La prohibición de Biden del petróleo ruso desencadena una peligrosa reacción en cadena energética
El precio promedio de la gasolina en los Estados Unidos ha aumentado a más de 4 dólares por galón. Como resultado de la noticia de que Joe Biden prohibió los suministros de crudo de Rusia a Estados Unidos. La reacción fue, que ahora subió casi un 50 por ciento en una semana.
El aumento como reacción a las sanciones, amenaza con acelerar la inflación que ya se estaba disparando, advierten los expertos en energía. «La decisión de Biden, es una locura precipitada, porque ya llevó al aumento de los precios del petróleo. Más que antes, y eso causará un impacto muy adverso en la economía mundial”.
“Particularmente en la economía de los Estados Unidos», señala Mamdouh G. Salameh, economista internacional del petróleo y profesor visitante de economía energética en ESCP Europe Business School en Londres.
«Como reacción, los precios de la gasolina en los Estados Unidos aumentaron por primera vez a más de 4 dólares por galón. Y, por supuesto, eso alimentará una inflación ya creciente… y reduce el poder adquisitivo del estadounidense común».
Las sanciones crean una reacción adversa contra los propios estadounidenses
Se espera que, si los precios del petróleo se mantienen elevados, entonces para el resto de 2022, la familia estadounidense promedio pagaría aproximadamente 2 mil dólares más por la gasolina que un año antes. De esta reacción, se hace eco Justin Dargin, un experto en el mercado global de energía y carbono de la Universidad de Oxford.
«El problema principal es que un aumento en los precios de la energía también tiene un amplio impacto en otros bienes esenciales. Causa una reacción en cadena y refuerza las principales tendencias inflacionarias que existían antes de los picos de precios del petróleo, lo que crea un círculo vicioso», agregó Dargin.
Mientras tanto, los precios del gas natural en Estados Unidos también se están disparando. Aunque no al mismo ritmo que los europeos. La crisis energética post-COVID de Europa. Esta reacción, puede explicarse en gran medida por el cambio del continente de contratos a largo plazo a contratos puntuales.
Así como por las duras sanciones antirrusas que afectan al sector financiero y la logística del país. A diferencia de Europa, Estados Unidos no depende de los suministros de gas por gasoducto de Rusia.
«Como regla general, los precios del gas natural siguen a los de los precios del petróleo. Por lo tanto, la fluctuación significativa en el sector petrolero tiende a ejercer presión al alza también sobre los precios del gas natural», afirma Dargin.
«La prohibición de las exportaciones de petróleo ruso a los Estados Unidos tendrá un efecto dominó. Una reacción en cadena, en todo el sector energético en general, ya que otros sectores financieros rusos asociados con el sector energético también están en el punto de mira.”
“Lo que, aunque no tiene un impacto directo en los flujos de suministro estructurales, seguirá ejerciendo una presión al alza sobre los precios del gas natural debido a la financiarización general del sector».
