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Los 9 magníficos, Birhan Erkutlu y Tuğba Günal (IV)

Dos defensores de la deforestación industrial y los ríos de Turquía

Birhan Erkutlu y Tuğba Günal se mudaron a los bosques de Antalya para alejarse de todo, sólo querían una vida natural y pacífica libre de capitalismo, cultura de consumo, redes sociales, internet e incluso electricidad, pero el destino les tenía otros planes, tan sólo catorce años después de mudarse al campo, los dos artistas son cabezas de una campaña para proteger ríos y árboles contra un grupo de plantas hidroeléctricas.

Sus tuits y publicaciones en Facebook atraen a cientos de miles de seguidores, usan drones para exponer las malas acciones y han superado las amenazas, los disparos de advertencia y una cultura de hostil política que aún trata de presionarlos, pero con éxito han logrado la creación de una nueva reserva protegida.

Birhan Erkutlu y Tuğba Günal.
Esperamos que hoy en día el problema más importante sea, que vivimos y respiramos en nuestro planeta sin la perturbación del equilibrio natural.

Nos hemos convertido en guardianes accidentales y protectores de bosques de Turquía

«Nos hemos convertido en guardianes aquí sin tener la intención de hacerlo», manifiesta Erkutlu, «pero el ver cuántos otros están haciendo lo mismo en todo el mundo, nos ha abierto la mente. Tal vez nuestros problemas son pequeños en comparación con los del Amazonas y otros lugares, pero son las mismas amenazas y los mismos tribunales».

El activismo de alta tecnología de la pareja turca es accidental, pues los artistas que se conocen desde su adolescencia, dejaron los barrios ricos de Estambul en 2004 y construyeron una casa en el Valle de Alakir sin electricidad, ni teléfonos ni internet, originalmente el objetivo era explorar las posibilidades de un estilo de vida alternativo y escapar en lugar de enfrentar la cultura del consumidor.

Pero esta los alcanzó cinco años más tarde cuando escucharon el sonido de excavadoras y motosierras cerca de su casa en el bosque, cuando la compañía eléctrica Kürce HES estaba limpiando la tierra junto con el río Alakir para comenzar la construcción de unas seis represas hidroeléctricas, «decidimos hacer todo lo posible para detenerlos», afirma Erkutlu, «vimos aves criar polluelos aquí. Ardillas y zorros también. Después de un tiempo, se vuelven familiares. Cuando alguien llega a tu casa y comienza a matarlos, es un reflejo normal intentar detenerlos».

Por lo que decidieron cambiar de rumbo, abandonando su idea de aislamiento y autosuficiencia total y pidieron a sus amigos donaciones para ayudar a pagar un desafío legal contra el proyecto, luego pintaron imágenes, lanzaron álbumes y realizaron arte callejero para crear conciencia y recaudar fondos, de manera más efectiva, han recurrido a las redes sociales para movilizar a la opinión pública, visibilizando fotos de la destrucción.

Por lo que recibieron una reacción violenta, ya que algunos vecinos de la comunidad local se volvieron en contra de ellos por oponerse a una empresa que había traído empleos e ingresos fiscales, fueron amenazados y sus demandas fueron archivadas, y la policía local los llamó repetidas veces para interrogarlos, hasta se hicieron disparos fuera de su casa.

El clima político en Turquía también se estaba volviendo más hostil contra el activismo ambiental, ya en 2013, una pequeña manifestación para salvar árboles en el Parque Gezi de Estambul frente a un proyecto de centro comercial se transformó en una ola nacional de protestas antigubernamentales que llevaron a cientos de miles de personas a la plaza Taksim, poco después, el presidente Recep Tayyip Erdogan dijo que los opositores a los proyectos de desarrollo eran traidores.

Subrayando los riesgos, el asesinato de Aysin y Ali Büyüknohutçu en Antalya el 10 de mayo de 2017, dos activistas anti cantera a quienes le dispararon en sus casas, poco después de ganar un caso histórico contra una empresa de mármol, expuso al presunto asesino, que acuso al jefe de la compañía de pagarle para que los golpeara, quien fue encontrado muerto en la cárcel antes de que pudiera contarle a un juez, aunque los guardias identificaron la causa del fallecimiento como un suicidio, lo que cerró el caso.

Para nosotros, «eso fue un shock», afirmó Erkutlu, «fue un mensaje para los defensores del medio ambiente que pueden matarlos y que nadie será castigado», El estilo de vida alternativo de estos defensores atrajo la atención de los medios hacia temas de desarrollo que de otra manera tendrían poca cobertura en Turquía, que tiene el peor récord del mundo de arresto a periodistas.

«Hasta entonces, había poco periodismo sobre el medio ambiente», explicó Günal, «invitamos a algunos periodistas y les dijimos que podían escribir sobre nuestras vidas, siempre y cuando el 50% tratara sobre el medio ambiente. Ese fue nuestro trato», aseveró, «es una línea delgada, pues no queremos ser asesinados … y no queremos ser arrestados por el gobierno, pero queremos defender el medio ambiente».

Birhan Erkutlu y Tuğba Günal.
Como resultado de la lucha de la Hermandad Alakir, el Valle de Alakir fue declarado área de ciudadanos naturales en el 1er grado aprobada por el consejo de estado y se decidió tomarlo bajo protección.

Los defensores de la vida que viven en el Valle de Alakir en Antalya y que lucharon contra las Hidroeléctricas

La pareja dice que la compañía ha comprado gran parte de la tierra alrededor de sus tierras, derribó franjas de árboles, incluyendo robles que tenían cientos de años de antigüedad y desvió el manantial subterráneo que era su principal fuente de agua, la compañía dice que las represas hidroeléctricas son necesarias para el desarrollo económico, pero los dos artistas han recibido la colaboración de científicos, abogados y otros grupos medioambientales para revelar que la planta está generando menos de una quinta parte de su capacidad, proporcionando apenas electricidad suficiente para un solo medio centro comercial de gran tamaño.

«No queremos ser vistos como anti hidroeléctricos. Pero debemos decir que debido al clima necesitas otras alternativas», afirma Günal, que, para demostrar su punto de honor, han instalado un panel solar en su casa, pues la energía fotovoltaica les ha permitido operar patrullas de drones que expusieron las violaciones de las regulaciones ambientales, que, como resultado, han producido que la compañía haya recibido dos sanciones considerables, por lo que se encuentra a solo una falta de que le sea suspendida la licencia.

«Comenzamos alejándonos de la tecnología y ahora es irónico que nos hayamos convertido en activistas digitales», dice Erkutlu, la pareja ahora está conectada por redes sociales a grupos indígenas en el Amazonas y Borneo, comunidades de casas del árbol que se oponen a la minería a cielo abierto en el bosque Hambach de Alemania, activistas anti fracking en el Reino Unido y opositores a oleoductos en los EE.UU. Y Canadá.

«No nos dimos cuenta al principio, pero es global», indica Günal, «si quieres proteger el medio ambiente, te tratan como un terrorista», pero la causa no es desesperada, pues el apoyo público para su campaña ha llevado al gobierno a crear un área protegida en la fuente del río Alakir y desechar dos represas planificadas, por lo que la pareja señaló que urbanitas más conscientes del medio ambiente deberían mudarse al campo.

«Si no estuviéramos aquí, nada de esto sucedería», indicó Erkutlu, «mientras más personas hagan lo que hacemos, más áreas estarán resguardadas», los locales no están educados y tienen mucho miedo, pero si conoces las leyes, puedes luchar, ahora somos solo dos personas de Estambul, y si podemos hacerlo, cualquiera puede».

Fuente
Evrensel

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