manifestantes están exigiendo la devolución de los subsidios a los combustibles que el gobierno desechó como parte de las medidas de austeridad impuestas por el FMI.
Los informes explican que el presidente Lenín Moreno acordó reevaluar los subsidios, pero no necesariamente derogarlos, casi dos semanas de disturbios han dejado a gran parte de la capital, Quito, en el más profundo caos y al gobierno derechista buscando culpables en Venezuela.
El Gobierno y los líderes indígenas llegaron a un acuerdo durante el diálogo iniciado este domingo en Quito: “Una solución para la paz y para el país”, fue como calificó al acuerdo la ministra de Gobierno María Paula Romo. La funcionaria precisó que el Gobierno sustituirá el decreto 883 “por uno nuevo que contenga los mecanismos para focalizar los recursos en quienes más lo necesitan”.
El sábado, el presidente Moreno anunció que se impondría un toque de queda en Quito y sus alrededores, impuesto por los militares, durante 30 días, “he ordenado al comando conjunto de las fuerzas armadas que tome inmediatamente las medidas necesarias para restablecer el orden en todo Ecuador», expuso en un discurso televisado.
Establecida la mesa de diálogo entre el gobierno de Ecuador y los líderes indígenas, el presidente Lenín Moreno planteó la elaboración de un nuevo decreto que sea el resultado de comisiones “que de forma inmediata empiecen a trabajar”; El nuevo decreto, indicó Moreno deberá permitir “canalizar los recursos hacia quien más los necesita”. “No hagamos el juego a quienes dejaron despedazando el país”, agregó el mandatario.
Las fuerzas armadas advirtieron que el movimiento estaría restringido en todo el país durante 24 horas, aunque Ecuador ya está sujeto a una emergencia nacional de dos meses, Moreno también reveló que los manifestantes habían acordado mantener conversaciones directas por primera vez.
Manifestantes del grupo paraguas indígena CONAIE habían rechazado previamente los llamados a las conversaciones, pero acordaron con la condición de que se transmitan y no se mantengan a puerta cerrada, según informes.
Los manifestantes logran que Moreno acuerde devolver el subsidio a la gasolina
Más temprano el sábado, los mismos manifestantes atacaron una estación de televisión y una oficina de periódicos en Quito, el canal Teleamazonas transmitió imágenes de sus ventanas rotas y un vehículo en llamas y el diario El Comercio tuiteó que un «grupo de incógnitas» había atacado sus oficinas, aunque no se informaron heridos en ninguno de los incidentes.
Hombres enmascarados arrojaron bombas de gasolina contra un edificio del gobierno en Quito que albergaba la oficina del contralor general y luego lo invadieron, la ministra del interior, Maria Paula Romo, afirmó que el área alrededor del edificio estaba siendo evacuada para que los bomberos pudieran apagar las llamas, e indicó que al menos 30 personas habían sido arrestadas fuera del edificio.
Durante las protestas que ya cumplen 12 días, más de mil personas han sido detenidas y 7 han fallecido, víctimas de los desmanes de los manifestantes o de la represión del gobierno contra ellos, y las protestas que comenzaron después de que el gobierno anunció el fin de los subsidios al combustible como parte de los recortes en el gasto público acordados con el fondo monetario internacional o FMI, a cambio de un préstamo de 4.2 mil millones de dólares, aún no han terminado.
Moreno señala que los subsidios al combustible, introducidos en la década de 1970 significan un costo anual de 1.3 mil millones de dólares al estado y ya no eran asequibles, por lo que eliminarlos es parte de su plan para apuntalar la economía de Ecuador y aliviar su carga de la deuda.
Los precios de la gasolina se dispararon en pocas horas y miles de manifestantes salieron a las calles, establecieron barricadas, asaltaron edificios y se enfrentaron a las fuerzas de seguridad, que intentaron dispersar a las multitudes con gases lacrimógenos y disparos.
Los manifestantes también han ingresado a algunos campos petroleros, afectando la producción en la nación andina, ex miembro de la organización de países exportadores de petróleo, OPEP, algunos también han pedido la renuncia del presidente.
Las protestas dirigidas por indígenas han derrocado a tres presidentes en las últimas décadas y desde que comenzaron los disturbios actuales, los manifestantes han tomado como rehenes a docenas de oficiales en varios lugares del país, han quemado vehículos militares y oficiales y han destrozado las ciudades de Quito y Guayaquil.
