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Guaidó, un presidente sin estado.

Aliados, líderes de estado y especialistas debaten si Guaidó debe volver a Venezuela

La pregunta que recorre a América del sur esta semana es: ¿Qué pasará con el líder de la oposición de Venezuela y el movimiento que encabeza, cuando regrese a Venezuela?, Juan Guaidó dejó su país hace más de una semana, desafiando la prohibición de viajar de los tribunales venezolanos para embarcarse en una gira en gran parte improvisada por el continente para reforzar la ayuda.

Pero para sus seguidores, el retorno no puede ser muy pronto y su continua ausencia plantea interrogantes sobre el impulso del movimiento que comenzó, muchos consideran que los ha dejado confundidos pues abandonó el país y no dejó una hoja de ruta.

Por lo que se corre el riesgo de perder la fe en su proyecto, pues muchos han sido los intentos de la oposición y sus aliados de acabar con el gobierno de Nicolás Maduro y todos los planes y estrategias que se han creado, se han dado con el muro del gobierno bolivariano.

Guaidó había prometido estar de vuelta en el 23 de febrero, y llegaría triunfante al país junto con la tonelada y media de alimentos de ayuda humanitaria destinada a perforar el bloqueo militar de las fronteras establecidas por el Maduro, pero al parecer no fue suficiente el apoyo en esta aventura.

Entonces, la oposición pensó en un retorno luego de que Guaidó se reuniera el 25 de febrero con el vicepresidente norteamericano Mike Pence y otros líderes regionales en Bogotá, Colombia, a lo que Maduro respondió con una entrevista, en la que informaba que Guaidó sería detenido por infringir la ley del país que dice comandar.

Finalmente, Guaidó ha fijado la fecha límite para hoy por la mañana, cada día adicional que pasa fuera del país, más corre el riesgo de perder la unidad de los partidos de oposición, que tienen una larga historia de fracturas, afirma Geoff Ramsey, analista de la oficina de Washington para América Latina.

«En este punto, la oposición no necesita otro líder en el exilio,» comenta Ramsey, «cuanto más tiempo pasa Guaidó lejos de Caracas, la oposición se convierte en una gallina sin cabeza», Guaidó ha pasado la mayor parte de la semana pasada en una gira por el continente, con paradas en Brasil, Paraguay, Argentina y Ecuador.

Juan Guaidó.
En sus paradas en el extranjero Guaidó ha sido recibida como un jefe de estado, un contraste con su salida secreta y encubierta de Venezuela, al desafiar una prohibición de viajar.

Guaidó a elongado mucho el tiempo fuera del país que dice gobernar

Pero Guaidó sigue siendo un líder sin un estado, y cualquier intento de regreso a Venezuela podría acabar en la cárcel, «podrán encarcelarlo a él», arenga Lorenzo Castro, un legislador de oposición, que se ha hospedado fuera de Venezuela hasta el regreso de Guaidó, «pero tenemos que hacer todo que lo posible para que entre».

La administración de Trump ha amenazado con repercusiones para el gobierno de Maduro, si se atreve a encarcelar a Guaidó, pero el desafiante Maduro, poco o ningún caso ha hecho a los Estados Unidos y ha recibido otras tantas sanciones que desde el mandato de Obama, han secuestrado la economía del país petrolero.

Por otro lado, el gobierno de Maduro ha detenido a Guaidó en el pasado y enviado a la policía a su casa, por diferentes razones en otras ocasiones, La gira internacional del presidente interino, parece ser un esfuerzo para asegurar que esto no vuelva a suceder.

La gira por las capitales regionales, también ha dado el tiempo a la oposición para reagruparse después de una pérdida de la valiosa oportunidad del envío de ayuda, pues según, había esperanzas entre sus partidarios, que sufren grave escasez de alimentos con la promesa que una «avalancha de ayuda» inundaba el país con alimentos, medicinas y militares contra Maduro.

Pero soldados leales al gobierno y miles de partidarios, fácilmente bloquearon la ayuda y los seguidores de Guaidó fueron reducidos a un grupo de alborotadores que tiraban piedras para expresar su enojo.

La oposición ha enfrentado más reveses cuando el intentó escalar el conflicto, pidiendo una intervención militar por parte de los vecinos de Venezuela para derrocar a Maduro, no ha evolucionado.

En una reunión el lunes pasado en Bogotá, a la que asistieron la mayoría de los líderes del sur del continente, se ha rechazó la llamada a la administración de Trump, por lo que, “por ahora”, se ha descartado la opción militar para forzar la ayuda.

Mientras Maduro controle firmemente las fronteras y las deserciones de su ejército no han pasado de algunas decenas, la oposición está siendo forzada a aceptar que la regla del gobierno parece ser más duraderas que las que Guaidó había esbozado.

Dada la espera continua de Maduro, la comunidad internacional está considerando algunos compromisos y ya el pasado miércoles, el secretario general de la organización de estados americanos, Luis Almagro, quien es uno de los principales aliados internacionales de Guaidó, afirmó que no se opondría a que Maduro fuera legitimado, en una nueva elección libre y justa.

Almagro había previamente sido participe a intransigentes exigencias, sobre que Maduro ya debería haber renunciado a presidente, como única salida de esa crisis.

Fuente
ElNuevoHeraldNotiVenezuela

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