La era Milei: Aumentan los combustibles 37% en Argentina
El país sudamericano enfrenta una crisis económica y social, que se agrava con el alza de los precios de la nafta y el gasoil, que acumulan un 77% desde noviembre de 2023
Argentina atraviesa una situación económica y social crítica, que se refleja en indicadores como la inflación, la pobreza, el desempleo y la deuda externa. Según el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), la inflación acumulada en los primeros diez meses del año fue del 60,2%, la más alta de la región y una de las más altas del mundo. El mismo organismo señala que el 42,4% de la población vive en situación de pobreza, y que el 10,5% se encuentra en la indigencia.
La recesión económica, que se profundizó con la pandemia del coronavirus, también ha afectado al mercado laboral, que registra una tasa de desocupación del 9,6%, y una tasa de subocupación del 13,2%3. Además, el país tiene una deuda externa de más de 330.000 millones de dólares, que representa el 97,3% de su Producto Interno Bruto (PIB). El gobierno de Alberto Fernández ha tenido dificultades para renegociar los pagos con los acreedores, entre ellos el Fondo Monetario Internacional (FMI), que le exige al país un ajuste fiscal y una reforma tributaria.
En este contexto, el aumento de los precios de los combustibles ha sido uno de los factores que más ha golpeado el bolsillo de los argentinos, que han visto reducido su poder adquisitivo y su capacidad de ahorro. Según la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (CECHA), los precios de la nafta y el gasoil han aumentado un 37% en lo que va del año, y un 77% desde noviembre de 2023, cuando se inició el proceso de descongelamiento de los precios que había establecido el gobierno anterior.
Un factor de cambio político en Argentina
El aumento de los combustibles no solo ha tenido un impacto económico y social, sino también político, ya que ha sido uno de los motivos de descontento y protesta de la ciudadanía, que ha expresado su rechazo al gobierno de Fernández en las urnas. En las elecciones legislativas del pasado 14 de noviembre, el oficialismo sufrió una dura derrota frente a la oposición, que le arrebató la mayoría en ambas cámaras del Congreso.
Pero el resultado más sorprendente fue el triunfo de Javier Milei, el candidato del partido Libertad Avanza, que se define como liberal, libertario y antiestatista. Milei obtuvo el 13,66% de los votos en la ciudad de Buenos Aires, y logró acceder a una banca en la Cámara de Diputados. Su propuesta se basa en la defensa de la libertad individual, el libre mercado, la propiedad privada y la reducción del Estado. Entre sus principales críticas al gobierno, se encuentra el aumento de los impuestos, el gasto público y la emisión monetaria, que considera los responsables de la inflación y la crisis económica.
Una apuesta riesgosa
Milei ha generado una gran expectativa entre sus seguidores, que lo ven como una alternativa al bipartidismo que ha dominado la política argentina desde el retorno de la democracia en 1983. También ha generado una gran polémica entre sus detractores, que lo acusan de ser un demagogo, un populista y un irresponsable, que propone soluciones inviables y peligrosas para el país. Su irrupción en el escenario político ha provocado un fuerte debate sobre el rumbo económico y social que debe tomar Argentina.
Un desafío para el futuro
El aumento de los combustibles en Argentina es un síntoma de una realidad compleja y desafiante, que requiere de medidas urgentes y consensuadas para revertir la situación. Se trata de un factor que afecta a diversos sectores de la economía y la sociedad, como el transporte, la industria, el comercio, la agricultura y el consumo. También es un factor que influye en el clima político y social, que se ha polarizado y radicalizado en los últimos tiempos.
El gobierno de Fernández ha anunciado que tomará medidas para contener el aumento de los precios de los combustibles, como la reducción de los impuestos, la mejora de las condiciones para la importación y el fin del congelamiento de precios. Sin embargo, estas medidas no parecen ser suficientes para solucionar el problema de fondo, que tiene que ver con la matriz energética del país, que depende en gran medida de los combustibles fósiles, que son cada vez más escasos y costosos.
Argentina necesita diversificar y modernizar su matriz energética, apostando por las fuentes renovables, como la eólica, la solar, la hidroeléctrica y la biomasa, que son más limpias, baratas y sostenibles. También necesita mejorar su eficiencia energética, optimizando el uso y el ahorro de la energía, tanto en el sector productivo como en el doméstico. Estas medidas no solo contribuirían a reducir los costos y la inflación, sino también a mitigar el cambio climático y a cumplir con los compromisos internacionales en materia ambiental.
El aumento de los combustibles en Argentina es un desafío para el futuro, que requiere de una visión estratégica, una gestión eficaz y una participación ciudadana. Se trata de un tema que no puede ser ignorado ni postergado, sino que debe ser abordado con responsabilidad y creatividad. Se trata de un tema que puede ser una oportunidad para el desarrollo y la integración del país.
