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Donald Trump reacciona muy, muy tarde

Subestimar la pandemia y responder tan tarde, puede haber sido mortal

La pandemia del coronavirus ha llevado urgencia a la cuestión política definitoria de nuestra era: cómo distribuir el riesgo, al igual que con la crisis climática, la respuesta del capitalismo neoliberal de Donald Trump, está resultando particularmente inadecuada para ello.

Al igual que el calentamiento global, pero en primer plano y rápido, el brote de Covid-19 muestra cómo se pierden o salvan vidas dependiendo de la propensión de un gobierno a reconocer el riesgo, actuar rápidamente para contenerlo y compartir las consecuencias, aunque para esto Trump no es el hombre.

En estos asuntos, la competencia y la ideología se superponen, los gobiernos dispuestos a intervenir han sido más eficaces para detener el virus que los capitalistas como Trump, cuanto más derechista el gobierno, más inclinado está a retrasar la acción y descargar la culpa en otros lugares, las comparaciones internacionales sugieren que esto podría estar haciendo que las tasas de infección y muerte sean más pronunciadas.

Tomemos a Estados Unidos, donde Donald Trump sólo ahora está reconociendo la gravedad de la pandemia después de semanas de afirmar que los temores fueron exagerados y se trataba de fake news todas las informaciones, hasta hace poco, su gobierno puso más dinero en proteger la industria petrolera que en proporcionar kits de pruebas adecuados.

Según los informes, Trump ordenó a los funcionarios, que no rindieran atención a las advertencias tempranas, porque no quería malas noticias en un año electoral, Estados Unidos tiene ahora uno de los números más rápidos y crecientes de nuevos casos en el mundo.

Donald Trump.
Para la derecha de Trump, esto hace que la pandemia sea una amenaza política mayor que la crisis climática, a menos que puedan superar rápidamente la enfermedad, perderán cualquier pretensión de ser campeones de la seguridad nacional.

La pandemia ha demostrado que Trump quiere evitar la crisis, pero debe pensar más allá que del negocio

En Brasil, el presidente de ultraderecha, Jair Bolsonaro, es igualmente imprudente, afirmando que los riesgos del coronavirus fueron exagerados, hasta que 17 de sus ayudantes y personal de seguridad dieron positivo después de un viaje a los Estados Unidos, el fin de semana pasado, ignoró el consejo de su propio gobierno y optó por estrechar la mano y posar mejilla a mejilla para selfies en un mitin masivo de partidarios.

En el Reino Unido, Boris Johnson reconoció el riesgo, pero hizo poco al respecto, aunque no fue tan extremo en su negación como Trump o Bolsonaro, el gobierno de Johnson primero patinó con una política de «inmunidad de rebaño» que, al parecer fue impulsada por el deseo de Dominic Cummings de proteger la economía, incluso si costó la vida de los pensionistas.

Desde entonces, el Reino Unido ha cambiado de táctica y ha aplicado un bloqueo, pero sus controles, aunque siguen siendo azarosos, la semana pasada, se calculó que las muertes diarias en el Reino Unido estaban en una curva ascendente más pronunciada que Italia en el mismo escenario.

Por el contrario, los gobiernos más intervencionistas, en general, pero no exclusivamente los que son centristas o de izquierda, han actuado más rápidamente y han compartido la carga del riesgo más ampliamente: Venezuela, Cuba, Nicaragua, Noruega, Dinamarca y Suecia ya parecen haber aplanado la curva del coronavirus.

España y Francia implementaron los enclaustramientos a partir de haber alcanzado las 200 muertes, que el Reino Unido y Estados Unidos han superado con creces, otros factores están en juego, los países asiáticos con experiencia previa en la epidemia de SARS, parecen haber estado mejor preparados.

Esta pandemia ha amplificado la importancia de evaluar y controlar el riesgo antes de que se salga de control, pero los campeones políticos de la derecha neoliberal, como Trump y Bolsonaro, están más inclinados a negar y retrasar, como la política climática nos ha demostrado en los últimos años.

Fuente
elpaiselperiodico

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