La computación cuántica redefine los límites del procesamiento digital

Crear nuevos fármacos, diseñar materiales avanzados o simular escenarios financieros complejos son tareas que hoy requieren meses de cálculo. La computación cuántica promete reducir ese tiempo a minutos. No se trata de una evolución de las computadoras actuales, sino de una transformación radical basada en principios de la física cuántica.
IBM presentó recientemente dos avances clave: el procesador experimental Loon y el chip Nighthawk, capaces de ejecutar operaciones más complejas que sus predecesores. Google, Microsoft y otras compañías también han intensificado sus esfuerzos en este campo, convencidas de que la computación cuántica será esencial en sectores como la salud, la energía, la ciberseguridad y la ciencia de materiales.
¿Qué la hace diferente?
A diferencia de las computadoras tradicionales, que operan con bits (ceros y unos), las máquinas cuánticas utilizan qubits, capaces de representar múltiples estados simultáneamente. Esta propiedad permite procesar información de forma exponencialmente más eficiente.
Aplicaciones reales y alianzas estratégicas.
Empresas como BMW y Airbus colaboran con Quantinuum para explorar el uso de computación cuántica en pilas de combustible. Accenture Labs y Biogen trabajan con 1QBit en el descubrimiento de fármacos, aprovechando la capacidad de estas máquinas para analizar moléculas complejas.
En el ámbito de la ciberseguridad, los expertos advierten que esta tecnología podría descifrar códigos que hoy protegen datos sensibles. Por eso, gobiernos y empresas buscan adelantarse en su desarrollo.
Desafíos técnicos y avances recientes.
Los qubits son extremadamente sensibles a factores externos como la luz o la temperatura. IBM intenta superar esta fragilidad con el chip Loon, diseñado para operar incluso en presencia de errores. El chip Nighthawk, por su parte, permite ejecutar puertas lógicas más complejas, fundamentales para el procesamiento cuántico.
Microsoft presentó el chip Majorana 1, basado en un nuevo estado de la materia que promete mayor estabilidad. Google, con su chip Willow, afirma haber logrado una reducción significativa de errores y una capacidad de cálculo que supera por millones de veces a las computadoras clásicas.
¿Cuándo llegará el cambio?
Aunque aún no hay consenso sobre cuándo se alcanzará la computación cuántica a prueba de fallos, IBM estima que podría lograrse antes de 2030. McKinsey proyecta que esta tecnología podría generar hasta 1,3 billones de dólares en valor para 2035.
Como resume el profesor Sridhar Tayur: “Hoy intentamos hacer neurocirugía con una cuchara. La computación cuántica nos dará el bisturí que necesitamos”.




