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139 años del natalicio del caudillo del sur

Cada 8 de agosto se escucha el llamado de justicia de Zapata, el Tigre de Morelos

Emiliano Zapata Salazar, fue un líder de pueblo, agricultor y jinete que se convirtió en el líder más importante en la revolución mexicana entre 1910 y 1920, Jugó un papel decisivo en la caída de la dictadura corrupta de Porfirio Díaz en 1911 y unió fuerzas con otros generales revolucionarios para derrotar a Victoriano Huerta en 1914, Zapata fue la figura legendaria, era idealista y su insistencia en la reforma agraria se convirtió en uno de los pilares de la revolución hasta su asesinato en 1919, formó y comandó el ejército de liberación del sur, desde Morelos, la más importante brigada revolucionaria, que aún en nuestros días sigue teniendo seguidores y hoy son conocidos como zapatistas.

Nacido el 8 de agosto de 1879, Anenecuilco, México, Emiliano Zapata fue un revolucionario mexicano y defensor del agrarismo que luchó en acciones guerrilleras durante la Revolución Mexicana. Formó y mandó al Ejército de Liberación del Sur, una importante brigada revolucionaria, y sus seguidores fueron conocidos como zapatistas, murió el 10 de abril de 1919.

Emiliano quedó huérfano a la edad de 17 años, revolucionario desde temprana edad, en 1897 fue arrestado por participar en una protesta de campesinos de su pueblo contra un hacendado que se apropió de sus tierras, después de que fue indultado, continuó agitando a los campesinos, y debido a su convulsión, fue reclutado posteriormente en el ejército mexicano, donde luego de servir por solo seis meses, fue dado de baja al servicio de un terrateniente como entrenador de sus caballos en la ciudad de México, sus habilidades de liderazgo ya eran bien conocidas, y fue convocado a su pueblo de nacimiento, Anenecuilco, para elegirlo como presidente de la junta del consejo de la aldea.

Un hombre del pueblo, Emiliano Zapata se convirtió en una figura destacada en Anenecuilco, donde su familia había vivido durante muchas generaciones, y se involucró en las luchas de los campesinos locales, libró muchos conflictos entre los aldeanos y los terratenientes por el robo continuo de las tierras de las aldeas, hasta que algunos terratenientes incendiaron una aldea entera en respuesta a las protestas de los campesinos, el mismo Zapata, políticamente, logró supervisar el retorno de la tierra de algunas haciendas pacíficamente, pero fue una lucha constante y en un momento dado, después de negociaciones fallidas, Zapata y un grupo de campesinos ocuparon por la fuerza las tierras que habían sido apropiadas por las haciendas y las distribuyeron entre ellos.

Durante este tiempo, y durante muchos años más, Zapata continuó defendiendo fielmente los derechos de los aldeanos, utilizando antiguos títulos de propiedad para establecer sus derechos sobre tierras en disputa y luego presionando al gobernador de la región para que actuara, logró finalmente, frente al ritmo glacial de la respuesta gubernamental y el claro favoritismo hacia los ricos propietarios de plantaciones, comenzó a usar la fuerza y simplemente se apoderó de la tierra en disputa y la distribuyó como lo consideró oportuno.

Alrededor de esta época, el presidente mexicano Porfirio Díaz estaba siendo amenazado por la candidatura de Francisco Madero, quien había perdido las elecciones de 1910 ante Díaz, pero posteriormente había huido del país, se declaró presidente y luego regresó para enfrentarse a Díaz, Zapata vio una oportunidad en Medero para promover la reforma agraria en México, e hizo una alianza silenciosa con este, del cual desconfiaba, aunque cooperó una vez que Madero hizo promesas sobre la reforma agraria, el único problema que a Zapata realmente le importaba.

Emiliano Zapata.
Zapata, “No, señor Madero. Yo no me levanté en armas para conquistar tierras y haciendas. Yo me levanté en armas para que al pueblo de Morelos le sea devuelto lo que le fue robado. Entonces pues, señor Madero, o nos cumple usted, a mí y al estado de Morelos lo que nos prometió, o a usted y a mí nos lleva la chichicuilota”.

Zapata, “Es mejor morir de pie que vivir toda una vida arrodillado”

En 1910, Zapata se unió a la campaña de Madero contra el presidente Díaz, asumiendo un papel importante como general del ejército libertador del sur, con el que capturó a Cuautla después de una batalla de seis días en mayo de 1911, que fue descrita como «seis de los días más terribles de batalla en toda la Revolución», una clara indicación de que el dominio de Díaz sobre el poder era tenue en el mejor de los casos y claramente fue un toque de clarín para los zapatistas, que al lograr la retirada de los hombres de Díaz, tomaron el control de la ciudad.

Esta derrota, junto con la proferida en la primera batalla de ciudad Juárez a manos de Pancho Villa y Pascual Orozco, Díaz determinó que su tiempo había terminado y una semana más tarde, renunció y se dirigió a Europa, dejando atrás un presidente provisional, Francisco Madero entró en la ciudad de México en victoria, y Zapata se reunió con él allí para pedirle que ejerza presión sobre el presidente provisional para que devuelva la tierra malversada a sus propietarios originales, volviendo de nuevo a la causa más profundamente arraigada en su corazón.

Madero insistió en el desarme de las guerrillas de Zapata y le ofreció dinero para comprar tierras si podía garantizar el desarme, oferta que fue rechazada, aunque comenzó a desarmar sus fuerzas de todos modos, pero pronto detuvo el proceso, más, sin embargo, cuando el gobierno provisional envió al ejército para enfrentar a la guerrilla, las relaciones entre los dos se agriaron, y en el verano de 1911, Madero designó a un gobernador que apoyaba los derechos de los propietarios de las plantaciones sobre los de los campesinos, lo que enfureció a Zapata, que a pesar de tratar de llegar a un acuerdo desencadeno en noviembre de 1911, la persecución de los zapatistas, días después de que Madero se convirtiera en presidente de México.

Desilusionado con las posturas de Madero sobre la propiedad de la tierra y sus posturas posrevolucionarias en general, Zapata preparó el plan de Ayala, que declaró a Madero incapaz de cumplir los objetivos iniciales y permanentes de la revolución, lo que le dio más calor a la lucha, esta vez contra Madero, el plan prometió nombrar un presidente provisional hasta que pudieran celebrarse elecciones legítimas y se comprometió a recomprar un tercio de la superficie robada de las haciendas y devolverla a los agricultores, por lo que cualquier hacienda que se negara a aceptar este plan tendría sus tierras ocupadas, sin recompensa, en ese entonces Zapata adoptó el lema «Tierra y Libertad».

Con la revolución de Zapata como un acontecimiento continuo, en 1913 el general Victoriano Huerta asesinó a Francisco Madero y tomó el control del país, Huerta pronto se acercó a Zapata, ofreciendo unir a sus tropas, pero Zapata lo rechazó, lo que impidió que Huerta enviara sus tropas para enfrentarse a los guerrilleros del norte, quienes, bajo la dirección de Venustiano Carranza, habían organizado un nuevo ejército, dirigido por Pancho Villa, para derrotarlo, Huerta fue obligado a abandonar el país en julio de 1914.

A principios de 1916, Carranza envió a Pablo González, su general más despiadado, a rastrear y acabar con Zapata de una vez por todas, González empleó una política de tierra quemada y sin tolerancia, destruyó aldeas y ejecutó a todos los que sospechaba que apoyaban a Zapata, aunque Zapata fue capaz de expulsar a los federales por un tiempo en 1917-18, regresaron para continuar la lucha, Carranza pronto le dijo a González que terminara a Zapata por todos los medios necesarios y el 10 de abril de 1919, Zapata fue traicionado y asesinado por el coronel Jesús Guajardo, uno de los oficiales de González que simulaba querer cambiar de bando.

Los zapatistas quedaron anonadados por su repentina muerte y muchos se negaron a creerlo, prefirieron pensar que se había escapado, tal vez enviando un doble en su lugar, sin él, sin embargo, la rebelión en el sur pronto fracasó, en el corto plazo y su muerte puso fin a sus ideas de reforma agraria y trato justo para los agricultores pobres de México.

A la larga, sin embargo, él ha hecho más por sus ideas en la muerte que en la vida, pues como muchos idealistas carismáticos, se convirtió en mártir después de su traicionero asesinato a pesar de que México todavía no ha implementado el tipo de reforma agraria que quería, es recordado como un visionario que luchó por sus compatriotas.

A principios de 1994, un grupo de guerrilleros armados atacó varias ciudades en el sur de México, los rebeldes se autodenominan el EZLN o ejército zapatista de liberación nacional, eligieron el nombre, dicen, porque, aunque la revolución «triunfó», la visión de Zapata aún no había sucedido, esta fue una gran bofetada al PRI, que tiene sus raíces en la revolución y supuestamente es el guardián de los ideales revolucionarios.

El EZLN, después de hacer su declaración inicial con armas y violencia, cambió de inmediato a los modernos campos de batalla de la internet y los medios mundiales, retomando el lugar donde lo dejó Zapata setenta y cinco años antes, pues el Tigre de Morelos lo habría aprobado.

Fuente
El Sol de Cuernavaca

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